Por Armando García
Con
el presidente Donald Trump ahora enfrentando una investigación de juicio
político en respuesta a informes de que le pidió al presidente ucraniano
Volodymyr Zelensky que desenterrara al exvicepresidente Joe Biden, se abre una
puerta tan esperada, para iniciar una posible destitución del presidente.
Cuando
Nancy Pelosi, que encabeza la Casa de Representantes anunció que el Presidente,
había violado la Constitución al pedirle que el presidente ucraniano le hiciera
un favor en echarle tierra a Biden, oponente político de Trump, muchos
aplaudieron que por fin el liderazgo demócrata tomaba las riendas para sacar a
Trump de la Casa Blanca.
Considero
que los demócratas que están considerando ganar la nominación de su partido
para los comicios presidenciales de noviembre del 2020, no tienen la fuerza política
suficiente para derrocar a Trump. Los que encabezan los tres escaños de las
encuestas, ya son muy avanzados en edad, y creo que hay que darles la
oportunidad a los más jóvenes, pero los que están en campaña, les falta mucho más
callo político para ganarle al Presidente.
Por
ser la mayoría demócrata en la Casa de Representantes, hay grandes
posibilidades que se vote por la destitución del mandatario. Pero en el Senado,
al ser mayoría republicano, Trump puede ser que salga airoso y quizá eso el
factor para una reelección. Al menos que los demócratas en ambas cámaras se
armen de valor y de voluntad para lograr conseguir la destitución del
mandatario.
Rudy
Giuliani, el abogado personal de Trump y ex alcalde de la ciudad de Nueva York,
ha estado afirmando que las acciones de Trump relacionadas con Ucrania y las
suyas fueron perfectamente inocentes. ¿Cómo pueden ser inocentadas que un
presidente le confíe a un mandatario extranjero que le ayude a conseguir poner
mal a un contrincante político? Trump en el 2016, le confió a Rusia que le
ayudara a buscar los correos electrónicos perdidos de Hillary Clinton. Misma táctica,
mismo objetivo.
Trump
debe renunciar o ser removido de su cargo, pero eso debería ser solo un paso en
un esfuerzo por sacar a la superficie a innumerables personas que han utilizado
las oficinas gubernamentales con fines corruptos. Tenemos la administración históricamente
más corrupta y quizá más racista de la historia moderna de EE. UU.
Armando
García es periodista independiente y muy reconocido por su trabajo en varios
medios hispanos en los Estados Unidos. Es el fundador de la revista Nuestra
América.
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