lunes, 29 de marzo de 2021

Hoy en Latinoamérica Marzo 29, 2021

 

Foto por LAND

Por LAND

LATINOAMERICA: Los casos de COVID-19 están aumentando en toda la región a pesar del avance de los programas de vacunación. El 24 de marzo, Brasil se convirtió en el segundo país en superar más de 300.000 muertes por COVID-19, después de un récord de 3.251 muertes en un día el martes. Brasil se ha convertido en el epicentro mundial de la pandemia, con una nueva cepa virulenta, un sistema hospitalario abrumado y un presidente que se niega a tomar medidas serias y ataca a otros políticos por hacer cumplir los bloqueos.

Casi la mitad de la población del país ha recibido al menos una vacuna. Las autoridades argentinas anunciaron la semana pasada la suspensión de vuelos desde Chile, Brasil y México, una medida destinada a desalentar los viajes durante las vacaciones de Semana Santa. El anuncio se produjo después de que decenas de estudiantes argentinos dieron positivo por el coronavirus después de regresar de unas vacaciones en Cancún, México.

CHILE: El gobierno de Sebastián Piñera analiza suspender las elecciones en Chile, programadas para abril, por la suba de contagios de coronavirus que registra Chile en las últimas semanas.

PARAGUAY: Funcionarios paraguayos dijeron que "intermediarios no oficiales" supuestamente representaban al gobierno chino les ofrecieron la vacuna COVID-19 producida en China a cambio de cortar las relaciones diplomáticas con Taiwán. El gobierno chino niega haber ofrecido la vacuna a Paraguay, diciendo que los corredores no tenían conexión con Beijing. Paraguay es uno de los 15 países que reconocen a Taiwán, incluidos cinco de América Latina. Más de 200.000 personas se han enfermado con COVID-19 en Paraguay desde que comenzó la pandemia. La ira por la escasez de camas de cuidados intensivos, medicamentos y vacunas ha provocado protestas y un intento la semana pasada de acusar al presidente Mario Abdo Benítez. En respuesta a la situación con China, Taiwán ha puesto condiciones a su oferta para ayudar a Paraguay a comprar vacunas, diciendo que los fondos no se pueden utilizar para comprar vacunas fabricadas en China. BOLIVIA: El gobierno de Estados Unidos expresó su preocupación por las recientes detenciones de exfuncionarios bolivianos en un comunicado de prensa el sábado. El comunicado cuestionó la legalidad de las detenciones y la "politización del sistema legal", calificándolas de "antidemocráticas". A principios de este mes, un juez dictaminó que la expresidenta interina Jeanine Áñez y otros dos exfuncionarios serán encarcelados durante seis meses mientras esperan juicio por cargos de sedición, terrorismo y conspiración por su papel en los hechos que rodearon la renuncia del expresidente Evo Morales. en noviembre de 2019. Los fiscales dicen que recomendarán que Áñez esté encerrada hasta por 30 años. El presidente Morales renunció en noviembre de 2019 y huyó del país después de que las fuerzas armadas de Bolivia le pidieran que renunciara, y Áñez asumió la presidencia. La actual administración, que ganó las elecciones en octubre de 2020 y apoya a Morales, ha calificado de golpe de Estado las acciones de Áñez y sus asociados, una caracterización que Áñez disputa.

COLOMBIA / VENEZUELA: Miles de venezolanos huyeron a Colombia la semana pasada luego de violentos enfrentamientos entre el ejército venezolano y un grupo armado colombiano en el estado venezolano de Apure. El fin de semana pasado, dos soldados venezolanos murieron en un tiroteo con el grupo. Venezuela no ha nombrado al grupo armado, pero la analista venezolana Rocío San Miguel sugirió a El País que se trataba de un grupo disidente de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), y que el Ejército venezolano parece estar apoyando a las FARC y a la Liberación Nacional. Ejército (ELN) en conflicto con los disidentes de las FARC. Durante la última semana, cerca de 4.000 venezolanos cruzaron a Colombia y se refugiaron en la localidad de Arauquita, donde están alojados en ocho albergues temporales. La crisis humanitaria venezolana ha obligado a millones a huir del país. Casi 2 millones de ellos han establecido su residencia en Colombia, y el presidente Iván Duque ha ofrecido protección legal temporal a venezolanos sin estatus legal a principios de este año, a pesar de haber roto relaciones diplomáticas con Venezuela en 2019.

CUBA: Cientos de personas protestaron en La Habana el domingo exigiendo que Estados Unidos ponga fin a su embargo comercial contra Cuba. Los manifestantes condujeron y anduvieron en bicicletas y motocicletas a lo largo del Malecón de la ciudad, una explanada frente al mar donde se encuentra la embajada de Estados Unidos, ondeando banderas cubanas. El embargo ha estado en vigor durante más de seis décadas y se endureció durante la presidencia de Trump. El presidente Joe Biden, quien ha criticado la política de Trump hacia Cuba, dijo que planea revisar la política de Estados Unidos hacia la república insular, pero no ha manifestado específicamente su intención de poner fin al embargo.

REPÚBLICA DOMINICANA: El centro de Santo Domingo fue escenario de protestas tanto en apoyo como en oposición a la legalización del aborto durante el fin de semana. Desde el 11 de marzo, grupos feministas han estado ocupando los alrededores del Palacio Nacional exigiendo que los legisladores aprueben una propuesta que permitiría el aborto en ciertos casos excepcionales. Actualmente, República Dominicana prohíbe el aborto en todos los casos, y una persona que recibe un aborto enfrenta entre dos y cinco años de prisión, mientras que un profesional médico que brinda uno enfrenta entre cinco y 20 años. El presidente Luis Abinader ha expresado su apoyo a la propuesta de flexibilización de la prohibición del aborto. El sábado, cientos de personas condujeron en una caravana de protesta organizada por grupos católicos y evangélicos por el centro de Santo Domingo oponiéndose al proyecto de ley. HONDURAS: Un activista ambiental que se oponía a la construcción de una presa hidroeléctrica en Honduras fue asesinado a tiros la semana pasada frente a una iglesia en el departamento costero de Cortés, en el Caribe. Juan Carlos Cerra Escalante, un activista indígena que fue presidente del grupo Comunidades Unidas, había estado liderando una campaña contra la represa hidroeléctrica El Tornillito en el río Ulúa. Una persona ha sido detenida por el asesinato del activista de 41 años y las autoridades están investigando a varias otras. Honduras es un lugar mortal para los activistas ambientales y de la tierra, con 14 muertos solo en 2019. En 2016, el asesinato de Berta Cáceres, una lenca activista que lideraba una campaña contra una represa hidroeléctrica, llamó la atención internacional sobre el tema.

EL SALVADOR: El presidente Nayib Bukele ha dicho que vetará un proyecto de ley contra la trata de personas aprobado por la Asamblea Legislativa el jueves. El proyecto de ley convertiría la “promoción” de la migración irregular a través de las redes sociales en un delito punible con hasta 12 años de prisión. La legislación recibió elogios del fiscal general salvadoreño, así como del gobierno de Estados Unidos. Pero Bukele dijo en un tuit que la ley apuntaría a los migrantes en lugar de a los traficantes de personas. La legislatura salvadoreña, actualmente controlada por partidos de oposición, se encuentra en una mala sesión luego de que una elección en febrero le dio al partido Nuevas Ideas de Bukele una amplia mayoría. Bukele dijo que la nueva legislatura, que asumirá el cargo el 30 de abril, aprobará una ley de trata de personas que “apunta a los delincuentes, pero no criminaliza a los migrantes.

MÉXICO: El Instituto Nacional Electoral (INE) de México retiró el registro de votación para Félix Salgado, candidato a la gobernación del estado de Guerrero que enfrenta acusaciones de violación, luego de detectar que no reportó los gastos de campaña. El presidente Andrés Manuel López Obrador calificó la descalificación de Salgado, miembro del partido Morena del presidente, como "un ataque a la democracia" y culpó a "intereses mafiosos de alto poder". Antes de su nominación, Salgado había recibido una reacción violenta de activistas por los derechos de las mujeres porque enfrenta acusaciones de violación por parte de dos mujeres. El plazo de prescripción se ha agotado en uno de esos casos mientras que la investigación del otro está en curso. Salgado se ha comprometido a impugnar la decisión del INE.

MÉXICO / ESTADOS UNIDOS: Las autoridades de inmigración de EE. UU. Están utilizando la autoridad de emergencia ante una pandemia para deportar migrantes a México durante las horas nocturnas. En circunstancias normales, los acuerdos bilaterales requieren que las deportaciones se realicen durante el día y en uno de los 10 cruces fronterizos principales. Pero los funcionarios de la Patrulla Fronteriza dicen que la pandemia, junto con el alto número de detenciones de migrantes cerca de la frontera, hace necesario sacar a los migrantes lo más rápido posible, impidiéndoles cumplir con sus obligaciones bajo los acuerdos. A principios de esta semana, una delegación de Estados Unidos se reunió con funcionarios mexicanos para discutir planes de desarrollo para el norte de Centroamérica como parte de una estrategia para reducir la migración. El secretario de Relaciones Exteriores de México, Marcelo Ebrard, quien se reunió con la delegación, dijo que el desarrollo inclusivo en el sur de México y el Triángulo Norte podría evitar que las personas se vean obligadas a emigrar debido a la pobreza y la inseguridad.

 

 

CRÓNICAS DE UNA INQUILINA La reforma migratoria, ilusión perenne de los indocumentados

 

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Por Ilka Oliva Corado
https://cronicasdeunainquilina.com

 

Automáticamente desde el mismo día en que Biden tomó posesión como presidente de Estados Unidos, el ánimo en la comunidad indocumentada cambió. Del miedo y el terror durante el gobierno de Trump, pasó a sentir de nuevo la ilusión que tuvo en el gobierno de Obama, que le prometió la reforma migratoria. Hay cosas que no cambian porque así está cimentado el sistema a beneficio de unos pocos, en el caso de los indocumentados para quienes los emplean y pagan salarios de miseria, sacarlos de las sombras sería verlos como trabajadores con derechos lo cual los obligaría a pagar un salario justo. De ahí   que muchos de los mismos latinos que un día fueron indocumentados y lograron su residencia en el país, no estén de acuerdo en esta reforma migratoria que ofrece Biden. Sí, la peor cuña es la del mismo palo. 

En Estados Unidos, el que puede se aprovecha de los indocumentados, pero más de los indocumentados latinoamericanos que son los que hacen el trabajo más pesado. Jardinerías, empresas de construcción, empresas de mantenimiento, el trabajo agrario, todo el que sabe que el latino deja el pellejo en el trabajo, que lo hace bien y en poco tiempo, pero que no reniega del salario, porque baja la cara debido a su condición de indocumentado. Y ese que abusa no precisamente es gringo, puede ser asiático, africano, europeo, latinoamericano. Cualquier negocio o empresa es sostenida por los hombros de los indocumentados latinoamericanos. Por donde se le busque, las bases las sostienen ellos. 

Esto no es nuevo, lo relativamente nuevo son las migraciones en masa de familias centroamericanas. Primero eran los hombres del hogar, luego las mujeres y desde hace cinco años son familias completas. En la frontera sur de Estados Unidos se veía a mexicanos y centroamericanos, desde hace unos años es Latinoamérica y el Caribe, es India, es África, es Asia; personas de diferentes continentes buscan llegar al país por la vía del desierto o cruzando el río Bravo. Antes uno que otro cubano, hoy haitianos amontonados en la línea fronteriza. 

La situación en Centroamérica y México es de vida o muerte, debido a la corrupción de sus gobiernos, por eso son familias completas las que salen de sus lugares de origen, dejándolo todo. Es espantoso solo de imaginarlo y terrible el vacío que dejan en sus países y lo que tienen que vivir en la travesía. Para enfrentarse posteriormente a un sistema que los denigra por no tener un papel que los acredite como seres humanos con derechos laborales. 

La propuesta de Biden es muy similar a la Obama, Biden fue vicepresidente en el gobierno de Obama. En el tiempo de Obama empezaron las migraciones de niños que viajaban solos, en este gobierno de Biden los números se han multiplicado, son miles de niños viajando solos. La crueldad del sistema se vivió en el gobierno de Trump, que los trató como criminales desde que cruzaron la frontera, haciendo de las separaciones familiares una herramienta para mantener contentos a sus seguidores. 

Biden cuenta con la primera mujer vicepresidenta del país, quien también ha abogado por los derechos de los migrantes indocumentados, uniéndose a la propuesta de la reforma migratoria. Pero ¿de qué trata la propuesta? De lo que se ha sabido es que primero van los Soñadores, los que están protegidos por el programa de Acción Diferida (DACA) dado por Obama y todos los que tienen TPS (Estatus de Protección Temporal), ellos obtendrían la residencia permanente inmediatamente y la ciudadanía en 3 años. Los trabajadores agrícolas que puedan comprobar que llevan en este trabajo al menos cinco años, también pueden arreglar sus papeles por la misma vía. El resto de indocumentados que cumplan con los requisitos, (toda la revisión de antecedentes penales, por ejemplo) tendrán un permiso temporal de cinco años y en ese plazo solicitar la residencia permanente y tres años después la ciudadanía. 

La gran mayoría de indocumentados ni está en DACA, ni tiene TPS ni son trabajadores agrícolas. Esa gran mayoría se queda para el final. Es gente que lleva 20 años cargando cemento en los lomos, cortando grama de sol a sol, limpiando nieve, casas, centros comerciales, hospitales, oficinas. Cuidando adultos mayores. Sirviendo en restaurantes. Son tan trabajadores esenciales como los que están en el primer grupo. 

De algo a nada, se escuchan los comentarios de indocumentados que, aunque no entren en los primeros tres grupos tienen la ilusión de que en el gobierno de Biden los dignifiquen, porque es gente que paga impuestos, que ha hecho su vida en el país, que ve a al país como propio, como su hogar. Sorprendará a muchos saber que los migrantes indocumentados pagan impuestos, porque la visión que se tiene dentro del país y también fuera es que son personas que llegan a servirse del sistema, como lo dijo Trump en sus discursos una y otra vez, pero no es así. Con el ITIN Number, (Número de Identificación Personal del Contribuyente) los migrantes sin número se seguro social pueden pagar sus impuestos, aunque sus empleadores no les paguen con cheque sino en efectivo. Entonces, si esta comunidad paga impuestos, ¿por qué se le niega el derecho a la regularización de su estatus en el país? 

Esta propuesta elimina el tiempo de espera de 3 a 10 años, que castiga a los inmigrantes por haber vivido de forma irregular en el país. Ninguna persona que reúna los requisitos puede ser deportada mientras dure el proceso. 

Realmente es una propuesta esperanzadora, pero falta que sea aprobada en el Congreso donde los republicanos se oponen. Y donde la gran mayoría demócrata se opuso a que el gobierno les diera una ayuda económica a los indocumentados en este tiempo de pandemia. 

Lo que también ha cambiado desde el momento de la toma de posesión de Biden, fue el ambiente fascista y racista del ciudadano común. En el gobierno de Trump, desde el primer día, la persona menos imaginada sacó su racismo a flote, despotricando por doquier su odio. Fueron de terror esos 4 años. Esa misma gente que ahora en el gobierno de Biden ha metido la cola entre las patas. 

La comunidad indocumentada espera que ahora sí, este gobierno cumpla ya que Obama les falló.  Otros, incrédulos, prefieren no emocionarse porque ya saben cómo funciona el sistema y dicen que hasta no ver no creer. Lo cierto es que la lucha está en el Congreso y ahí se espera el apoyo definitivo de la vicepresidenta Kamala Harris al momento de tomar una decisión por la reforma migratoria. 

Pero mientras son peras o son manzanas, la frontera sigue siendo frontera, con o sin muro en tiempo de republicanos y demócratas.   Y el indocumentado también.

 

QUINTO PATIO: Cerca de medio millar de niñas, niños y adolescentes cruzan la frontera norte cada día.

 


 

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La niñez carece de oportunidades en donde su bienestar no es prioritario.

 

Por Carolína Vásquez Araya

 

Una de las grandes violaciones de derechos contra la niñez y la juventud se perpetra ante los ojos del mundo, sin provocar el menor movimiento de reparación ni la búsqueda urgente de soluciones. Para esta enorme cantidad de niñas, niños y adolescentes que huyen de sus países de origen buscando refugio lejos de su hogar, no hay resguardo. Con independencia de lo que motiva este éxodo, ha quedado claro ante la comunidad internacional cómo las autoridades estadounidenses desenfocaron su mirada y, bajo las políticas racistas y xenófobas del expresidente Donald Trump, convirtieron las instalaciones fronterizas en un campo de concentración al estilo de las prisiones de Guantánamo.

Niñas, niños y adolescentes de todas las edades han sido recluidos en estas inmensas bodegas, separados de sus padres y sin atención psicológica, como una forma de desincentivar la inmigración, enviando ese duro mensaje a quienes pretenden buscar su supervivencia en el país del norte. La nueva administración se enfrenta ahora a la tarea monumental de deshacer los nudos legales antiinmigración instalados por el gobierno de Donald Trump, cuyas decisiones han ocasionado un daño irreparable en miles de familias centroamericanas que solo buscan un refugio contra la criminalidad desatada en sus países, perpetrada principalmente por las autoridades de turno.

Mientras la niñez es sacrificada en aras de la corrupción y la desidia de quienes gobiernan sus países de origen –especialmente Guatemala, Honduras y El Salvador- estos líderes políticos han cerrado los ojos ante la inconcebible violación de los derechos humanos de su población más joven y la abandonan a su suerte, concentrados en acumular riqueza personal y utilizar los fondos públicos para la consolidación de sus redes de influencia. En esta tarea no están solos: cuentan con el irrestricto apoyo de las poderosas organizaciones empresariales y el respaldo de militares, congresistas, jueces y magistrados, cuya influencia en asuntos de Estado ha corrompido hasta la médula a los entes políticos y judiciales.

Antes de señalar con tanta dureza a las familias desde las cuales desertan estos miles de niñas, niños y adolescentes, es importante arrojar una mirada a la situación en la cual viven estas poblaciones. Privadas de atención estatal, de servicios básicos, de seguridad sanitaria y de fuentes de trabajo debido al derroche ofensivo y descarado de quienes tienen la responsabilidad y la decisión sobre las políticas públicas en educación, salud y alimentación, se encuentran acorraladas en un círculo vicioso de violencia del cual es imposible escapar. A ello se debe sumar la desnutrición crónica infantil, cuyo efecto sobre más de la mitad de la niñez la condena a una muerte lenta; y también la amenaza constante de las redes de tráfico de personas y de drogas, cuyas impunes operaciones cuentan con la protección de los gobiernos.

Para las sociedades de estos países, la situación de la niñez errante no es prioridad. Concentrada en asuntos que le tocan mucho más de cerca, como la propia supervivencia, tiene una mirada selectiva cuando de niñas, niños y adolescentes de sectores pobres se trata. Esta indiferencia es también un factor decisivo en el destino de este gran conglomerado, dado que sus problemas y carencias no afectan de manera contundente la sensibilidad colectiva, y la sociedad prefiere enfocarse en temas que le atañen de manera directa. Esta es una de las razones del abandono: la falta de incidencia en los asuntos del Estado y la escasa voluntad de luchar por recuperar la integridad de sus instituciones. En este escenario, la niñez tiene todas las de perder.

 

sábado, 27 de marzo de 2021

México - Análisis a Fondo: Mucho ruido

 

 Foto proporcionada de Análisis a Fondo

El griterío de las chachalacas
 
El calvario de los migrantes


 
Por Francisco Gómez Maza

 En México la bulla la están haciendo los panistas, los de frenaaa y Lorenzo Córdova y achichincle, ese individuo con apellido oriental. La verdad, nunca me he aprendido su gracia antihistórica. O sea: la carne de cañón.

Pero nada más. No pasa mucho.

Acusaciones, exigencias, gritos, sombrerazos. Pero son tan poquitos. Y tan poquita cosa. Tan anticomunistas. Tan frenaaados. Ah, y hay gente de la izquierda estalinista. Y otros que presumen de trostkistas. Jejejeje.

Los virreyes estatales federalistas de derecha chauvinista viven doble vida. Se cuadran ante López Obrador.

Córdova no desaprovecha la ocasión para apalear al presidente. ¿Que es imparcial como consejero presidente del órgano jurisdiccional, árbitro en las justas electorales? Ha dado muestras de lo contrario. Tomó partido por la derecha. Por los excusados. (Se habrá usted dado cuenta de que los baños siempre están por la derecha. Qué curioso). Y eso que fue educado por un izquierdista a toda prueba, de cepa.

Ya muchos chairos están exigiendo su defenestración; la de él, córdova, y la del de apeído japonés. (Me equivoqué de tecla y de dedo; le metí el meñique y me salió “mamonés” y “apeído”, como dicen los desleídos en mi terruño.

Así están las cosas en la datcha.

Así que no se asuste, amigo chairo.

Ustedes, los chairos amlovers son legión, a pesar de las traiciones.

Mis amigos periodistas que atacan con mentiras y medias mentiras a López Obrador, cotidianamente, unas veces sí y otras también, pues tienen qué comer y dar de comer a sus hambrientos hijitos y familias que los acompañan. A veces son dos a las que tienen que alimentar. Dos señoras y la querida. ¡Imagine! ¡En tiempos de pandemia!  Mentira. Nunca llega a casa lo que “ganan” por escribir y criticar, y levantar falsos testimonios, por encargo.

No me haga mucho caso, pero creo que la petición de expulsar a lorenzo y compañía del INE está ya siendo considerada por las mayorías legislativas (morenas y adláteres), en las cámaras del Congreso. No me haga caso, pero hasta ya hay un acuerdo. Y otro tanto está haciendo el Tribunal Electoral.

Los empresarios, pues estos siempre andan con miedo de perder. El rico vive siempre con miedo. Qué horrible debe de ser potentado. (Tuve un amigo banquero, de la banca inglesa, que era súper millonario y tacaño. Bueno. Si no es tacaño, nadie se hace rico. Y tanto miedo tenía, que andaba en un vochito destartalado, con un motor que sonaba a molino de nixtamal, de aquellos que molían maíz, cacao para chocolate y café desde las tres de la madrugada en el pueblo. Era altote, como de 1.90. No cabía entre el volante y el asiento. Quién sabe cómo le hacía, pero manejaba su vocho a todo lo que daba.

Pero tanto miedo tienen los empresarios potentados, que sólo se atreven a apoyar económicamente las campañas opositoras de las derechas y las extremas derechas, cuidándose de que no los descubra el fisco. Le tienen pánico al comunismo. Y están convencidos de que López Obrador les confiscará sus riquezas mal habidas. Pero nunca arriesgan el pellejo. Tienen voceros que tiran la piedra y esconden la mano. Hay escribientes que siempre escriben por encargo y a tanto y tanto la cuartilla de 28 líneas. Hay también intelectuales por cuales que los apoyan en el etéreo mundo de los medios.

En las telarañas sociales hay estrepitosos, escandalosos, francotiradores de carne y huesos y electrónicos. Son más los electrónicos (esos llamados bots), que parecen una legión romana enfrentándose a los bárbaros del norte. Pero no es cierto. Son escandalosos. Mientras más ruido hacen rompen mucho menos nueces.

Ya me extendí con los chismes del vecindario. Y yo lo que quería hacer era contarles las desgracias, las pobrezas, el hambre, los terribles sufrimientos que pasan los migrantes que logran zafarse de la migra en territorio gringo, de los centros de detención, y comienzan el camino que puede (nomás puede) conducirlos al cielo del sueño americano.  

Tuve unos amigos españoles que decidieron venir a América a probar fortuna. En Madrí les iba como a franquistas venidos a menos. En Nueva York, tuvieron que sobrevivir debajo de un puente en compañía de los homeless, luego de pasar una semana bajo la custodia del servicio de inmigración, tras cruzar el río Bravo caminando para pedir asilo y afanosamente llegar a NY en camiones de línea.

Triunfaron, pero no en Estados Unidos. Retornaron a México y acá llegaron a ser potentados. A vivir “decentemente”. Por cierto. Esto ocurrió hace poco más de medio siglo. Hasta hoy estoy esperando el refrigerador que de regalo de bodas me prometió mi amigo.

Esta experiencia, de pasarla muy negra en el camino a gozar del american dream, se repite miles de veces por semana, en medio del enorme aumento en la llegada de menores y de familias de migrantes a la frontera entre México y Estados Unidos.

Un periodista de la AP cuenta: Llegan de noche, de a decenas, y permanecen en sitios de espera al aire libre. Luego son llevados a centros de detención desbordados, donde pasan más de las 72 horas permitidas por la ley. Acto seguido, las familias son liberadas o enviadas de regreso a México. Los más afortunados son liberados frente a sitios donde hacen pruebas de COVID-19, con sus documentos. Los menores que viajan sin sus padres van a albergues federales, que también se están llenando rápidamente.

Todo esto ocurre mayormente fuera de la vista del público. No quieren los fiscales que la gente sepa como son tratados los aspirantes a gringuitos. La prensa está vedada y vetada.

México - Análisis a Fondo: ¿Y la migración tiene solución?



Fotos proporcionadas por Análisis a Fondo




Más ahora, con la amenaza del coronavirus
 
Realmente es muy estrujante esta situación
 
Por Francisco Gómez Maza

 

No es asunto menor el incremento de la migración de centroamericanos a la frontera norte de México, en su intento desesperado por liberarse de la pobreza y de la violencia y por ingresar a territorio estadounidense y lograr asilo del gobierno de Joe Biden.

Pero si el fenómeno de los migrantes adultos es grave y sin soluciones inmediatas y con enormes dificultades agravadas por la pandemia de coronavirus, el de los niños y las niñas migrantes, que viajan sin acompañantes adultos, sin madre y sin padre, o son abandonados a su suerte por sus familiares, es aún más dramático.

Centenares de menores no acompañados han llegado a la frontera sur de Estados Unidos, desde que Biden llegó a la Casa Blanca, y están confinados en centros de detención.

Desde su toma de posesión, Biden ordenó la reunificación de los menores migrantes con sus familias y detuvo la construcción del muro fronterizo con México.

En concreto, el gobierno de Biden suprimió la política de devolver a México a los menores no acompañados, cuyos casos ahora son procesados dentro de territorio estadounidense.

Donald Trump fue criticado por la severidad con que eran tratados los menores que llegaban a la frontera. Y se formó un gran escándalo por la situación de los que fueron separados de sus familias. Un portavoz de la Administración Biden dijo, la semana pasada, que las condiciones en algunas instalaciones en las que son alojados los pequeños y pequeñas migrantes solitarios "no eran aceptables".

Entre tanto, funcionarios de la Casa Blanca, acompañados de congresistas, viajaron este miércoles 24 de marzo a la frontera con México para inspeccionar los centros de detención, donde son detenidos los niños y niñas migrantes que, en cantidades crecientes, ingresan a Estados Unidos.

La visita a una de las instalaciones, en Carrizo Springs, Texas, se ha realizado en momentos en que Joe Biden enfrenta retos humanitarios y políticos muy graves en la frontera sur, que amenazan con eclipsar sus ambiciosos planes legislativos. Como quien dice, el gobernante tiene una enorme losa sobre los hombros que tiene que quitarse de la mejor manera posible, sin violentar los derechos humanos de los migrantes. La verdad es que jamás imaginó que sus declaraciones contrarias a la política represiva del republicano Trump iba a alentar a miles de centroamericanos a confiar en que serían asilados por la nueva administración de la Casa Blanca.

Por ahora, Biden busca soluciones con quien pueda darle luz, desde los miembros de gabinete y funcionarios de inmigración, hasta con funcionarios del gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador, mientras crecen las presiones para encontrar un remedio a la situación. Un gravísimo peligro es que los niños se infecten de coronavirus porque, en los centros de detención, lo que menos se guarda es la llamada sana distancia. Por ejemplo, más de 750 adolescentes están alojados en la población de Carrizo Springs que, al igual que otras instalaciones manejadas por el Departamento de Salud y Servicios Humanos, incluye a un pequeño grupo de menores, que han dado positivo para el covid-19, que presuntamente fueron contagiados mientras estaban a cargo de la Border Patrol. Obviamente, se encuentran aislados.

El centro de convenciones de San Diego alojará también a adolescentes, y el departamento estudia recurrir a bases militares en San Antonio y El Paso, Texas. Pero la capacidad de las nuevas instalaciones se agota casi con la misma rapidez con que se las habilita. Informes de prensa revelaron que, una semana después de su apertura, el centro de convenciones en el centro de Dallas ya aloja a casi 2,000 adolescentes, apenas menos que sus 2,300 camas.

Expertos dicen que el Departamento de Salud debe liberar a los niños con mayor rapidez, sobre todo al aproximadamente 40% que tiene al menos un progenitor en Estados Unidos.

La preocupación de Washington es supina. Este martes hubo una reunión bilateral en la sede de la Cancillería Mexicana (la Secretaría de Relaciones Exteriores, ubicada en la Avenida Juárez, frente a la Alameda Central, en Ciudad de México, encabezada por el canciller mexicano, Marcelo Ebrard Casaubon, y Roberta Jacobson, encargada para la Frontera Sur por parte del gobierno de Washington.

Durante el encuentro, los funcionarios de ambos países analizaron nuevas alternativas de solución al fenómeno migratorio, medidas para desalentar a los centroamericanos a abandonar sus ciudades, pueblos y comunidades y lanzarse a la aventura del sueño americano. México propone impulsar el desarrollo y bienestar en Centroamérica y en el sur de México. “Nos gustaría que EU fuera parte de este esfuerzo. La delegación de EU tomó nota de nuestras propuestas”, dijo el canciller Ebrard a la prensa.

Ebrard fue tajante. Dijo que buscan ponerse de acuerdo para lograr coincidencias en acciones efectivas, en el corto y en el mediano plazo: lograr que los centroamericanos no tengan que migrar por pobreza, por condiciones adversas. Y esta política es la que ha defendido el presidente mexicano.  Pero Roberta Jacobson fue contundente al término del encuentro. Su mensaje a los centroamericanos fue: “No vengan a la frontera. La frontera está cerrada”.

La situación de las oleadas de migrantes preocupa. Pero la de los pequeños y pequeñas, que van en solitario y que ahora están detenidos en ciudades y pueblos estadounidenses, es estrujante.

 

Análisis a Fondo: Qué con los niños y niñas migrantes

 

Foto proporcionada por Análisis a Fondo

¿Alguien sabe dónde quedó la pequeña María?
 
De 7 añitos; su padre la abandonó en el camino
 
Por Francisco Gómez Maza

 

El fenómeno de las migraciones forzadas provenientes de países centroamericanos pareciera que no tuviese solución alguna.

Con el cambio de mando en la Casa Blanca, la insegura posibilidad de ser recibidos y autorizados a vivir y trabajar en Estados Unidos ha alimentado con creces la esperanza de muchos, que se aventuran incluso a caminar por la selva chiapaneca para lograr su objetivo:

Un empleo, algo de dinero para sobrevivir y para apoyar a sus familiares que se quedaron en la tierra, y salir definitivamente de la miseria que los aplastaba en sus comunidades de origen, en Guatemala, en Honduras, en El Salvador, tierras que parecen malditas para los muy pobres.

Es el american dream (el sueño americano) lo que sigue siendo el motor de cientos de miles de personas para aventurase, muchos sólo con lo que llevan puesto, y jalando a sus niños y niñas, a cruzar fronteras, evadir puestos de control migratorio, guardias de seguridad policiales y militares, y llegar a la frontera norte, entre México y Estados Unidos, para cruzar la línea. Y exponerse a lo que sea: al fracaso o al éxito, a burlar a la migra o ser rebotados a territorio mexicano, o vivir prolongados periodos en cárceles migratorias, como ocurre con los niños migrantes que caminan solos y que son encerrados en los llamados centros de detención.

La cifra de migrantes indocumentados que cruzan la frontera desde México ha estado subiendo mes a mes, desde mayo pasado, y en febrero superó los 100 mil, con un aumento del 28% sobre el mes anterior.

La inmensa mayoría de los casos de migrantes que intentan ser aceptados por el gobierno de EU es dramática. Pero más lo es la situación de los niños y niñas que van solos. Este caso lo hemos tratado en este espacio en entregas anteriores. Da muina. Da rabia. Da coraje que los niños tengan que huir de la pobreza o de la miseria y se vayan solos o sean abandonados por los padres en el camino a la supuesta felicidad.

Es el caso documentado por la agencia de prensa asociada de una pequeña migrante indocumentada, que ¿sabrá por qué camina desde Honduras hasta el Bravo?

La niña hondureña, de siete años y rodeada de extraños en horas de la madrugada, estaba decidida a mantener el paso de los otros migrantes que se dirigían a la frontera con Estados Unidos.

Su padre, según le dijo a un periodista de la Associated Press, había recorrido México con ella en autobús, durante 22 días, y regresó a su país, después de dejarla en manos de un joven que la iba a ayudar a cruzar el río Bravo y llegar a Texas.

“Me dijo que siguiese sola y que me cuidase”, contó la pequeña al periodista.

No está claro qué sucedió con el hombre que se debía hacer cargo de, llamémosle María, pero la niña se unió a un grupo que se dirigía a la frontera y se fue con ellos.

Caminaron un domingo por la noche por el valle del río Bravo (Grande en Estados Unidos). Las temperaturas bajaron a cerca de 10 grados centígrados (55 Fahrenheit) y la niña lucía una chaqueta amarilla con dibujos animados de trenes y un tapabocas negro para protegerse del COVID-19.

Y la historia sigue. No termina. Quién sabe dónde quedó María. Pero ella es parte de miles de niños y niñas que son detenidos por la Patrulla Fronteriza y guardados en unas grandes jaulas que los oficiales del gobierno llaman Centros de Detención.

En el caso de los menores no acompañados, el aumento mensual fue del 61% en febrero, apenas hace una veintena de jornadas, mientras que el de las familias se disparó un 163% con respecto a enero pasado. Son una brasa encendida que quema las manos del presidente Joseph (Joe) Biden, quien prometió ser benévolo con los migrantes que, de todo el mundo, arriban con las manos vacías, sin pasaporte, sin ningún documento, a ese territorio de los sueños. En donde, muchos creen que no solamente se liberarán de la pobreza, sino que se enriquecerán ganando cinco, diez, 21 dólares por hora en un muy buen trabajo, si es que lo consiguen.

Pero, por Dios, qué pasará con los miles de pequeños… Una interrogante que, por el momento, no tiene respuesta.

 

CRÓNICAS DE UNA INQUILINA: Semitas para calmar el alma

 


Por Por Ilka Oliva Corado

 Blog de la autora: https://cronicasdeunainquilina.com

 

 Abuela y hablando de Comapa, ¿usted sabe cómo se hacen las semitas?, le pregunté a mi abuela después de 17 años en la diáspora, que hasta yo me sorprendí. ¿Cómo es posible, negra?, me dije, que no le hayás preguntado antes la receta de las semitas a tu abuela. Mi abuela comenzó  a dictarme los ingredientes, de las semitas, del pan de arroz, de las quesadillas y de las salporas. Jalé una hoja de papel y anoté. 

 Tanteado el azúcar, me dijo, a como vos vayás mirando, probá a cada poco y ahí le vas agregando si necesita más.  Tantos huevos por tal cantidad de harina, igual la margarina, el agua de canela y la leche. Hay quienes le ponen esto y otros lo otro, pero a mí me gustan de tal forma, vos las podés hacer a tu estilo.

 Fue también mi abuela la que me enseñó a tortear  y a entender las señales del fuego, porque el fuego  avisa. Por ejemplo; cuando va a llegar visita se alebresta y son aquellas llamaradas, así fue como una vez  supo que yo llegaba un día de visita, cuando asomé entre la piedrona y el plumajillo la encontré torteando en la cocina  y mi abuelo parado, repesado en la puerta, el sonido de sus manos palmeando la masa se escuchaba hasta la tienda de doña Adelona,  me dijo cuando me vio cruzar el camino de piedras: ingrata, el fuego me estuvo avisando toda la mañana que venías. No se sorprendió al verme.  Para ese tiempo para avisar que uno llegaba tenía que llamar por teléfono a la única señora que tenía teléfono en el pueblo, esperar que le fueran a avisar que tenía una llamada o volver a llamar a la hora para saber si la habían encontrado y podía atender la llamada. También de  la misma forma era en Peronia, en mi infancia. Cuando tuve la entrevista de mi primer trabajo como maestra de Educación Física, también di el  número de teléfono de una vecina, a ese número me llamaron para decirme que estaba contratada, me dejaron el mensaje que habían llamado de tal lugar y que volverían a llamar a tal hora porque necesitaban  hablar conmigo. Hoy, hoy son otros tiempos, que como todo, es una cosa por otra…

 Pero cuando mi abuela era joven, no había autobuses y tenían que salir del pueblo a lomo de bestias y a pie. Así llevaran lo que llevaran, de ahí aquellas grandes peregrinaciones de campesinos en los senderos al filo de los barrancos, con sus cargas de máiz, de frijol, sus cargas de leña, para llegar a los pueblos a venderlas o a hacerlas cambio por otros alimentos de primera necesidad. El famoso trueque. 

 Las conversaciones con mi abuela giran en torno a su pueblo, de cuando eran joven, porque tengo una necesidad de cultivar la memoria del cordón umbilical, la raíz, pero también de conocerla como mujer, más allá de que sea mi abuela.  Me encanta escucharla narrar la vida de otros tiempos, por ejemplo; para los tiempos de Ubico que la gente no podía matar sus propias vacas y tenían que pedir permiso al gobierno, entonces cuenta que la gente se iba a los montes y pasaban allá tres días, matando la res y poniendo la carne a secar, que la dejaban escondida entre piedras para que no se la comieran los animales y la subían por pocos a las aldeas porque se llegaban a enterar las autoridades y a la cárcel.  

Después que para el tiempo de la dictadura, que pasaban igual guerrilleros y soldados pidiendo comida, solo que los guerrilleros tocaban la puerta y pedían por favor y los soldados tiraban las puertas y se llevaban todo, hasta las plumas de las gallinas. Y entonces dejaban al poblado sin sus sacos de máiz y frijol para pasar los meses en que no había cosecha. Que los cochitos también se los llevaban o que dependiendo la urgencia hacían que las mujeres los cocinaran para ellos ahí mismo. Y tal vez, cuenta mi abuela, esos cochitos eran la única forma de ahorro de una familia, que lo engordaban todo el año para venderlo para navidad y así poder comprar zapatos, tela para hacer ropa, pero los soldados los dejaban lavados. Y eso que en oriente no fue tan duro como en occidente. 

 Conocí a las amigas de infancia de mi abuela y cuando unas no podían ir a hacer la masa al molino pasaban las otras y se llevaban las panas, en la cintura y en la cabeza, regresaban al rato con la masa echa. Sin decir nada, una comunicación del alma, que solo existe en los pueblos, en las generaciones de los mayores. E igual hacían con las tinajas de agua. Nunca vi una solidaridad tan auténtica. 

Para cuando mi abuela era niña las aguas del río Paz eran mares, hoy es un caminito desnutrido que pasa en invierno y que en verano es un desierto de piedras. Como la quebrada. Eran encinales, los grandes bosques y se podían dejar las puertas abiertas de par en par que no pasaba nada. Para su adolescencia comenzaron a aparecer los cuatreros  que se robaban las cabezas de ganado de los adinerados,  hoy en día las bandas criminales que se roban todo a su paso. El pueblo ya no es lo que era. El mundo tampoco. 

Con sus historias supe del cuajo de la vaca para hacer queso, que a nosotros ya nos tocó el tiempo de las pastillas  para cuajar. De cómo hacían el jabón de aceituno para bañarse. Cuando escucho hablar a mi abuela me adentro en los personajes de Juan Rulfo, así como hablan los mayores en Comapa hablan los personajes de Rulfo, pero es que hasta parece que es el mismo pueblo, por eso me maravillan los textos de Rulfo porque vuelvo una y  otra  vez a mi Comapa natal, a conversar con mi abuelo, sentados los dos en la piedrona entre los palos de café y los izotales.

Mi abuela tiene una memoria extraordinaria y su forma de narrar la heredaron mis tías, que ella heredó de Mamita, su mamá. Crecí escuchando historias de Comapa todos los días, me enamoré de Comapa a través de ellas. De las historias de mi abuelo, que entre ellos no hay diferencias de género porque eran tan arrechas que el trabajo de los hombres lo hacían ellas hombro a hombro con mi abuelo. Por esa razón mi abuelo no se sorprendió cuando yo salí con la bulla que me gustaba el fútbol en lugar del baloncesto o que jugaba cincos en lugar de muñecas.  Se reía cuando me miraba rajar leña con la almágana y las cuñas, o cuando agarraba su machete cuto y me iba con él al monte a cortar leña.  Fue mi abuelo el que me enseñó a hacer adobes. Pero más gozaba cuando me miraba en las peleas callejeras trompada a trompada con los patojos, en cambio mi abuela se aflijía, que un día me iban a golpear me decía, a lo que mi abuelo contestaba: qué van a andar golpeando a este animal, no mirás el animal que es. 

 Porque en Comapa las personas somos animales, de ahí que existan los animales brutos. Animal bruto, te dije que así no era. Animal bruto te fuiste por el camino equivocado. Animal bruto le arrebataste el fuego a los frijoles. 

 

De esas tías, está la tía que emigró muy joven y que no pudimos compartir con ella, no existen esos recuerdos familiares que están con las otras. La busco ahora, en la diáspora, ahora que soy adulta, para tratar de hilar, para que el puente siga existiendo. Entonces mi tía me cuenta de su infancia en Comapa y de su vida adulta en su país de residencia. Tía, le digo, ¿y se recuerda del sabor de las pacayas y de los izotes? ¿Se recuerda de los chaparrones del pozo?  Y las dos vamos reconstruyendo la Comapa que ella dejó de niña y que yo conocí de adolescente, en visitas cortas. Y nos une a ambas, la migración, como emigraron mis otras  tías del pueblo a la capital. Solo que mi tía y yo nos fuimos más lejos, nos atravesamos las fronteras en formas muy similares. Eso nos une y es un hilo muy fuerte. Y la estoy conociendo de adulta, como mujer, como migrante y como tía. 

 Gracias a la tecnología cuando andan cerca mis tías o mis primos, en esta era de videollamadas logro ver a mi abuela, sus expresiones faciales, su color de ojos, sus pómulos pronunciados que yo heredé y sus camisas manga larga enrolladas hasta el codo, también que son mi fascinación y que uso de la misma forma porque para mí son parte de ese hilar, del tejido de las entrañas de Mamita, mi bisabuela. Y de Mamita son las recetas que me dio para hacer pan. 

 Abuela, le enseño la semitas, mire cómo me quedaron. Ingrata, las arrebataste con el fuego, tenés que ponerlas a fuego manso, en ese volado que las horneás en la estufa, es distinto al horno de leña, tenés que ponerlas y estarlas viendo a cada tanto para que no se te quemen.  Y así fue como hice mis primeras semitas de Comapa, receta  que me dio mi abuela que es de Mamita. Pienso que tal vez en la tercera o cuarta vez ya vayan saliendo como las de Comapa, por ahora este primer intento lo disfruté paso a paso y hacerlas fue un viaje a mi natal Comapa, a las entrañas de Mamita y a la añoranza de las manos grandes de mi abuela.  

 Cocinar para mí es hilar el tejido de las ancestras.  Hay búsquedas que uno tiene que hacer, con la urgencia de lo impostergable, en el caso de las semitas, no es solo el maicillo, el agua de canela o la forma de amasar, es una continuidad. Es amarrar y desatar nudos. Y es también, una conversación con mis ancestras, aunque en los confines del tiempo no nos hayamos conocido, es reconocerme en ellas a través de la cocina. Y de mi cuenta corre que las recetas de Mamita sobrevivan a mi muerte, será la herencia para que un día en los confines del tiempo  quien quiera adentrarse en las búsquedas de lo impostergable también las encuentre y las beba como una pócima que calma el alma y el espíritu.  Para darle continuidad a este hilar ancestral.




 

NUESTRA HISTORIA: A 28 años de la muerte de César Chávez y a 94 años de su nacimiento

Por Armando García

Todos los pueblos han tenido un caudillo que ha luchado por que la justicia llegue a los más necesitados, a los parias, a los desamparados, a los que con su sudor y su trabajo edifican la riqueza de las sociedades en las que le tocó vivir.

Algunos de esos caudillos, pocos lograron su objetivo, otros fueron cegados al principio o a la mitad del camino y muchos con ahínco levantaron la bandera de su lucha y han seguido adelante.

El dramaturgo alemán Bertolt Brecht dijo que “Hay hombres que luchan un día y son buenos. Hay otros que luchan un año y son mejores. Hay quienes luchan muchos años y son muy buenos. Pero hay los que luchan toda la vida, esos son imprescindibles”.

Una de esas personas, los que lucharon toda su vida y su legado sigue vivo, gracias a quienes tomaron el liderazgo de su lucha y de otros que gracias a su ejemplo caminan por el sendero de la lucha social, está muy cerca de nosotros, del pueblo inmigrante, del campesino, del obrero, del estudiante, me refiero al extinto líder campesino César Chávez.

Chávez nació un 31 de marzo de 1927, este año cumpliría 94 años. Pero en 1993, a la edad de 66 años, dejo este mundo, dejando una herencia a todos los campesinos en Estados Unidos, tanto a los existentes como a las de futuras generaciones

Photo 93488270 © Sergei Nezhinskii | Dreamstime.com

A 28 años de su muerte, la vida que llevó César Chávez sigue siendo escuchada en muchos rincones del país, y en otros ha querido ser borrada de los libros de la historia. Manifestaciones se realizan por todo el país honrando su nombre y levantando la bandera de lucha por conseguir una reforma migratoria integral.

César, es nuestro caudillo en Estados Unidos, principalmente del campesinado. Consiguió lo que muchos fallaron por mucho tiempo, formar un sindicato, una unión, un movimiento que sentó el ejemplo del estilo de lucha necesario en este país para conseguir conquistas laborales, dignas de un ser humano.

Para los que tuvimos la fortuna de trabajar cercanamente con él, César nos mostró el camino sin violencia de la lucha por la justicia social. Algo difícil de concebir por muchos llamados revolucionarios que su meta es derrocar por la vía armada a los gobiernos, la oligarquía, la burguesía en el poder.

César logró que las grandes empresas agrícolas se doblegaran ante la presión del boicoteo a los productos agrícolas, un arma económica, infalible, que afectó directamente a la riqueza de los poderosos, los intocables, de los influyentes en todos los aspectos de nuestra sociedad.

César logró abrir los ojos a una sociedad que el alimento que uno se lleva todos los días a la boca fue cosechado por alguien que no tiene suficiente para comer y menos para sostener a su familia. La sociedad estadounidense supo de la miseria, la desesperación, la angustia del campesinado a través del boicoteo, al ver como miles de campesinos llegaron a las grandes ciudades a pedirles a los consumidores que no compraran uvas o lechuga, porque estaban manchadas de explotación, marginación y humillación.


                                                      ARMANDO GARCIA y CESAR CHAVEZ DICIEMBRE 1982


César dijo que el sufrimiento del campesino no tiene precio, pero logró que los agricultores cedieran en compensar ese sufrimiento al mejorar las condiciones de trabajo.

El movimiento campesino que él empezó sembró la semilla de los logros actuales de los hispanos en todos los ámbitos de la sociedad estadounidense. Sin sus enseñanzas y su ejemplo, hubiera sido casi imposible que la población inmigrante, los estadounidenses de origen hispano, tomaran conciencia del momento que les tocó vivir y supieran cuál camino tomar para ser reconocidos en una sociedad hostil y discriminatoria hacia la raza de bronce.

César dijo en 1984 que muchos en puestos prominentes de una alguna manera u otra estaban conectados a la lucha campesina. Ya sea por no comer uvas o lechugas boicoteadas, o hubieran participado en una marcha o línea de protestas en tiendas o supermercados.

César ya no está físicamente con nosotros. La consigna de ¡Sí se Puede! que se escuchó desde los surcos del campo hasta las ciudades, ahora se escucha en todo el mundo y hasta el presidente Barack Obama la utilizó ampliamente en su primera campaña electoral y quien declaró Parque Nacional a La Paz, Keene, California; el sitio donde César esta sepultado. El presidente Joe Biden, tiene un busto de César en la oficina oval en la Casa Blanca.


Foto: PINTEREST

Su lucha no debe olvidarse, debe ser conocida en todos los rincones del país y además la lucha debe seguir, ya que el campesino que César organizó, la mayoría ya no está con nosotros. Nuevas generaciones de mano de obra joven llegan a los campos, a las fábricas, a las ciudades, provenientes de América Latina y de otras partes del mundo. Algunos recogerán las conquistas de César, otros son y serán explotados y humillados por sus patrones y discriminados por la sociedad que siempre lo ha mirado con malos ojos. Pero las enseñanzas de qué se debe hacer, y cómo se puede ganar, ya están escritas, simplemente hay que ponerlas a la práctica. Ya no hay que reinventar la rueda, simplemente hay que tomar el timón y seguir adelante sin dar marcha atrás.

Las luchas por la reforma migratoria, por reformas laborales, se pueden ganar sin violencia. Sigamos el ejemplo de César Chávez y de todos aquellos que siguen su legado.


Armando García es el director en Estados Unidos de la Agencia Mundial de Prensa y es fundador de Nuestra América Online Radio. Trabajó como corresponsal de la agencia española “EFE” y de la “Hispanic Press News Agency” en Washington, DC. Fue el corresponsal y columnista de Conexión Hispana en San Ángelo, Texas. Además, fue colaborador de la revista “Latino Leaders” y fue reportero bilingüe en los periódicos La Prensa y Rumbo de San Antonio, Texas. Fungió como periodista y editor de los semanarios Imágenes y La Farándula en los condados de Ventura y Santa Barbara en California; además fue director de Relaciones Públicas del sindicato United Farm Workers Union en el estado de California y fungió como editor-reportero del semanario ¿Qué Pasa? En Charlotte, NC. Editor y fundador de Nuestra América News Magazine y reportero de la Raza Magazine y productor audiovisual del Barrio Bilingual Communications en Los Ángeles, California.

 




miércoles, 24 de marzo de 2021

NUESTRA LECTURA: Ante el olvido, la memoria en movimiento. 1968-1971. La lucha de los politécnicos en el movimiento estudiantil

 




Pablo Serrano Álvarez
Triskelion, S.C.

 

Había Belleza y luz en las almas de esos muchachos muertos. Querían hacer de México la morada de la justicia y la verdad. Soñaron una hermosa república libre de la miseria y el engaño. Pretendieron la libertad, el pan y el alfabeto para los seres oprimidos y olvidados y fueron enemigos de los ojos tristes de los niños, la frustración en los adolescentes y el desencanto de los viejos. Acaso en alguno de ellos había la semilla de un sabio, de un maestro, de un artista, un ingeniero, un médico. Ahora sólo son fisiologías interrumpidas dentro de pieles ultrajadas. Su caída nos hiere a todos y deja una horrible cicatriz en la vida mexicana.

José Alvarado, Siempre, octubre de 1968

Citado en 1968. Estudiantes Politécnicos

en lucha. Brigadistas politécnicos

1967-1971,

México, Colectivo Memoria en

Movimiento, Toma y Lee Editorial, 2020, p. 29.

 En México, el movimiento estudiantil representó un parteaguas importantísimo contra el autoritarismo de Estado. Fue una lucha libertaria de la juventud que enlazó la lucha popular y dio sendero a la batalla por el advenimiento de la transición política hacia la democracia representativa, participativa y popular. 1968 fue una eclosión social en varias partes del mundo, pero en México representó un año de quiebre y cambio de rumbo. Las movilizaciones sociales entre 1958 y 1959 o en el primer lustro de los sesenta fueron el antecedente de lo que fue la movilización estudiantil de aquel año. Ferrocarrileros, electricistas, maestros, médicos, normalistas, mineros, azucareros, campesinos, indígenas, habían sido reprimidos con fuerza durante una década, el último reducto fueron los estudiantes, masacrados.

La juventud mexicana se movilizó en contra del autoritarismo gubernamental y contra las políticas de control, persecución y represión que los gobernantes implementaron con ahínco y mano dura durante decenios. La disidencia y la oposición dieron la ocasión para desplegar el autoritarismo cruento y vil contra la sociedad que no estaba de acuerdo y se oponía a lo que representaba el régimen posrevolucionario. Estudiantes, obreros, campesinos, sectores medios, fueron los actores principales que emprendieron luchas por la democratización del país. Demanda justa, prioritaria, libertaria, que en 1968 y en posteriores años fue la bandera fundamental de la juventud y que los estudiantes enarbolaron, como ningún otro sector social, para combatir a un sistema autoritario y despótico que negaba y obstaculizaba la transición a un sistema democrático pleno, donde la justicia, la igualdad y la libertad fueran las bases fundamentales de la vida mexicana.

El movimiento estudiantil incidió en la lucha por la democracia, el pluralismo, el respeto a los derechos humanos, la libertad de pensamiento, expresión y crítica, pero también en las libertades de reunión, petición y legalidad. La organización social y el respeto irrestricto a la opinión pública fueron principios de la movilización de la juventud estudiantil, que además se enlazaron con las demandas populares con respeto a la acción gubernamental en beneficio de la ciudadanía, educación, trabajo, salud, vivienda e infraestructura adecuada, debían ser las misiones concretas de un gobierno que debía servir a la ciudadanía. Todo este complemento fue enaltecido por la vocación popular del movimiento estudiantil, que marcó, sin duda, el futuro mexicano.

Los síntomas del descontento estudiantil ya se habían expresado antes de 1968. La expresión de demandas en varias escuelas de media superior y superior, donde incluso hubo huelgas, paros o expresiones de organización o movilización, fueron un “caldo de cultivo” de lo que sobrevino después. Desde el mes de julio de 1968, la movilización estudiantil inundó las calles de la ciudad de México. En otras ciudades de los estados de la república, las expresiones movilizadoras se fueron dando desde inicios de ese decenio, pero en 1968 se reforzaron por la identificación con lo que sucedía en la capital del país. La vocación democrática del sector estudiantil fue un rasgo importante de la organización y acción colectivas. Tanto en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), como en el Instituto Politécnico Nacional (IPN), y en otros espacios educativos, fue emergiendo el movimiento que conmocionaría a la sociedad, pero también al gobierno. Este último reaccionó con una fuerza represora inaudita, utilizando los recursos materiales y humanos para combatir con fuerza a los estudiantes. Ya ni se diga el llamado delito de “disolución social”, que rayaba en el legalismo cruel y represor.

El caso de los estudiantes politécnicos fue representativo de la organización y acción que, prácticamente, desde 1967, fue tomando coherencia y expresión. No pararon. Entre 1967 y 1971, los estudiantes del Politécnico se distinguieron en la propaganda, el activismo, el brigadismo, los mítines, las marchas, los mítines relámpago, las huelgas y paros que no faltaron. Las muestras de solidaridad, fraternidad y amistad los hermanaba por la pertenencia al Politécnico, pero igual en la expresión de las demandas y en las acciones organizadas. Pintas, pegar carteles, difundir manifiestos, volantear, hablar a los estudiantes y profesores, gritar consignas, atraer a otros sectores sociales, buscar ayuda y solidaridad en las familias, recorrer calles, mercados, escuelas, hablar en los camiones o cruceros. Marchas y mítines, puntos de partida y de llegada, los politécnicos se hermanaron con los estudiantes de la UNAM, El Colegio de México, Chapingo y otros. La identificación era colectiva, la acción organizada y frontal en objetivos comunes y colectivos. Entre 1967 y 1971, los estudiantes politécnicos estuvieron contra viento y marea representando al movimiento estudiantil. Con sudor, sangre y palabra se distinguieron. Asesinados y heridos, la lucha por la resistencia al autoritarismo los resaltó e impulsó aún mucho más. El 2 de octubre de 1968 y 10 de junio de 1971, los estudiantes politécnicos resistieron el embate y la tormenta autoritarias, la represión y la persecución fueron cruentas y, aun así, la organización y la identificación de intereses fue lo suyo. Tanto así que aún después de esos acontecimientos, los politécnicos se convirtieron en la expresión de una forma de ser y de sentir que, a través del tiempo, ha subsistido en sus vidas hasta la actualidad. Los sobrevivientes así lo constatan en sus testimonios de hoy.

El 22 y el 23 de julio de 1968 se dio un enfrentamiento tremendo entre estudiantes de las vocacionales 2 y 5 del Politécnico y estudiantes de preparatorias oficiales de la UNAM. El escenario fue en La Ciudadela. Los granaderos y las policías intervinieron con crueldad. Los estudiantes politécnicos, mediante la Federación Nacional de Estudiantes Técnicos (FNET), convocaron a una marcha de protesta para el día 26 de julio que iría de La Ciudadela al Casco de Santo Tomás. Se promovió el rechazo a la represión oficial. Las pancartas fueron significativas contra el hostigamiento policíaco, la crueldad y la intimidación de las autoridades. Exigieron la liberación de los detenidos y el cese de la represión a las manifestaciones y expresiones estudiantiles. La marcha se desvió hacia el Zócalo. La acción fue reprimida con más crueldad y sangre. Los granaderos y las policías usaron su fuerza inaudita contra los estudiantes con gases lacrimógenos, tanquetas, golpes, toletes, escudos, gases y refriega. Los estudiantes no retrocedieron, lo que produjo un enfrentamiento mayor. Se sumaron otros grupos en La Alameda y el edificio de Bellas Artes. El Centro Histórico de la ciudad de México fue un escenario catastrófico. Politécnicos y preparatorianos pumas fueron agredidos con fuerza.

Los días 27 y 28 de julio, la unidad de los estudiantes de la UNAM y el IPN se expresó en la quema de camiones y la formación de barricadas. Hubo indignación, enojo, rabia, impotencia en los estudiantes de todas las instituciones universitarias. El 29 de julio, las escuelas del Politécnico en las unidades de Zacatenco, Casco de Santo Tomás y Vocacionales se unieron en Asamblea General para detener actividades y organizar brigadas. La reacción gubernamental, a cargo del secretario de Gobernación, Luis Echeverría Álvarez, fue la represión en contra de los politécnicos y los universitarios. La reacción fue terrible. El 1 de agosto, el Rector de la UNAM encabezó una marcha en defensa de la autonomía universitaria, pidiendo el cese de la represión y la liberación de los detenidos. Los politécnicos se sumaron a esta marcha. El contingente fue amplio, multitudinario.

La unión de los estudiantes fue imparable. El 5 de agosto más de setenta mil estudiantes, encabezados por los profesores, realizaron una marcha en el Casco de Santo Tomás, lanzando consignas y gritando la exigencia por la libertad. Se convocó al gobierno al diálogo. De hecho, se estableció la necesidad de conformar una instancia que aglutinara las acciones del movimiento estudiantil, como parte de seis puntos del pliego petitorio. Esta marcha fue muy importante para el ánimo de los estudiantes. El día 8 de agosto se constituyó el Consejo Nacional de Huelga, integrado por 3 representantes de las escuelas en paro. Fue en las instalaciones de la Vocacional 7 del Politécnico. Ante la falta de diálogo con el gobierno, se organizó otra marcha para el 13 de agosto, que iría del Casco de Santo Tomás al Zócalo de la ciudad de México. Esta marcha sería la punta de lanza del movimiento estudiantil, el cénit de la movilización. Se sumaron varias organizaciones del país y gran parte de la población aplaudió la acción estudiantil contra la represión gubernamental. La marcha fue ordenada y con disciplina. La demanda principal fue el diálogo con el gobierno, de carácter público. Luego de diez días, el gobierno respondió, pero los estudiantes decidieron romper los contactos y organizó una gran marcha para el 27 de agosto, que recorrería el Paseo de la Reforma hasta el centro histórico. Fue un acto de demostración de la unidad y de la fuerza estudiantil. La llegada al Zócalo fue multitudinaria y popular, hasta las campanas de Catedral sonaron accionadas por dos estudiantes a los que se les permitió hacer que tañeran. Esa noche las tanquetas y camiones de soldados salieron de Palacio para reprimir a los estudiantes.

La reacción gubernamental fue organizar un mitin de acarreados para protestar contra los estudiantes que habían “profanado” la Catedral y agraviado a la Bandera. El colmo de la idea conservadora y oficialista incrustada en parte de la sociedad y en el gobierno. Los acarreados gritaron en contra del mismo gobierno con rechiflas y consignas, ya que los estudiantes brigadistas les dijeron que lo hicieran, labor que rindió frutos. Fue un acto desastroso para las autoridades, contra el presidente Gustavo Díaz Ordaz y su secretario de Gobernación, Luis Echeverría Álvarez, que fueron los promotores de esa acción hasta cierto punto ridícula y absurda, simuladora. Desde ese día se incrementó la vigilancia y patrullaje del ejército y las policías en las calles y lugares públicos para detener el activismo de los estudiantes. El presidente amenazó al movimiento en su informe de gobierno del 1 de septiembre. La represión continuaría. El 13 de septiembre, la marcha del silencio evidenció la disciplina de la movilización y una afrenta más a un gobierno persecutor y represor. La marcha contó con la participación de varios sectores sociales que apoyaron a los estudiantes. El movimiento se había convertido en una avalancha popular. Ante la fuerza, el gobierno tomó Ciudad Universitaria, deteniendo a más de 1, 500 personas. Luego intentó tomar varias instalaciones politécnicas en varios puntos de la ciudad de México, recibiendo como respuesta la defensa estudiantil de los espacios. Estos actos causaron indignación y miedo generalizado. La toma de espacios universitarios reflejó crueldad y fuerza bruta de un gobierno que no escuchó, con torpeza, las demandas de los estudiantes. Ni un ápice varió en la acción de las autoridades, enfermas de orgullo y prepotencia, sin escuchar nunca.

Desde el 27 de septiembre se convocó a la celebración de un mitin en la Plaza de las Tres Culturas de Tlatelolco. Era un evento de dignidad y coraje ante el gobierno represor y autoritario. El gobierno desocupó Ciudad Universitaria el día 30 de agosto, el Consejo Nacional de Huelga denunció los destrozos, las detenciones y la represión directa contra estudiantes, dirigentes y trabajadores. La gente indefensa fue reprimida con crueldad. El 1 de octubre los dirigentes decidieron llevar a cabo el mitin del dos de octubre. El Rector Barros Sierra intentó mediar entre el gobierno y los dirigentes del movimiento en su domicilio. Luis González de Alba, Anselmo Muñoz y Gilberto Guevara Niebla acudieron representando al Consejo Nacional de Huelga; y por parte del gobierno estuvieron Jorge de la Vega Domínguez y Andrés Caso. La petición de los estudiantes fue el cese de la represión, la libertad de los detenidos y la desocupación de las instalaciones, que no fue aceptada por los asistentes enviados del presidente. La cerrazón gubernamental se impuso. Se rompió el diálogo.

Desde la mañana del 2 de octubre, el ejército, la policía, los granaderos, la policía secreta, francotiradores y demás personal se apoderaron de Tlatelolco. La zona estaba rodeada para estrangular el mitin. El batallón “Olimpia” tomaría el edificio Chihuahua para capturar a los líderes y oradores que estarían en el balcón del tercer piso. Se generaría el caos y la confusión para culpar a los dirigentes de generar un enfrentamiento. Así sucedió. Luego de las seis de la tarde se vieron caer las luces de bengala y se inició el operativo. La tropa asesinó a muchos asistentes e hirió a otros, capturaron a la mayoría de los líderes del Conejo Nacional de Huelga, detuvieron a estudiantes, obreros y vecinos. La plaza quedó ensangrentada. El gobierno cumplió con la amenaza vertida por el presidente Gustavo Díaz Ordaz el 1 de septiembre. Fuego y sangre, heridos y muertos, zapatos y bolsas abandonados, el impacto de la tristeza y la desolación con lágrimas e impotencia. Mucha rabia de por medio. Impotencia y susurro. Por supuesto impunidad en el aire. Así quedó la plaza de las Tres Culturas.

Al día siguiente, México se encontraba de luto, indignado y muy dolido por la masacre. La mayoría de los mexicanos no podían creer lo que había sucedido. Muertos, heridos, desaparecidos, detenidos. Datos incuantificables y comprobables de heridos, detenidos, muertos y desaparecidos. El gobierno hizo creer que fue un enfrentamiento generado por los dirigentes contra el ejército. Nadie lo pudo creer. Muchos detenidos fueron llevados al Campo Militar Número 1, hubo golpizas, interrogatorios e intimidación psicológica para que se declararan culpables de generar esta masacre. El 6 de octubre, uno de los dirigentes tuvo que declarar que se habían organizado columnas armadas de estudiantes y que el movimiento había sido organizado por políticos resentidos, que se pretendía sembrar el caos y la violencia. El sentimiento de asombro se apoderó de la sociedad. El gobierno, entonces, tuvo la coartada perfecta para anular sus acciones de represión violenta y quedar como una instancia justa con una acción legítima.

El Movimiento Estudiantil continuó estableciendo el diálogo público como palestra y respetando el pliego petitorio, además de exigir la libertad de los presos y detenidos, así como la identificación de los muertos. Las pláticas con el gobierno se rompieron. Ahora era la lucha por no levantar la huelga. La vuelta a clases no se dio. El 20 de noviembre se realizó un multitudinario mitin en el Casco de Santo Tomás para mantener las movilizaciones y solicitar la solución pacífica del movimiento. La huelga se levantó el 4 de diciembre, el Consejo Nacional de Huelga se declaró disuelto. Había rabia, dolor y sentimientos de impotencia de los estudiantes y participantes en el movimiento. Hasta enero de 1969 se levantó la huelga en el Politécnico. Los politécnicos fueron los más dignos en mantenerse con orgullo y la cabeza en alto. No transigirían jamás. Su conciencia era profunda.

La epopeya de 68 no terminó ahí, por lo menos para los politécnicos que luego se organizaron en Comité Coordinador de los Comités de Lucha. El activismo estudiantil continuó sin líderes. El brigadismo y la propaganda continuaron como una característica que distinguió al movimiento estudiantil politécnico. Muchos estudiantes pasaron a organizarse en agrupaciones obreras y del movimiento urbano popular, pero también en ciertas organizaciones campesinas o en grupos guerrilleros en varios sitios del país, otros más figuraron en las luchas de las colonias populares de las grandes ciudades, principalmente de la ciudad de México. Los politécnicos se distinguieron por una organización prácticamente sin líderes visibles. Así se mantuvieron desde 1968, a pesar de la persecución y la represión que continuaron. Los Comités de Lucha actuaron desde inicios de 1969, su acción se incrementó desde inicios de 1971. Llegó el momento de otra movilización mediante asambleas y manifestación en las calles, aunque en el caso de los politécnicos su labor se centró en el activismo en las escuelas y en otros grupos externos. Razones no faltaban.

El movimiento estudiantil de 1971 se centró en un pliego de peticiones relacionadas con la Ley Orgánica Democrática para la Universidad de Nuevo León, la libertad de los presos políticos; la reforma universitaria y democrática en todas las universidades; la derogación del reglamento represivo del Politécnico; la democracia sindical y la solución de las huelgas obreras y el rechazo a la llamada “apertura democrática¨ del presidente Luis Echeverría Álvarez. La actuación vino de nuevo de la mano de estudiantes provenientes de la UNAM y otros centros de estudios que se sumaron. La movilización pretendió convertirse en nacional de nuevo. Los politécnicos se distinguieron por la disciplina y el orden. No había héroes, tampoco líderes, que condujeran al movimiento. Era una comunidad colectiva que pugnaba por la comunión de la lucha.

Se convocó a una marcha desde el Casco de Santo Tomás. Más de diez mil participantes acudieron. De nuevo, la masacre. El escenario se dio en los linderos de la Normal. El grupo paramilitar de los llamados “Halcones”, creado para reprimir violentamente las manifestaciones, comandados por el coronel Manuel Díaz Escobar, y compuesto por porros y jóvenes pobres con más de mil elementos, actuó con golpes y balazos para disolver la marcha. Más de cien agresores. 30 muertos y más de doscientos heridos. Los reporteros de la prensa fueron agredidos también. La persecución llegó hasta la Normal, donde se refugiaron muchos estudiantes, o en el Hospital Rubén Leñero, donde fueron llegando los heridos. Azoteas y refugios temporales fueron espacios donde se escondieron los participantes, muertos de miedo. El pasmo de nuevo se apoderó de la sociedad mexicana. Era increíble, luego de la masacre de 1968. Bastaron tres años para que el gobierno represor, que hablaba de  “apertura democrática”, actuara con salvajismo y simulación mediante un grupo paramilitar compuesto por jóvenes asesinos, entrenados para golpear y reprimir con violencia. Las víctimas fueron los estudiantes de nuevo. Sus demandas eran certeras y claras. Sectores de la izquierda y de la derecha protestaron públicamente ante este acontecimiento lamentable, sangriento a más no poder, todos demandaron las aclaraciones, pero también la necesaria conciliación y el diálogo. El presidente Echeverría pretendió defenderse acusando a los estudiantes como “emisarios del pasado” del 68 que lo querían perjudicar, nada más ridículo. La impunidad se cernió de nuevo en el ambiente de la opinión pública.

Quedó claro que el gobierno mexicano era represor y perseguidor de los jóvenes estudiantes. El autoritarismo de Estado evidenciaba un régimen dictatorial velado con sus discursos “democráticos”. Se dio entonces la pérdida de la organización estudiantil, aunque muchos participantes continuaron con su conciencia enalteciendo la actuación de los jóvenes desde el mundo universitario. Muchos continuaron emprendiendo actividades en otros movimientos sociales que fueron muchos en el decenio de los setenta. La persecución y represión continuó contra los más destacados protagonistas, como se narra en los testimonios de testigos y participantes. Fueron parte después de la transición política que comenzó a ser efectiva en la reforma electoral de 1977, con posteriores acciones y organizaciones en torno a los partidos políticos y los procesos electorales.

Los cincuenta años del movimiento estudiantil en 2018 favoreció que los antiguos participantes, por parte del IPN, se organizaran en un colectivo que se incluyera en los festejos programados por la UNAM. Este colectivo se llamó Memoria en Movimiento, cuyas pretensiones y objetivos se centraron en combatir el olvido mediante la memoria de los acontecimientos donde participaron de jóvenes. El recuento historiográfico a través de los años fue reflejo del olvido de la participación tan destacada que tuvieron los estudiantes politécnicos en 1968 y 1971. Las movilizaciones formaron parte de la memoria colectiva de aquellos jóvenes que quisieron dejar constancia, mediante sus testimonios personales, de su actuar en un movimiento que marcó la historia del México contemporáneo. El colectivo implicó, desde luego, como antes, no contar con liderazgos personales, sino un cuerpo colectivo democrático y libre, sin ataduras institucionales o de cabezas personalistas. Se dieron a la tarea de rescatar del olvido su memoria. La tarea les representó un trabajo de tres años, como su participación hace cincuenta años. Ahora con el cincuentenario de la masacre del 10 de junio de 1971, pues este cuerpo testimonial es una aportación indiscutible. Es una obra imperdible, necesaria e intensa que complementa grandemente la historiografía sobre el movimiento estudiantil de los años de 1967 a 1971.

Felipe de Jesús Galván Rodríguez, Severiano Sánchez Gutiérrez, Myrthokleia Adela González Gallardo, José David Vega Becerra, José Guillermo Palacios Suárez, Guadalupe Ana María Vázquez Torre, Iván Jaime Uranga Favela, Jaime Antonio Valverde Arciniega, Luis Meneses Murillo, Rolando Brito Rodríguez, Lydia Mota de la Garza, Sergio del Río Herrera, Víctor Manuel Pérez Torres, Humberto Campos Meza, Evangelina Muñoz Soria, Marco Antonio Santillán Vázquez, Enrique Carlos Treviño Tavares, Mario Ortega Olivares, Antonio Francisco Guzmán Vázquez, Jesús Vargas Valdés, Jaime Cuauhtémoc García Reyes, Antonio Valverde Arciniega, Moisés Ramírez Tapia,  son miembros del Colectivo, pero también figuraron como colaboradores que brindaron sus testimonios, la mayoría participantes en el movimiento del 68, otros más protagonistas del movimiento de 71, y que se han compilado en un libro que resguarda su memoria. Sus vivencias dentro del movimiento estudiantil son esclarecedoras y cuentan con la fuerza del recuerdo y la memoria. Todos politécnicos, todos fueron estudiantes y jóvenes. La mayoría fueron multifacéticos después de 1968 y 1971, ya que siguieron luchando dentro de otros movimientos sociales en varias regiones del país. Tres historiadores jóvenes dieron cuenta de la historia de este movimiento de estudiantes politécnicos en el libro que ha impreso el Colectivo, como Susana Torres, Paola González Letechipía y Mario Gutiérrez Vega, que dan una visión más fría, más de lejos.

El Colectivo restauró la memoria de acontecimientos de hace cincuenta años. Su participación es narrada con claridad y modestia, pero con fuerza e intensidad. El recuerdo presente hace quitar el olvido de una memoria colectiva clara y contundente. La historia del movimiento estudiantil de 1967 a 1971 se restaura y se brinda para conocer y saber lo que implicó para la historia contemporánea mexicana. Este libro es una aportación indiscutible y se llama 1968. Estudiantes Politécnicos en lucha. Brigadistas politécnicos, 1967-1971.

 

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