Thursday, March 30, 2017

Se cumplen 90 años del nacimiento de César Chávez




Por Armando García

El 31 de marzo se cumplen 90 años del nacimiento del legendario líder campesino de Estados Unidos, César Chávez. Debido a este aniversario en varias ciudades del país se realizan diferentes marchas y actividades para recordar la lucha incansable que Chávez realizo por un periodo de tres décadas en el Siglo XX desde California para defender los derechos de los campesinos y latinos en toda la nación.
Desde 1993, he escrito un artículo alusivo a su lucha y más por haber sido uno de los miles de participantes desde 1981 hasta 1988, que estuvo a su lado, hombro con hombro. Dejé el sindicato agrícola que Chávez dirigía, para dedicarme  a la defensa de los inmigrantes indocumentados y al trabajo periodístico que por años me ha caracterizado en diversas partes de Estados Unidos.
Haciendo recapitulación de mis pensamientos sobre la vida de César o la vida de ‘el jefe’ como lo llamábamos quienes colaborábamos cercanamente con él, considero a Chávez como un caudillo en Estados Unidos, principalmente del campesinado. Consiguió lo que muchos fallaron por mucho tiempo, formar un sindicato, una unión, un movimiento que sentó el ejemplo del estilo de lucha necesario en este país para conseguir conquistas laborales, dignas de un ser humano.
César luchó por los parias, por los desamparados, por los condenados de esta tierra a trabajar con su sudor y su trabajo explotado levantando la riqueza de la nación que les tocó vivir.
Los campesinos mexicanos tuvieron a su Emiliano Zapata, los indígenas mayas tuvieron a Jacinto Canek, los nicaragüenses a Sandino, los cubanos a Martí, y así sucesivamente. Algunos de esos caudillos triunfaron, otros fueron cegados al principio o a la mitad del camino y muchos con ahínco levantaron la bandera de su lucha y han seguido adelante.
El dramaturgo alemán Bertolt Brecht dijo que hay hombres que luchan un día y, son buenos. Hay otros que luchan muchos días y, son mejores. Pero hay otros que luchan toda su vida, esos son los imprescindibles.
Chávez fue una de esas personas, que luchó toda su vida y su legado sigue vivo, gracias a quienes tomaron el liderazgo de su lucha y de otros que gracias a su ejemplo caminan por el sendero de la lucha social, Chávez está muy cerca de nosotros, del pueblo inmigrante, del campesino, del obrero, del estudiante.

Además de su 90 aniversario de su nacimiento, en abril se cumplen 24 años de su muerte. Todo este tiempo,  la vida que llevó César Chávez sigue siendo escuchada en muchos rincones del país, y en otros hasta han querido borrarla de los libros de la historia.
Para los que tuvimos la fortuna de trabajar cercanamente con él, César nos mostró el camino sin violencia de la lucha por la justicia social. Algo difícil de concebir por muchos llamados revolucionarios que su meta es derrocar por la vía armada a los gobiernos, la oligarquía, la burguesía en el poder.
César logró que las grandes empresas agrícolas se doblegaran ante la presión del boicoteo a los productos agrícolas, un arma económica, infalible, que afectó directamente a la riqueza de los poderosos, los intocables, de los influyentes en todos los aspectos de nuestra sociedad.
César logró abrir los ojos a una sociedad que el alimento que uno se lleva todos los días a la boca, fue cosechado por alguien que no tiene suficiente para comer y menos para sostener a su familia. La sociedad estadounidense y la mundial, a través de la llegada de  miles de campesinos llegaron a las grandes ciudades a pedirles a los consumidores que no compraran uvas o lechuga, porque estaban manchadas de explotación, marginación y humillación.
César dijo que el sufrimiento del campesino no tiene precio, pero logró que los agricultores cedieran en compensar ese sufrimiento al mejorar las condiciones de trabajo.
César ya no está físicamente con nosotros. La consigna de ¡Sí se Puede! que se escuchó desde los surcos del campo hasta las ciudades, ahora se escucha en todo el mundo y hasta el Presidente Obama la utilizó ampliamente en su campana electoral.
Su lucha no debe olvidarse, debe ser conocida en todos los rincones del país y además la lucha debe seguir, ya que los campesinos que César organizó, ya muchos tampoco están  con nosotros. Nuevas generaciones de mano de obra joven llega a los campos, a las fábricas, a las ciudades, provenientes de América Latina y de otras partes del mundo. Algunos recogerán las conquistas de César, otros son y serán explotados y humillados por sus patrones y discriminados por la sociedad que siempre los ha mirado con malos ojos. Pero las enseñanzas de qué se debe hacer, y cómo se puede ganar, ya están escritas, simplemente hay que ponerlas a la práctica.
Las luchas por la reforma migratoria, por reformas laborales, se pueden ganar sin violencia. Sigamos el ejemplo de César Chávez y de todos aquellos que siguen su legado.


Armando García es el editor y fundador de Nuestra América Magazine.  Fue corresponsal y columnista de Conexión Hispana en San Angelo, Texas. En San Antonio, Texas trabajó como corresponsal de la agencia española “EFE”,  la “Hispanic Press News Agency” de Washington, D.C. y reportero bilingüe de los periódicos La Prensa y Rumbo. Fue editor de los semanarios el ‘Nuevo Tiempo’, ‘La Farándula” e ‘Imágenes’ en California. Fue editor del periódico ¿Qué Pasa? En Charlotte, NC y escritor del semanario Latin Opinion en Baltimore, MD. Trabajó como director de relaciones públicas y editor administrativo de las publicaciones ‘El Malcriado’ y ‘Food and Justice’ del sindicato de trabajadores agrícolas fundado por el extinto líder César Chávez. Ha recibido numerosos premios por su trabajo periodístico a nivel nacional e internacional.

Saturday, March 25, 2017

La primera derrota legislativa de Trump




Por Armando García

Empezó su primer día en la Casa Blanca firmando una orden ejecutiva para eliminar y reemplazar la ley de cuidado de salud costeable conocido popularmente por Obamacare. El Presidente Trump hizo de este tema, al igual que el de inmigración, la base primordial de su proselitismo para llegar a la silla presidencial.
El presidente indica que el Obamacare es un desastre y que va en camino a que colapse con el tiempo si no es reemplazado. Pero la realidad es mucho más fuerte que las palabras en campaña política o de mirar el panorama desde la oficial oval. 


 
El viernes 24 de marzo, la Casa de Representantes, al mando del vocero republicano Paul Ryan, no pudo contar con el consenso de 216 republicanos para aprobar la pieza legislativa que borraría del mapa a Obamacare. Para no tener una burla nacional si se hubiera llegado a votar por cambiar al Obamacare y su resultado hubiera sido desfavorable, Trump y Ryan deciden sacar de la agenda legislativa la propuesta por no haber conseguido el respaldo necesario entre sus propios partidarios.  La razón, se puede interpretar de muchas formas. 





Ya Trump expresó su frustración al culpar a los demócratas y a unos  republicanos que iban a votar NO para eliminar la existente ley de seguro médico. El presidente dijo que Obamacare se colapsará o explotará con el tiempo.
Pero la realidad es que unos 24.5 millones de estadounidenses son derechohabientes del Obamacare. Y si no hay otra alternativa para reemplazar o mejorar la existente ley, de seguro esa cifra aumentará.
La otra realidad es que los representantes republicanos al regresar a sus distritos, fueron recibidos por multitudes de sus representados exigiendo que se mantuviera el Obamacare. El pueblo estadounidense se hizo escuchar al poner presión al exigir a los representantes y senadores que hicieran su trabajo.
El pueblo unido, jamás será vencido, es la consigna que por mucho tiempo se ha caracterizado en las manifestaciones populares y en esta ocasión el pueblo se unió por toda la nación y logró que Trump tuviera su primera derrota legislativa.
Quizá para Trump ha perdido una batalla, pero no la guerra contra al pueblo estadounidense que no quiere perder sus beneficios de salud que el Presidente Barack Obama logró para ellos.
Hay que gozar la victoria, pero no hay que bajar la guardia, muchas más batallas se combatirán mientras Trump esté en el poder. 

Armando García es el editor y fundador de Nuestra América Magazine.  Fue corresponsal y columnista de Conexión Hispana en San Angelo, Texas director de medios de Finding Productions en Los Ángeles, California. Trabajó como corresponsal de la agencia española “EFE”,  “Hispanic Press News Agency” en Washington, D.C. y reportero bilingüe de La Prensa y Rumbo de San Antonio, Texas, fue editor del periódico ¿Qué Pasa? En Charlotte, NC y escritor del semanario Latin Opinion en Baltimore, MD. Trabajó como editor administrativo de las publicaciones ‘El Malcriado’ y ‘Food and Justice’ del sindicato de trabajadores agrícolas fundado por el extinto líder César Chávez. Ha recibido numerosos premios por su trabajo periodístico a nivel nacional e internacional.

Friday, March 24, 2017

El crimen que estremeció a México






Por Armando García 

El 23 de marzo pasado se cumplieron 24 años del crimen que estremeció a México, el asesinado en 1994 del candidato presidencial Luis Donaldo Colosio Murrieta Colosio fue el candidato del Partido Revolucionario Institucional (PRI), quien fue asesinado en la ciudad de Tijuana, Baja California Murrieta, según la versión oficial, por dos disparos del arma que provino de las manos de Mario Aborto,  quien contaba con 23 años de edad.
El trágico incidente ocurrió en el barrio Lomas Taurinas, una de las muchas ciudades perdidas en la ciudad fronteriza, Colosio fue asesinado poco después que pronunciara un discurso inherente a su campaña política.
México ha siso sacudido varias veces por crímenes políticos,  algunos no llegaron  a grandes titulares; pero éste, el de Colosio, dolió a todos. Dolió, porque Colosio en realidad era considerado el candidato del cambio, tan deseado, tan esperado, por todos los mexicanos. Su muerte fue un duro golpe a las aspiraciones de aquellos que habían fincado su futuro en la casi inminente elección de Colosio a la Presidencia de la República.
Colosio contaba al morir 44 años de edad y un futuro de lo más promisorio en la vida política de México. El candidato se había definido a sí mismo como partidario de la paz. Sus propias palabras así lo atestiguan: "No creo que a base de balas y tiros se pueda lograr la paz... Paz es fruto de la justicia" Las ironías de la vida;  fue a base de balas que él mismo cayó.


          Colosio quería el cambio. Estaba consciente de que en México se hacía fraude electoral y de que no existía la democracia. De él mismo nació el proponer las medidas de ajuste necesarias para poner fin a los abusos y anomalías que otros priistas liberales ya habían detectado y querido eliminar.
          Una de las anomalías consistía en utilizar los recursos del pueblo para costear las campañas electorales del PRI, siendo que un hecho de esta naturaleza implicaba el pagar las costosas recepciones, banquetes, guirnaldas, arcos triunfales, y el enorme despliegue de fuerzas de protección para el candidato y muchas veces para sus seguidores y acarreados. Practica que sigue siendo utilizada en nuestra época.
El Lic. Colosio quiso poner la muestra de lo que él consideraba correcto en un país democrático, y le costó muy caro, pagándolo con su propia vida.
          “Su muerte cimbró a México, sacudiendo las conciencias, como ocurre con todos estos terribles acontecimientos de esa magnitud”, señaló a este periodista en el 2004 la Cónsul General de México en San Antonio, Texas, la Embajadora Martha Lara
          Aburto, el presunto asesino,  está purgando una condena, pero el pueblo mexicano todavía está esperando que el autor o autores intelectuales del asesinato, sean detenidos y condenados a prisión. Para la sociedad mexicana está muy claro que tuvo que haber intereses creados, ya que por las declaraciones del mismo asesino -algunos lo consideran solitario- y del ambiente políticos que vivía el país en esa época que, solamente se puede deducir que hubo un actor o actores intelectuales.
           La campaña de Colosio era de carácter netamente popular, él mismo se definía como un elemento de la generación del cambio. Evidentemente alguien no estuvo de acuerdo, pero la interrogante sigue en el aire, ¿de dónde vino el golpe? ¿A quién culpar del abominable crimen?
          “Una persona detenida en la cárcel nunca puede levantar el agravio que se cometió en contra de la nación mexicana”, me recalcó hace una década la Embajadora Lara. “Creo que será una herida que llevaremos a través de la historia”.
Hace 23 años escribí que Colosio con sinceridad y sin la demagogia caracterizante de los candidatos del PRI se dio a conocer por sus palabras contra la "arrogancia de las oficinas gubernamentales"; de haber visto a un "México con hambre y sed de Justicia" y de que había "que recuperar nuestra iniciativa" y  de que se  debería  "responder ante las injusticias" y  de "Queremos unas elecciones limpias". En el lugar de su muerte, minutos antes del atentado dijo: " Un gobierno responsable es el que sirve a todos" y de que "queremos un gobierno que este cerca de la gente”.   


          Vuelvo a recordar, diez años después, que el enemigo  del pueblo mexicano no era el Lic. Colosio. El culpable de la miseria y la situación que vive México no era Luis Donaldo Colosio. El enemigo  es el sistema, no la persona escogida para ser su mensajero y sucesor. No aquel que abiertamente  denunció los males de su país, ni su campaña para renovar lo podrido. Colosio dijo en su último discurso que en lugar de hablar de competencia política en su campaña se debería mejor hablar de la "incompetencia política"  que predominaba en México y que para muchos todavía continúa en estos tiempos.
Ha pasado ya poco más de dos décadas  del atentado contra una vida humana. Una vida que por el momento histórico que le tocó vivir, sin lugar a dudas, logró sembrar la semilla para que México empezara a dar frutos en materia electoral, en materia partidista, en materia de atender los problemas desde un punto de vista de mayor responsabilidad y menos demagogia desde las instituciones mismas del gobierno.
Pero esos cambios han sido traicionados por la administración priista actual que tiene una deuda histórica muy grande con el pueblo mexicano al volver a un pasado ya superado como es el entregar el patrimonio nacional a intereses extranjeros y a la oligarquía nacional.

«Así que pasen cinco años»: Los personajes y las músicas

 «So five years go by»: The characters and the music By Teresa Fernandez Herrera. Journalist, writer. Global Chief Executive Officer of Cu...