Por Pedro Martínez Pírez
Publicado en http://moncadalectores.blogspot.com/
Es positivo que la Cámara de Representantes y luego el Senado de Estados Unidos aprobara varias enmiendas que han sido ya firmadas por el presidente Barack Obama, pero los cambios se quedan muy cortos si se les compara con lo que había ofrecido durante la campaña electoral el actual mandatario estadounidense y lo que exigen América Latina y el resto del mundo.
No se levantan, por ejemplo, las prohibiciones para que los ciudadanos de Estados Unidos puedan viajar libremente a Cuba, algo que muchos desconocen y constituye una violación flagrante de los derechos civiles del pueblo norteamericano.
Las medidas del Congreso se han limitado prácticamente a abolir las muy reaccionarias medidas implementadas en el 2004 por el ex presidente George W. Bush, aliado de la mafia anticubana de Miami vinculada a los terroristas defensores del criminal Luis Posada Carriles.
Muchos en Cuba y en los Estados Unidos esperaban que junto a las medidas en favor de los derechos de los cubanos residentes en la nación norteña, se levantara la absurda e ilegal prohibición a los estadounidenses y se dieran pasos en favor del levantamiento del bloqueo económico que desde hace casi cinco décadas impone Washington al pueblo cubano, con la oposición de la inmensa mayoría de las naciones del mundo.
Por otra parte sigue limitado el comercio de Estados Unidos hacia Cuba a solamente dos renglones y mediante el pago adelantado, algo insólito en el comercio internacional y una prueba de que se mantienen los compromisos del actual gobierno con los sectores ultrarreaccionarios de Miami, lo cual se puso de manifiesto durante las negociaciones para aprobar en el Congreso las limitadas modificaciones hacia Cuba, ejemplo de resistencia frente al imperio.
Resulta increíble que un país como Estados Unidos, que se arroga el derecho a calificar a las demás naciones del mundo en el tema del respeto a los derechos humanos aplique duras penas a los ciudadanos norteamericanos que viajen a Cuba sin una licencia especial, mantenga el bloqueo económico y financiero, así como restricciones a los cubanos residentes en Estados Unidos, aunque ahora aliviadas por el acuerdo del Congreso, que debió ser mucho más amplio y democrático, como lo han exigido los presidentes latinoamericanos que han visitado a Cuba en estos días y que aprobaron el ingreso de la mayor de las Antillas al Grupo de Río en diciembre pasado.
No sólo en Cuba, sino en los propios Estados Unidos, algunas organizaciones han criticado por insuficientes las medidas aprobadas por el presidente Obama, las cuales se harán efectivas a partir del próximo mes de octubre. Ello indica que Estados Unidos mantendrá el bloqueo como una concesión a los sectores ultraderechistas de Miami, quienes de todas maneras resultaron golpeados por los cambios, siquiera cosméticos, de la actual administración, que tiene ante sí el desafío de desmantelar también la prisión que ilegalmente mantiene Estados Unidos en Guantánamo, y a continuación devolver ese territorio cubano que usurpa desde hace más de un siglo.
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