Protestas en
Guatemala. Foto archivo
Por
Ollantay Itzamná
La única
vez que pasé por una oficina del Ministerio Público, en la ciudad de Guatemala,
la Agente Fiscal que me atendió tenía entre sus dedos un lapicero con
prominente logo de la USAID… Así, el Gobierno de los EEUU, financia y tiene
cooptado todo el aparato judicial del país. Y, la historia/epílogo de la
(Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala (CICIG), Fiscalía
Especial Contra la Impunidad (FECI), etc., el Gobierno norteamericano lo
conocía antes que ocurriese.
Fue noticia
aplaudida en el país, cuando en el mes de abril pasado, el Embajador
norteamericano William Popp, inauguró las últimas 68 fiscalías municipales,
todas financiadas por el gobierno norteamericano, para alcanzar las 340
fiscalías municipales de Guatemala. ¡Éste es el nivel de sometimiento de
Guatemala a los EEUU!
El caótico
sistema judicial, político, económico… de Guatemala lleva la impronta del
intervencionismo directo y descarado del gobierno norteamericano. Después del
Golpe de Estado de 1954, promovido y financiado por el Gobierno norteamericano,
nada de lo que ocurre en la Guatemala oficial (en sus instituciones,
legislación y políticas públicas) sucede fuera de la voluntad de la Embajada
norteamericana.
Esto es una
vergonzosa y dolorosa verdad para esta bicentenaria República, pero es así.
Duele. Incluso la génesis y agendas de los partidos políticos de izquierda
ocurren con la venia de la Embajada. ¡Ni hablar de los de centro izquierda o de
los de derecha!
Las
trágicas historias inconclusas de los últimos 80 años de Guatemala son la
materialización más cruda de la voluntad omnipotente del Gobierno
norteamericano. La firma de los Acuerdos de Paz, la creación, implementación y
disolución de la CICIG, la “guerra antidrogas”, la operación de la FECI…, la
elección de presidentes, fiscales, magistrados…, ocurre con la “venia”
norteamericana. Duele, ¿verdad?, pero es así.
Si esto
así, ¿por qué no protestamos ante la Embajada norteamericana?
Ciudadanos
de Guatemala en protesta. Internet
Si esta
gráfica de la nefasta realidad duele, duele mucho más que el “injerencismo
norteamericano” se haya “naturalizado” en el imaginario colectivo de la
guatemalticidad, en especial en los nichos sociales con mayor grado de
escolaridad.
USAID
proyecta en el imaginario colectivo de la guatemalticidad una imagen “benigna”
y hasta “redentora” del Gobierno norteamericano, mediante la distribución de
lapiceros, comida enlatada, abonos químicos o salarios para agentes de ONG.,
etc. En Guatemala es común escuchar a profesionales ladinos o indígenas,
incluso quienes salen a protestar contra la corrupción, afirmar que “trabajan o
trabajaron con fondos de la USAID”. ¡Se organizan congresos de intelectuales
indígenas (contra el racismo) con fondos y logos de la USAID, ovacionando la
filantropía norteamericana!
Muy a pesar
que las desgracias irresueltas de Guatemala llevan las improntas del capricho
norteamericano, en las masivas protestas destituyentes urbanas y rurales no
aparece la mención de la Embajada norteamericana como uno de los enemigos
internos/externos del país.
Casi nadie
protesta contra la presencia gringa en Guatemala. Es más, cada que llega el
emisario yankee al país, o cada que aparece el Embajador, muchos de las y los
que protestan contra la corrupción o cooptación del Estado acuden y/o reciben
al “emisario” cual si fuese un “redentor cuasi divino”.
Lo cierto
es que en países ocupados como Guatemala se podrá protestar, e incluso creer
que se destituyen gobernantes corruptos (caso 2015), pero la Embajada, en
complicidad con la oligarquía nacional, colocará a otro igual o peor corrupto
en el poder… Esta es la situación de pueblos colonizados donde el colonizador
es asumido como un “benefactor”, y quienes se atreven a cuestionar al
colonizador son repelidos/estigmatizados por los mismos colonizados como
radicales.
Quizás la
situación en Guatemala cambie si acaso los sectores sociales que protestan caen
en cuenta que muchas veces las “protestas destituyentes contra la corrupción”
es un juego perverso permitido y promovido por el Gobierno norteamericano.
El camino
es avanzar hacia procesos constituyentes para crear un nuevo orden jurídico y
político soberano en el país que quiere existir. Pero, esto se logra en la
medida que se nomine y abomine al colonizador: la Embajada norteamericana. Sólo
así Guatemala comenzará caminar sobre sus propios pies, tras el postergado
sueño de su emancipación plurinacional. ¡Quizás sea el tiempo de protestar en
el frontis de la imponente Embajada norteamericana en la ciudad de Guatemala!
No hay comentarios.:
Publicar un comentario