miércoles, 26 de septiembre de 2018

Recordando el Movimiento estudiantil de 1968 ocurrido en la ciudad de México




Apuntes históricos

Hace medio siglo en la Plaza de las Tres Culturas at Tlatelolco de la Ciudad de México, culminó en forma trágica el movimiento estudiantil de 1968. El movimiento comenzó meses antes, en julio de 1968 durante el gobierno del presidente Gustavo Díaz Ordaz, cuando hubo un pleito callejero entre pandillas y estudiantes de escuelas preparatorias. La policía capitalina intervino para poner orden que se turnó en una represión que levantó el enojo y el repudio de los estudiantes.
Eso ocasionó una serie de manifestaciones estudiantiles en la capital del país,  que criticaron el autoritarismo del gobierno, apoyaban las protestas y movimientos sociales que ocurrían en otras partes del mundo, pedían se respetara la autonomía universitaria, se fundó un Comité Nacional de Huelga declarando un paro nacional de estudiantes y se incorporan al movimiento muchos maestros, el sector juvenil del partido comunista y algunos obreros; todos ellos profundamente descontentos por el autoritarismo del gobierno. También deseaban que hubiera democracia en México
En ese entonces habían llegado al país muchos periodistas de todo el mundo porque México era la sede de los Juegos Olímpicos, que se iniciarían el 12 de octubre. Al gobierno mexicano le interesaba que la imagen del país fuera de perfecta paz y prosperidad. Pero la situación se fue agravando porque muchos estudiantes del Instituto Politécnico Nacional (IPN) organizaron una manifestación de protesta a la que se sumaron estudiantes de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y de la de Chapingo. En esta manifestación volvió a intervenir la policía y la sofocó; sin embargo, no consiguió controlar a los estudiantes.
Entonces intervino el ejército, que tomó violentamente varias escuelas preparatorias de la UNAM, la ciudad universitaria estuvo ocupada por 12 días por el ejército y una vocacional del lPN; hubo muchos estudiantes lesionados y detenidos. Las autoridades de la UNAM consideraron intolerables los hechos de la policía y del ejército y la mayoría apoyó a los alumnos.
Otras universidades de la capital y de los estados se unieron a la huelga general de preparatorias, vocacionales, universidades e instituciones de educación superior a la que se convocó. El gobierno estaba desesperado pues el movimiento alcanzaba dimensiones insospechadas.
El gobierno se negó totalmente a satisfacer las demandas de los estudiantes. La capital, y en general todo el país, vivió gran tensión; se acercaban las Olimpiadas y el gobierno deseaba terminar con el movimiento.
El movimiento convoca a una manifestación en la Plaza de las Tres Culturas en la zona de Nonoalco Tlatelolco el día 2 de octubre, a escasos 10 días de iniciarse los juegos olímpicos. Este día tuvo lugar la llamada noche de Tlatelolco, Minutos después de iniciada la manifestación, sobrevuela un helicóptero del ejército mexicano lanza unas bengalas sobre la multitud, siendo una señal para que francotiradores abran fuego contra los miles de manifestantes, dando la entrada del ejercito con tanques y armas de alto poder.
Prácticamente ese día fue el fin del movimiento estudiantil, los juegos Olímpicos se celebraron 10 días después sin incidentes. En su cuarto informe de gobierno en 1969, 11 meses después, el presidente Gustavo Díaz Ordaz dijo: “sumo íntegramente la responsabilidad personal, ética, social, jurídica, política e histórica por las decisiones del gobierno en relación con los sucesos del 2 de octubre pasado. Consideró que había cumplido con su deber de salvar a México del comunismo; cuya implantación jamás fue uno de los objetivos del movimiento estudiantil.
La consecuencia más importante fue que se sintió un ambiente triste y coraje que ni la celebración de las Olimpiadas consiguió borrar. Otra importante consecuencia fue que en las universidades se hicieron criticas muy severas al sistema por la desigualdad económica y falta de democracia, principalmente y el gobierno se desprestigió.
La matanza de Tlatelolco fue una represión militar organizada directamente por el gobierno mexicano que encabezaba el Partido Revolucionario Institucional. No se ha logrado esclarecer la cantidad de muertos: algunos estimados apuntan a centenas (más de 300 personas), pero casi todas las fuentes gubernamentales reportan una estimación de entre 40 y 50. Decenas de personas resultaron heridas y varios arrestados. La fuente oficial reportó en su momento 34 muertos, en su mayoría soldados. La masacre representa uno de los episodios más trágicos de la historia moderna de México. En la actualidad, aún existen numerosos casos de desaparecidos sin aclarar, quedando impunes. Existen testimonios de personas que fueron torturadas y ejecutadas.
En octubre de 1997, el congreso mexicano formó un comité para investigar la masacre de Tlatelolco. El comité tomó testimonio a varios testigos y activistas políticos involucrados, incluyendo al expresidente de México Luis Echeverría Álvarez (quien en aquella época era Secretario de Gobernación). Echeverría admitió que los estudiantes estaban desarmados y también sugirió que la acción militar fue planificada anticipadamente para destruir o debilitar el movimiento estudiantil. En octubre de 2003 (35 años más tarde de la masacre), el National Security Archive de la Universidad George Washington publicó documentos de la CIA, el Pentágono, el Departamento de Estado, el FBI y la Casa Blanca. Los documentos detallan que: En respuesta a la preocupación del gobierno mexicano por la seguridad de los Juegos Olímpicos, antes y durante la crisis el Pentágono envió al país más instructores en lucha antisubversiva, armas, municiones, material para control de protestas y equipo sofisticado de comunicación militar.
 Entre julio y octubre los numerosos agentes de la CIA que se encontraban en el país reportaban casi diariamente los hechos que ocurrían dentro de la comunidad universitaria y del gobierno. Seis días antes de la masacre, el Secretario de Gobernación Luis Echeverría y el director de la oficina mexicana de Seguridad Federal Fernando Gutiérrez Barrios, dijeron a varios agentes de la CIA que la "situación se controlaría brevemente". Y el resultado del control de la situación fue el genocidio de Tlatelolco.

Leer en inglés algunos de los reportes en:





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