“Desde el triunfo de la Revolución en 1959, la base ha sido fuente de provocaciones y agresiones, tanto de las tropas del enclave como de contrarrevolucionarios que allí encontraron refugio, muchos de ellos después de cometer crímenes y otras fechorías. En 1961 personal de la Base provocó la muerte a golpes de un obrero cubano y menos de un año más tarde fue secuestrado, torturado y asesinado un humilde pescador. Dos soldados cubanos resultaron asesinados en 1964 y 1966, respectivamente, por disparos realizados desde esa instalación norteamericana. Son muchas las violaciones del espacio aéreo, marítimo y terrestre cometidas, junto a diversas provocaciones como disparos, lanzamiento de piedras, proferir ofensas y otras muchas. Los ejercicios de las tropas norteamericanas han provocado daños ecológicos irreparables al entorno, incluso han estacionado allí submarinos nucleares. Violando hasta el ilegal tratado que Estados Unidos esgrime para mantener su presencia militar. Las máximas autoridades cubanas han declarado en muchas ocasiones que no aceptarán ninguna negociación con respecto a este territorio ilegalmente ocupado que no sea la retirada incondicional de las tropas extranjeras allí acantonadas contra la voluntad expresa del pueblo de Cuba.” (www.cubagob.cu)
No sólo el pueblo de Cuba es víctima de lo que ocurre en Guantánamo, sino que también esta base naval traslada clandestinamente personas hechas prisioneras por la CIA que pertenecen a distintos lugares del mundo, sin ningún tipo de juicio formal y violando todas las leyes internacionales de Derechos Humanos. Allí son torturados iraquíes, paquistaníes, árabes, algunos de doble nacionalidad, etc.
De la misma manera: ilegal, Estados Unidos a través de la Ley Helms-Burton, impuso un bloqueo económico, comercial y financiero a la isla. Bloqueo que provocó daños multimillonarios, que el canciller cubano Felipe Pérez Roque puso de manifiesto en octubre del año pasado en la Asamblea General de la ONU.
Todos estos ataques, por dentro y fuera de la isla, perpetrados por Estados Unidos durante 50 años, muestra a las claras el fracasado objetivo de derrotar a la Revolución Cubana. Pero ya no se puede detener esta bola de nieve que son las innumerables denuncias contra Estados Unidos por las violaciones a los Derechos Humanos. En la ONU de sus 192 miembros, 185 votan contra el bloqueo y lo califican de criminal. También condenan el bloqueo centenares de organizaciones y líderes de muchos países del mundo, por ejemplo la Presidenta de Chile, Michel Bachelet; la Presidenta de Argentina, Cristina F. de Kirchner (quién marcó “cuánto más podrá hacer Cuba cuando se derrumben esas barreras comerciales y poder demostrar aún más ese potencial económico y de conocimientos”); el Senado Mexicano el 20 de febrero que acordó por unanimidad exhortar al presidente a levantar el embargo. Hasta en el propio núcleo yanqui, el Coronel Glen Alex Crowther, Prof. Univ. de Asuntos de Seguridad Nacional en el Instituto de Estudios Estratégicos (SSI), recomienda lo mismo.
El nuevo Presidente de Estados Unidos, Barak Obama, firmó decretos para cerrar dentro de un año la cárcel de Guantánamo, revisar los juicios a los allí detenidos y prohibir las torturas. Pero estos crímenes deben detenerse ya y devolverse todo Guantánamo a su legítimo dueño, Cuba. Tampoco debe esperar el levantamiento del bloqueo, recordemos que Obama prometió en su campaña electoral abrir negociaciones no condicionadas con Cuba y anular las decisiones de Bush de impedir los viajes de familiares hacia La Habana y la restricción al giro de ayudas monetarias a esos familiares. Ese sería un buen primer paso pero hay que andarlo hasta el final, más temprano que tarde, para eliminar todo el bloqueo.
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