¡PADRE, estás en mi ecuánime elocución!,
amo tu luz en mi memoria,
te conservo entre mis delirios
mitigando ruinas para que no te vayas.
Eres cada vocablo pronunciado en serio,
sentir, pensar que me trastoca y forma,
y tu presencia, ave cantora, aclara
la incertidumbre de mi eterna espera.
Te has quedado conmigo en casi todo,
en cada paso que me mantiene lúcida;
eres la metáfora de mi búsqueda
para llegar al trasfondo de lo injusto,
a lo profundo y… jamás declinar.
Padre, no quiero jugar más contigo
a las escondidas, ¿dónde estás?,
sé que volverás porque me amas,
¡abrázame Papá!, me da miedo
tanto ruido y el mundo se derrama.
Pensar distinto, decías… es peligroso.
Ahora dime cómo avanzo pisando
falsas baldosas por los caminos;
si me quedé sin tu visión osada,
sin ese brillo que encanta,
azora lo nefasto de las serpientes.
Oralia López Serrano.
Poeta Mexicana
Del libro “La mujer que me habita” 2023.
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