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¿Cuál izquierda en México?

Estimado editor de Nuestra América

A todos mis amigos que me han tildado que ya no soy de izquierda por criticar al Peje, los invito a reflexionar, si es que el sistemático lavado de cerebro al que se han dejado someter por este sujeto, les ha dejado una sola neurona de lucidez:
El término izquierda política, como el de derecha política, tiene su origen histórico en la votación que tuvo lugar el 14 de julio de 1789 en la Asamblea Nacional Constituyente surgida de la Revolución francesa en la que se discutía la propuesta de un artículo de la nueva Constitución en la que se establecía el veto absoluto del rey a las leyes aprobadas por la futura Asamblea Legislativa. Los diputados que estaban a favor de la propuesta, que suponía el mantenimiento de hecho del poder absoluto del monarca, se situaron a la derecha del presidente de la Asamblea. Los que estaban en contra, y defendían que el rey sólo tuviera derecho a un veto suspensivo y limitado en el tiempo poniendo por tanto la soberanía nacional por encima de la autoridad real, se situaron a la izquierda del presidente.

Esta manera de sentarse se trasladó a la Asamblea Legislativa se reunió por primera vez el 1 de octubre de 1791. Los diputados sentados a la derecha pertenecían al Club des Feuillants y al grupo de los girondinos, portavoces republicanos de la gran burguesía. En el centro figuraban diputados independientes, carentes de programa político definido. A la izquierda diputados inscritos en el club de los jacobinos, que representaban a la pequeña burguesía y el Club de los cordeliers, que representaban al pueblo llano parisino.
Desde entonces, el concepto de izquierda política se asocia a aquellas posiciones políticas que tienen como punto central la defensa de la igualdad social, frente a la derecha política que considera las diferencias sociales como algo inevitable, normal o natural. La izquierda política se divide en una multitud de ramas ideológicas que van, desde la izquierda democrática-reformista, hasta la izquierda revolucionaria o el anarquismo. 
Visto desde este punto y en el caso de nuestro México, aquellos que simpatizan con las causas como las parejas gay, el aborto, la legalización de las drogas, el mejoramiento de los salarios, la participación ciudadana creciente o el fortalecimiento de un Estado laico que margine a la iglesia de la educación y la política, serían de izquierda y los que se oponen a todo ello, serían de derecha ¿no? ¡Así de simple!
Si responden afirmativamente, los de izquierda, debieran votar por el PRD que propició esos cambios y relegar al ostracismo al PSD que es un partido confesional, asociado al Opus Dei y que patrocina todas las causas conservadoras que se oponen a estos cambios, busca perpetuarlos y no dudaría en llamar al Papa como mediador. Los de derecha, por el contrario, actuarían deben votar por el PSD y no por el PRD. ¿no? ¡Así de simple!
Si la lógica de esta reflexión prevalece como pensamiento articulado y con un mínimo de instrucción, entonces, los de izquierda, debemos votar por Anaya (postulado por el PRD y no por AMLO (postulado por el PSD).

Por otro lado, si la motivación de los feligreses fanáticos de AMLO es derrocar al sistema priísta y no dejar rastros de él, pues debieran llevar a la picota a Bartlett, a Ebrard, a Napo Gómez Urrutia, a Elba Esther y su familia, a los Monreal a Romo y a tantos otros priístas que militan e MORENA y al propio Peje, que le aplaudió el fraude electoral del 88 a Salinas y tomaba e incendiaba pozos petroleros en Tabasco a cambio de moches que le pagaban Camacho Soliz y su gato, el carnal Marcelo, por levantar los plantones de la CDMX.
Y como también mis amigos son partidarios de las teorías de la conspiración, por qué no se preguntan si lo que de verdad hay detrás del profeta del odio (AMLO), ¿no será la refundación del viejo sistema priísta que ve su red de corrupción cada vez más amenazada?
¡¡Mejor tómense un tecito de tila!!

Lic. Rudy Appleton