Por Armando
García
Cada día
que pasa surgen sorpresas de parte del Presidente Trump. Las dos últimas, hasta
el cierre de esta publicación, la prohibición de dejar entrar a Estados Unidos
de personas provenientes de siete países musulmanes y el despido de la procuradora
interina de justicia por no querer defender al presidente por sus acciones
ejecutivas.
A nombre de
la seguridad nacional, la estatua de la libertad bien podría estar en lágrimas
por la decisión descuidada e irresponsable del presidente de cerrar las puertas
del país a miles de personas. Por tal motivo y por otros por venir, a Trump se
le puede ir el país de las manos.
Desde el
primer día que tomó posesión como presidente, millones en todo el país salieron
a las calles a protestar su investidura. Y a raíz de su decisión de prohibir la
entrada al país de viajeros procedentes de países musulmanes, protestas se
desataron a los aeropuertos importantes del país.
Trump tiene
a su cargo un país dividido. Es un mandatario que le importa siempre ganar, no
se conforma con haber ganado el voto del colegio electoral, sino quiere que el
voto popular quede también a su favor, el cual perdió, y ahora amenaza con una
investigación sobre posible fraude electoral.
Analistas
han indicado que sus acciones ejecutivas son inconstitucionales, pero aún así,
Trump se sale con las suyas. El presidente está empeñado a borrar de la legislatura
las acciones, mandatos o decisiones del ex presidente Obama. Sin un seguro
médico que reemplace al llamado Obamacare, volveremos a los tiempos donde
personas de bajo recursos tengan que decidir entre comer o comprar sus
medicamentos o ir al médico. Trump está limpiando la casa, poniendo a personas
que puedan obedecerlo, seguir sus pasos, y como lo declaró su vocero de prensa,
quien no esté de acuerdo, que renuncie.
Bajo la administración
de Trump, se pueden aprobar medidas que
contaminen el medio ambiente a nombre de crear empleos en el país. Con sus medidas anti inmigrantes, el país, como lo escribí anteriormente, puede volver a
los días oscuros de este país, como el peligro de que se realicen redadas
masivas en centros de trabajo y comunidades de minorías para deportar a los “indeseables”
o extranjeros “alienígenos” que no tengan sus documentos migratorios en regla. Con
Trump, el racismo, la xenofobia supremacista está creando pánico en la población latina y de otras minorías.
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