Obama en Cuba
Por Armando García
La visita del
presidente Barack Obama a la Perla de las Antillas es sin lugar a dudas uno de
los momentos que serán recordados en la historia de las relaciones entre Cuba y
los Estados Unidos de América.
“Todos somos
americanos”, dijo el Presidente en su último discurso en La Habana, al
referirse que hay que superar las diferencias del pasado y trabajar juntos para
el futuro de ambos países que beneficie a la población cubana gracias a los
acuerdos llegados con su homologo Raúl Castro.
Hay que recordar que
Castro catálogo en Panamá al Presidente Obama como una persona honesta.
Palabras muy alejadas al discurso típico castrista y guevarista de luchar
contra el imperialismo yanqui en cualquier parte del mundo.
También hay que
recordar que Obama y el expresidente mexicano Felipe Calderón, declararon hace
como un lustro que ya era tiempo de abrir el diálogo con Cuba. Ambos
mandatarios nacieron después de la revolución cubana que llevo al poder a Fidel
Castro y a su hermano Raúl.
Leyendo entre líneas y
escuchando en tierra estadounidense las declaraciones de personas como Ted
Cruz, senador cubano-canadiense-estadounidense, candidato a la nominación a la
presidencia de EE.UU. y de otras voces del exilio cubano al igual de
congresistas que se han expresado contra la apertura de relaciones entre Cuba y
EE.UU., puedo decir que lo hecho, hecho está. No se puede regresar a un pasado,
que aunque se ha quedado grabado en la historia, no hay forma de remediar los
errores de administraciones, tanto demócratas como republicanas por el
aislamiento que Cuba fue sometida por medio siglo.
El exilio cubano tiene
rabia, enojo, pero cuántos sobreviven en la actualidad de aquellos que salieron
solamente con lo que tenían a la mano. Esos exiliados de los años 60s sembraron
en las mentes de sus hijos, nietos y bisnietos un odio al régimen castrista.
Mentalidad que tendrán por mucho tiempo, pero algún día la historia le dará la
razón a aquellos que lograron que Cuba y EE.UU. llegaran a abrir sus puertas.
Debido a la política
de aislamiento que Cuba ha vivido, las carencias, las limitaciones, el
racionamiento alimenticio han sido el pan de cada día para el pueblo cubano.
Otro país en Nuestra América no hubiera
soportado tal aislamiento y segregación del resto del continente.
Tanto el gobierno
cubano, como los exiliados, deben dejar el discurso negativo de ataques mutuos
y de alejarse de exigir, por parte de Cuba, una indemnización por las pérdidas
que ha tenido por culpa del embargo económico en su contra.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario