Un aniversario más del
nacimiento de Cesar Chávez
Por Armando García
Todos los pueblos han
tenido un caudillo que ha luchado por que la justicia llegue a los más
necesitados, a los parias, a los desamparados, a los que con su sudor y su trabajo
edifican la riqueza de las sociedades en las que le tocó vivir.
Algunos de esos
caudillos, pocos lograron su objetivo, otros fueron cegados al principio o a la
mitad del camino y muchos con ahínco levantaron la bandera de su lucha y han
seguido adelante.
El dramaturgo alemán
Bertolt Brecht dijo que hay hombres que luchan un día y, son buenos. Hay otros
que luchan muchos días y, son mejores. Pero hay otros que luchan toda su vida,
esos son los imprescindibles.
Una de esas personas,
los que lucharon toda su vida y su legado sigue vivo, gracias a quienes tomaron
el liderazgo de su lucha y de otros que gracias a su ejemplo caminan por el
sendero de la lucha social, está muy cerca de nosotros, del pueblo inmigrante,
del campesino, del obrero, del estudiante, me refiero a César Chávez.
A los 23 años de su
muerte, la vida que llevó César Chávez sigue siendo escuchada en muchos
rincones del país, y en otros ha querido ser borrada de los libros de la
historia.
César, es nuestro
caudillo en Estados Unidos, principalmente del campesinado. Consiguió lo que
muchos fallaron por mucho tiempo, formar un sindicato, una unión, un movimiento
que sentó el ejemplo del estilo de lucha necesario en este país para conseguir
conquistas laborales, dignas de un ser humano.
Para los que tuvimos
la fortuna de trabajar cercanamente con él, César nos mostró el camino sin
violencia de la lucha por la justicia social. Algo difícil de concebir por
muchos llamados revolucionarios que su meta es derrocar por la vía armada a los
gobiernos, la oligarquía, la burguesía en el poder.
César logró que las
grandes empresas agrícolas se doblegaran ante la presión del boicoteo a los
productos agrícolas, un arma económica, infalible, que afectó directamente a la
riqueza de los poderosos, los intocables, de los influyentes en todos los
aspectos de nuestra sociedad.
César logró abrir los
ojos a una sociedad que el alimento que uno se lleva todos los días a la boca,
fue cosechado por alguien que no tiene suficiente para comer y menos para
sostener a su familia. La sociedad estadounidense supo de la miseria, la
desesperación, la angustia del campesinado a través del boicoteo, al ver como
miles de campesinos llegaron a las grandes ciudades a pedirles a los
consumidores que no compraran uvas o lechuga, porque estaban manchadas de
explotación, marginación y humillación.
César dijo que el
sufrimiento del campesino no tiene precio, pero logró que los agricultores
cedieran en compensar ese sufrimiento al mejorar las condiciones de trabajo.
César ya no está físicamente
con nosotros. La consigna de ¡Sí se Puede! que se escuchó desde los surcos del
campo hasta las ciudades, ahora se escucha en todo el mundo y hasta el
Presidente Obama la utilizó ampliamente en su campana electoral hace unos ocho años.
Su lucha no debe
olvidarse, debe ser conocida en todos los rincones del país y además la lucha
debe seguir, ya que campesino que César organizo, ya tampoco está con nosotros.
Nuevas generaciones de mano de obra joven llega a los campos, a las fábricas, a
las ciudades, provenientes de América Latina y de otras partes del mundo.
Algunos recogerán las conquistas de César, otros correrán con el destino de ser
explotados y humillados por sus patrones y discriminados por la sociedad que
siempre lo ha mirado con malos ojos, como lo ha manifestado el magnate Donald
J. Trump. Pero las enseñanzas de qué se debe hacer, y cómo se puede ganar, ya
están escritas, simplemente hay que ponerlas a la práctica.
Las luchas por la
reforma migratoria, por reformas laborales, se pueden ganar sin violencia. Los
que tienen la capacidad de ser líderes comunitarios, laborales, sindicales,
deben seguir el ejemplo de César Chávez y de todos aquellos que tienen la
responsabilidad de proteger y continuar con su legado.
Armando García es un periodista independiente y
ha sido colaborador de varios medios impresos y en internet. Es el editor y
fundador de Nuestra América Magazine. Fue el corresponsal y columnista de Conexión Hispana en San Ángelo, Texas y
director de medios de Finding Produtions en Los Ángeles, California. Trabajó
como corresponsal de la agencia española “EFE” en San Antonio, Texas y de la
“Hispanic Press News Agency” en Washington, DC. Fue colaborador de la revista
“Latino Leaders” y fue reportero bilingüe en los periódicos La Prensa y Rumbo
de San Antonio, Texas y editor general de los semanarios Imágenes y La
Farándula en el Condado de Ventura, California. Además director de Relaciones
Públicas del sindicato United Farm Workers Union en el estado de California y
fungió como editor-reportero del semanario ¿Qué Pasa? En Charlotte, NC.
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