De la serie Mi familia. Título, A la arada. Óleo sobre
lienzo.
Por Ilka Oliva Corado
https://cronicasdeunainquilina.com
El 4 de agosto se inauguró en Venezuela, la Bienal del
Sur, Pueblos en Resistencia. Esta Bienal cuenta con la participación de 127
artistas de 26 países y tengo el enorme privilegio de estar participando con
una de mis pinturas. De la serie Mi familia, el título de la pintura es “A la
arada”. Óleo sobre lienzo.
Para mí es una enorme alegría tener esta oportunidad,
porque pinto de corazón, desconozco de técnicas, de estilos, del lenguaje de
los colores, pinto porque desde niña es lo que soñé hacer pero por mis
circunstancias de vida ha sido hasta en mi edad adulta que he podido hacerlo,
recién hace apenas unos años. Y participar en esta Bienal es un regalo de la
vida para alegrar mi corazón y llenar de regocijo a mi espíritu.
Escribo esta nota para agradecer a quienes optaron por
dar esta oportunidad a mi pintura, pero sobre todo a un niño vendedor de
dulces de papaya que creó políticas de inclusión para que personas como yo
podamos participar en una Bienal. Digo personas como yo, obreras, con la
ilusión de aprender, que tal vez no conozcamos de técnicas y del conocimiento
teórico y contemos con la experiencia de años en el arte, pero que
pintamos con la esencia de la vida que es la resistencia en las circunstancias
adversas del día a día; individualmente y como pueblo.
Es para mí un enorme privilegio poder participar en
esta Bienal como migrante, como obrera y sobre todo, como una niña que también
como el gran Niño Arañero creció vendiendo helados en un mercado. Por eso me
siento honrada, porque mi participación en esta Bienal es producto de su
visión, de su entrega, de su ímpetu para que el pueblo goce y participe en eventos
culturales que durante décadas fueron tomados por las oligarquías. Porque
nosotros somos el arte mismo, con nuestros colores, con nuestra voz, con
nuestra lucha, con el trabajo de nuestras manos en las maquiladoras, en los
campos de cultivo, en la construcción, arreglando zapatos, limpiando casas, con
nuestros pies que hacen caminos nuevos, con nuestro pecho que canta a la luz de
un nuevo día. Con nuestra espalda que carga la historia de lucha y resistencia.
Con nuestra mente que crea, que analiza y con nuestro cuerpo que se moviliza
cuando se trata de defender la dignidad. Sí, el arte es del pueblo, el pueblo
es el arte.
Un saludo y mi agradecimiento a todo el equipo que
conforma la Bienal de Sur, Pueblos en Resistencia, han alegrado mi espíritu
latinoamericano. Y mucho más de saber que la pintura que participa es una de
mis cabritas, que son mi familia, el amor, la ternura, con las que crecí
saltando los tapiales y los montes.
El mismo día de la Bienal me fui a celebrar dando una
vuelta en bicicleta, porque las alegrías se celebran y las mujeres obreras
debemos celebrarlas mucho más, como un acto de amor propio, como el ejercicio
de regar una plantita para que florezca. Como un acto de resistencia
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