lunes, 2 de septiembre de 2024

NUESTRA HISTORIA: Septiembre 1° 1804: Nace Mariana Pineda, ejecutada por no delatar a los disidentes

Bandera Liberal cuya confección se le atribuyó a Mariana Pineda, lo que según los historiadores fue tomado como pretexto para ejecutarla. (Imagen tomada de https://www.inmsol.com/es/blog-escuela/cultura-literatura-historia-espana-es/mariana-de-pineda-munoz-ley-libertad-igualdad/)



Reporta desde Colombia Pepe Sánchez                                                                                                                 
Considerada como una verdadera heroína granadina ejecutada por luchar contra el absolutismo. Su vida le sirvió de inspiración a Federico García Lorca para la obra teatral que estrenó en Barcelona el 2 de junio de 1927.



Mariana Pineda fue condenada a muerte y ejecutada en Granada el 26 de mayo de 1831 por no querer delatar a sus compañeros liberales que luchaban contra el gobierno absolutista de Fernando VII. Tras su ejecución, Mariana se convertiría en una mártir por la libertad.

Nació el 1° de septiembre de 1804 en el seno de una familia noble en Granada, pero quedó huérfana a los quince meses, por lo que su tío paterno, José Pineda, se hizo cargo de ella tomándola en custodia.

A los quince años, contrajo matrimonio con Manuel Peralta y Valle, destacado miembro de la Logia Masónica y muy cercano al Conde Teba y a su Círculo Constitucionalista, lo que la hizo partidaria de los grupos liberales y al final la llevaría a ser ejecutada por el gobierno absolutista.

Federico García Lorca se basó en su historia para escribir el drama teatral que eterniza el nombre de la dama, obra que se estrenó el 24 de junio de 1927 en Barcelona, con vestuario diseñado por Salvador Dalí, que causó una verdadera sensación.

El drama empieza con un prólogo donde unas niñas cantan el romance sobre Mariana Pineda, ataviadas con diseños de Dalí muy apegados a la época de 1860 y luego se extiende por la vida de la protagonista, que García Lorca divide en tres etapas.

Para esa época, había una gran inconformidad, porque el rey Fernando VII había optado por el Absolutismo. Luego de su retorno al poder en 1813, decidió que la Constitución de 1812-apodada La Pepa porque fue promulgada el Día de San José, 19 de marzo de ese año- debería ser derogada y eliminar muchas de las libertades que tal legislación concedía.
Los liberales, desde luego, se opusieron de manera total a los absolutistas y esto dio lugar a un conjunto de luchas internas que de nada valieron. 

Tras nueve años de reinado, en 1823, Fernando dio comienzo a lo que los liberales denominaron la Década Ominosa, período en el que los integrantes de esa colectividad fueron oprimidos de diversas maneras y aplastados con mano de hierro todos los intentos de protestas o levantamientos.

Mariana Pineda, ya a los dieciocho años, estaba muy metida en la política participando de lleno con los liberales a quienes incluso escondía en su propia casa cuando eran perseguidos por el régimen.

En 1828, Mariana ayudó a escapar de la cárcel a un primo de su padre, el general Fernando Álvarez de Sotomayor, acusado de conspirador por lo cual fue condenado a muerte.

La dama, dándose cuenta de que los prelados tenían entrada libre al penal, aprovechó el momento y le entregó a su pariente unos hábitos sacerdotales, ataviado con los cuales, Álvarez de Sotomayor pudo escapar.

En su drama, García Lorca cuenta que más tarde, Mariana, enamorada de un revolucionario de Granada, Pedro de Sotomayor, elaboró para él una bandera liberal con la consigna Ley, Libertad, Igualdad.

Se dice que todo fue una persecución desatada contra liberales y masones por el alcalde de Mondoñedo y después de Granada Ramón Pedrosa, que le había exigido a Mariana delatar a los demás miembros de la célula revolucionaria a la cual ella se negó de manera enfática,

-Nunca una palabra indiscreta escapará de mis labios- había dicho ella. 

Pedrosa, la quien requería de amores, le rogó que aceptara su ofrecimiento y revelara los nombres de sus compañeros. La dama se negó a todo y fue condenada a muerte.

De manera inmediata un grupo de ciudadanos influyentes de Granada le exigieron al rey Fernando el indulto, para nada sirvió.

El 26 de mayo de 1831, Mariana fue conducida hasta la que hoy se llama la Plaza de la Libertad y vestida con las ropas que usaban los ajusticiados les pidió a sus verdugos que no le quitaran las ligas para "no llegar al patíbulo con las medias caídas". 

Ante la mirada del público, sufrió la ejecución en silencio y con un crucifijo entre las manos.

Ahí empezó la leyenda. El pueblo convirtió a la dama en una heroína, en el símbolo de la libertad y Federico García Lorca, en su drama teatral, la mostró como el paradigma de la valentía, al negarse a ponerse de rodillas ante el absolutismo del monarca.





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