Por
Francisco Gómez Maza
Se
paralizó la nación, aunque muchos mexicanos (obviamente) no tuvieron ni idea de
lo que ocurría. Millones muy interesados en lo que el presidente López Obrador
informaba de lo hecho durante seis años. Otros vimos la pantalla del ordenador,
escuchando al fundador de Morena y jefe de los morenistas. Y los anti López,
burlándose y decretando que el sexto informe de gobierno estaba lleno de puras
mentiras. Las autoridades de la Ciudad de México llenaron la plancha de la
Plaza de la Constitución de sillas plegables para asiento de miles de personas
que en ellas se sentaron para escuchar al presidente que pronunció su sexto y
último informe de gobierno, en el que destaco los logros de su administración
en materia de salud especialmente para servicio de los miles de ciudadanos que
no cuentan con seguridad social. Puso muy especial énfasis en los progresos en
el sector: Dio por cumplido su compromiso al mencionar: “El sistema de salud
universal y gratuito IMSS-Bienestar ya es el más eficaz en el mundo. Prometí
que sería el mejor, como el de Dinamarca. Pero no, no es como el de
Dinamarca: es mejor que el de Dinamarca”. Lo dijo en serio. Muy en serio. El
mandatario detalló que México cuenta con 11 mil 935 unidades médicas en 2 mil
500 municipios, Además de 669 hospitales. También, 42 mil 322 médicos
generales, más de 126 mil enfermeras y más de 30 mil especialistas adscritos al
IMSS-Bienestar.
Un
informe aplaudido con entusiasmo por los miles de ciudadanos presentes en el
zócalo. ¿Todos eran morenistas? Lo dudo. Los hubo. Pero la mayoría sólo eran
simpatizantes del cabecita de algodón. Escuchaban en la primera fila del
auditorio, la presidenta electa Doctora Claudia Sheinbaum Pardo, la esposa del
jefe de la Nación, doctora Beatriz Gutiérrez Müller, y la jefa de gobierno de
la Ciudad de México, Clara Brugada Molina, así como miembros de los gabinetes
presidenciales, entrante y saliente, y gobernadores y gobernadoras de las
entidades federadas. Destacó la presencia de la doctora y escritora Gutiérrez
Müller, mera mera de la familia López Obrador, autora del libro Feminismo
silencioso.
El
presidente destacó que el empleo se ha incrementado y ahora México es el
segundo país del mundo con menos carencia de puestos de trabajo. “Y eso que yo
nunca presumí que iba a ser el presidente del empleo” … lanzó un dardo hiriente, pero muy justo, al ex
presidente de la derecha, Felipe de Jesús del Sagrado Corazón Calderón
Hinojosa. La crítica debió escucharse fuerte en Madrid. Muy puesta la atención
de los asistentes y de muchos ciudadanos que estuvieron atentos a la lectura
del informe presidencial a través de las ondas de la internet y los medios
públicos, que la prensa chayotera se quedó callada o apenas publicó una nota
por no dejar; para registrar un hecho más.
Durante
la lectura se escuchó un gran clamor, cuando López Obrador informó que presentó
la iniciativa de reforma al poder judicial para que éste deje de ser abanderado
de la delincuencia. E hizo un paréntesis en su lectura para preguntarle a la
gente si era mejor que los ministros de la Corte sean elegidos por el
presidente y el congreso, a lo que la gente no levantó la mano. Pero cuando
preguntó si les parecía bien que los ministros fueran electos por el pueblo,
todo el mundo levantó la mano y un clamor general rebotó en los muros de
palacio nacional, del palacio municipal y de la hermosa catedral metropolitana
de la Ciudad de México. Que se oiga hasta los vecinos del norte, que fue donde
primero se eligieron por el pueblo los ministros de la corte. Y ahora el Departamento
de Estado cuestiona severamente la reforma judicial planteada por el presidente
de México y analizada y discutida por los 500 diputados de la LXVI legislatura
del Congreso de la Unión. (Pero el presidente Biden ha propuesto otra reforma a
su poder judicial).
Pero
no se había dado la noticia de que dos jueces de banqueta, uno de Chiapas y el
otro de Morelos, como perritos falderos de Norma Piña, la presidente de la
Suprema, decidieron que la Cámara de Diputados parara las discusiones sobre las
bondades de la reforma judicial, lo que alegró a Claudio X. González, a la
señora X y a su grupito de malandros reaccionarios, llamados paniaguados por el
ahora presidente de la mesa directiva del Senado, Gerardo Fernández Noroña, quienes
no se han dado cuenta de que, como grupúsculo de conservadores, de
reaccionarios son los perdedores de siempre y no tienen cara para oponerse a la
reforma judicial, defendida con argumentos por el doctor en derecho, y ahora
líder de la mayoría en la Cámara de Diputados, Ricardo Monreal Ávila.
El
mandatario tabasqueño destacó los resultados de la economía, la reducción de la
pobreza, el éxito de las relaciones comerciales, el ingreso de miles de
millones de pesos por concepto de envíos de dólares, lo que denominamos remesas
familiares, así como el comportamiento del turismo, rubro en el que México es
ya el sexto país más visitado del mundo. Ah, y las pingües utilidades de los
bancos extranjeros establecidos en México. La economía mexicana creció, dijo, a
pesar de la pandemia de Covid 19. La tremenda caída por la pandemia no impidió
terminar el sexenio con porcentajes positivos. Presumió su magna obra: el tren
maya, que pronto será inaugurado en todo su recorrido, antes de que él deje la
presidencia. Presumió también el corredor del istmo de Tehuantepec, que
sustituirá al Canal de Panamá, que ya se queda seco en tiempos de estiaje, y
así mismo el ferrocarril de Palenque y toda la red de ferrocarriles de
pasajeros, como el Insurgente que corre de Toluca a la Ciudad de México, que ya
llega a Santa Fe, pueblo bendito fundado por el obispo Vasco de Quiroga. Van a
quedar 2,300 kilómetros de vías férreas para trenes de pasajeros, luego de que,
en el periodo neoliberal, desparecieron esos ferrocarriles.
López
Obrador destacó todos los más importantes logros de su administración, como el
rescate de Petróleos Mexicanos y de la CFE, la compra de la refinería Deer Park
y la construcción de la de Dos bocas. Y enfatizó la lucha contra las bandas de la
delincuencia organizada y todo lo que éstas conllevan; la lucha contra el
narcotráfico, entre otros.
Parecía
que le hablaba al 90 por ciento de los 130 y tantos millones de mexicanos,
especialmente a los pobres, porque su divisa de gobierno dice: “Para el bien de
todos primero los pobres”. Y dijo que los maestros recibieron infinitamente un
mejor trato. El informe lo concluyó el hijo de Tepetitán con un elogioso
panegírico a Claudia Sheinbaum Pardo. Y no dejó de reconocer a su querida
esposa, la doctora Beatriz Gutiérrez Müller, con quien cogidos de la mano,
fueron al saludo del lábaro patrio y despidiéndose de la gente, caminaron hasta
ingresar a Palacio Nacional. Y se desbordó la concurrencia en vítores a López
Obrador, al Cabecita de Algodón, el presidente más odiado, despreciado y
vilipendiado por los reaccionarios derechistas de la historia de México, pero
el presidente que pasará a la historia por haber sido el más querido por la
mayoría de los mexicanos, especialmente por los más pobres.