Por Armando García
Considero que el
imperialismo estadounidense nunca se imaginó que su patio trasero, al sur de su
frontera, algún día, muy a futuro, despertaría y empezaría a romper las cadenas
de la dependencia, tanto económica como militar e inclusive cultural del
dominio que por casi dos siglos ha impuesto en los países del continente
americano.
En 1959, con la
llegada de Fidel Castro en Cuba, empezó una racha, que tomó varias décadas en
verse el cambio en otros países. Antes de la llegada de los sandinistas al
poder en Nicaragua, el imperialismo truncó ese cambio en 1973 con el golpe de
estado, brutal y sangriento en Chile contra Salvador Allende.
También hubo
dictaduras militares en otros países, como en Argentina, que se mantenían
aliadas, tanto a los intereses de las oligarquías nacionales, como a los
monopolios extranjeros, manteniendo una represión de mano y bota dura contra
los pueblos latinoamericanos. Después se implantó en todo el continente un
sistema, que ahora lleva el nombre de neoliberal, léase el poder de los
poderosos contra los pobres, desposeídos, los parias, la clase trabajadora.
En el Siglo XXI,
países como Venezuela, en su tiempo Ecuador, ahora Chile junto con Honduras y
claro además con Cuba, Nicaragua, El Salvador se unen al que ha dado el ejemplo
con su liderazgo, me refiero a México.
Estados Unidos es
la sede en junio próximo de la Cumbre de Las Américas, pero no todos han sido
invitados. Solamente los países que son amigos del imperio, se les permitirá su
participación. Como que países como Cuba y otros, no fueran parte de Las Américas.
Presidentes como
el de México y Bolivia, han dicho que no viajaran a la Cumbre, si no se les
permite participar a todos.
América Latina es
un continente enorme, que debido al yugo imperial, por décadas ha estado
agachado a los designios de Estados Unidos, viviendo anestesiado con los
controles económicos, político militares del llamado Coloso del Norte.
Pero, como dice el
presidente de México, América Latina, ‘ya no es tierra de conquista’. El
gigante dormido, ahora ha despertado. México y otras naciones están demostrando
que pueden salir adelante con sus propios recursos, comerciar con todos y en
beneficio de todos, no solamente para satisfacer los bolsillos de las empresas
extranjeras que han actuado como aves de rapiña sobre Nuestra América.