Por Armando García
Empezó su primer día en la Casa Blanca firmando una
orden ejecutiva para eliminar y reemplazar la ley de cuidado de salud costeable
conocido popularmente por Obamacare. El Presidente Trump hizo de este tema, al
igual que el de inmigración, la base primordial de su proselitismo para llegar
a la silla presidencial.
El presidente indica que el Obamacare es un desastre y
que va en camino a que colapse con el tiempo si no es reemplazado. Pero la
realidad es mucho más fuerte que las palabras en campaña política o de mirar el
panorama desde la oficial oval.
El viernes 24 de marzo, la Casa de Representantes, al
mando del vocero republicano Paul Ryan, no pudo contar con el consenso de 216
republicanos para aprobar la pieza legislativa que borraría del mapa a
Obamacare. Para no tener una burla nacional si se hubiera llegado a votar por
cambiar al Obamacare y su resultado hubiera sido desfavorable, Trump y Ryan
deciden sacar de la agenda legislativa la propuesta por no haber conseguido el
respaldo necesario entre sus propios partidarios. La razón, se puede interpretar de muchas
formas.
Ya Trump expresó su frustración al culpar a los demócratas y a unos republicanos que iban a votar NO para eliminar
la existente ley de seguro médico. El presidente dijo que Obamacare se colapsará
o explotará con el tiempo.
Pero la realidad es que unos 24.5 millones de
estadounidenses son derechohabientes del Obamacare. Y si no hay otra
alternativa para reemplazar o mejorar la existente ley, de seguro esa cifra
aumentará.
La otra realidad es que los representantes republicanos
al regresar a sus distritos, fueron recibidos por multitudes de sus representados
exigiendo que se mantuviera el Obamacare. El pueblo estadounidense se hizo
escuchar al poner presión al exigir a los representantes y senadores que
hicieran su trabajo.
El pueblo unido, jamás será vencido, es la consigna que
por mucho tiempo se ha caracterizado en las manifestaciones populares y en esta
ocasión el pueblo se unió por toda la nación y logró que Trump tuviera su primera
derrota legislativa.
Quizá para Trump ha perdido una batalla, pero no la
guerra contra al pueblo estadounidense que no quiere perder sus beneficios de
salud que el Presidente Barack Obama logró para ellos.
Hay que gozar la victoria, pero no hay que bajar la
guardia, muchas más batallas se combatirán mientras Trump esté en el poder.
Armando García es el editor y fundador de
Nuestra América Magazine. Fue
corresponsal y columnista de Conexión
Hispana en San Angelo, Texas y director de
medios de Finding Productions en Los Ángeles, California. Trabajó como corresponsal de la
agencia española “EFE”, “Hispanic Press News Agency” en Washington, D.C. y reportero
bilingüe de La Prensa y Rumbo de San Antonio, Texas, fue editor del periódico ¿Qué
Pasa? En Charlotte, NC y escritor del semanario Latin Opinion en Baltimore, MD.
Trabajó como editor administrativo de las publicaciones ‘El Malcriado’ y ‘Food
and Justice’ del sindicato de trabajadores agrícolas fundado por el extinto
líder César Chávez. Ha recibido numerosos premios por su trabajo periodístico a
nivel nacional e internacional.
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