sábado, 13 de septiembre de 2008

Acciones contra EE.UU. en América Latina


Por: Isaac Bigio

En el aniversario del 11 de septiembre, Hugo Chávez hizo en la víspera lo mismo que su homologo boliviano Evo Morales: expulsar al embajador de EEUU de su país. Luego el presidente hondureño Zelaya canceló la presentación de credenciales de su respectivo embajador norteamericano. Esta ola contra representantes de la mega-potencia no se había dado antes en América Latina. Si las matanzas en el 2001 permitieron a George Bush potenciarse y lanzar nuevas guerras, las reacciones en torno al 11 de septiembre del 2008 de algunos gobiernos contestatarios hispanos buscan inducir a los estadounidenses a cambiar de gobierno en sus elecciones del 4 de noviembre. Chávez acusa a Bush de querer hacerle un golpe tipo Chile como el del 11 de septiembre de 1973. Hoy quiere mostrar que tras 8 años de gobierno ‘duro’ EEUU ha logrado hacer que todo su ‘patio trasero’ pase de haber tenido muchos gobiernos amigos a estar dominado por presidentes izquierdizantes. Chávez quiere influir en los comicios de su principal importador de petróleo y también en el referendo constitucional ecuatoriano del 28 de septiembre y en las cruciales elecciones regionales venezolanas del 23 de noviembre. Si Morales quiere aislar y dividir a los autonomistas orientales apareciendo como el campeón de la unidad y soberanía nacionales, Chávez quiere evitar perder nuevas regiones presentándose como el paladín del patriotismo venezolano y pan-latino ante el ‘imperio’. Para la Casa Blanca esas movidas ‘muestran desesperación’, son cortinas de humo para que Chávez purgue a sus FFAA y se tape una supuesta revelación de que varios de sus altos mandos están coludidos con las FARC y los narcos, y advierte que aquellos gobiernos que se van más lejos de la centroizquierda y que chocan con las ‘democracias occidentales’ no tienen futuro. AJEDREZ INTERNACIONAL Moscú, ha enviado 2 bombarderos a Venezuela con quien se prepara para hacer ejercicios navales conjuntos. Rusia profundiza el desafío ante EEUU que hizo al atacar Georgia y luego reconocer la separación de ésta de dos satélites suyos. En 1973 EE.UU. alentó el derrocamiento de Allende a quien le presentó como un títere del comunismo. Hoy el Kremlin tiene un gobierno capitalista y es, más bien, Venezuela quien busca valerse de ella para proteger al alba y a sus amigos en la región. Bush quiere poner una camisa de fuerza sobre Morales e irlo socavando, evitar que Correa se imponga en Ecuador y que Chávez sufra una nueva derrota electoral. Caracas, mas bien, busca responder quitando autoridad a Washington en la región. Los republicanos querrán valerse de la crisis para insistir en la necesidad de continuar con una política exterior dura y Palin en cortar la dependencia del petróleo venezolano perforando más pozos en las reservas naturales de Alaska. Los demócratas protestarán contra Evo y Chávez, pero querrán mostrar a los votantes que la mejor manera de evitar que EE.UU. siga perdiendo respeto en el mundo es con una diplomacia menos antagónica y con un nuevo presidente de color que sea capaz de dialogar y moderar a sus contrincantes.

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