jueves, 10 de julio de 2008

A 40 años del 68

Por: José Manuel Galván Leguízamo

Cuando se pone a “la ardillita” a buscar en la mente el archivo de que fue lo que ocurrió en 1968. Los primeros recuerdos que aparecen para muchos son Las Olimpiadas de ese año que por primera vez se llevaron a cabo en México. Y no es para menos, la importancia de ese encuentro mundial ha representado el intento de armonía al menos por el tiempo en que se realiza la competencia deportiva. El 68 fue un año especial ya que se registraron múltiples protestas alrededor del un mundo que se rebelaba contra “la autoridad divina” impuesta por siglos. Pero quien no recuerda los guantes negros en el podium de premiados de esos negros victoriosos que con sus puños señalaban que a pesar del deseo de paz había muchas cosas que arreglar en un mundo desigual. Las protestas del Mayo Francés desde donde se lanzaron gritos tan vigorosos como “La imaginación al poder” y “prohibido prohibir”, demandas que recorrieron el globo entero encendiendo la cosecha de otros enérgicos gritos juveniles profundamente arraigados en las necesidades de expresión libertaria de los pueblos.

El movimiento popular estudiantil que se desarrolló en la capital de México durante 4 intensos meses tuvo eco en toda la república. Sobre todo por el apoyo masivo de los capitalinos que provocó un miedo terrible en los sectores de poder, quienes reaccionaron orquestando la agresión frontal contra la población vulnerable del estudiantado para tratar de acallar las voces de toda una época y que, por consecuencia desembocó en el aumento de presos políticos, en la desaparición de los cuerpos de los caídos, en el encubrimiento “legalóide” de la hasta hoy renombrada impunidad, y en una constante reiteración de autoridad por medio de la amenaza del “garrote vil” y su derecho enchuecado. Con la falsa justificación demagógica en todo lo ancho de los discursos de “un hocicón poblano” y su séquito desalmado que ostentaba el poder ante la impotencia de un pueblo que estaba empezando a hablar. Especimenes tan hipócritas como el tristemente celebre Luis Echeverría que desde gobernación se encargó cínicamente de los detalles de la represión durante esos 4 meses y sobre todo permitió el hecho mundialmente repudiado de la matanza del 2 de octubre.

Pero Hoy me quiero referir a unos meses antes de Junio de ese año. Y con orgullo recordar el movimiento de rechazados de la educación media superior que fue precursor del descontento juvenil y que ya tenia sus intentos de organización cuando la vorágine de las manifestaciones de miles y miles tomaron alegremente las calles. Febrero 12 es una fecha memorable pues sucedió que un grupo político de la Universidad Nacional, el Miguel Hernández encabezó junto con otros activistas la creación de la Preparatoria Popular. Se tomaron clases en los pasillos y salones vacíos de Filosofía y Letras. La primera generación de esta escuela de auto-gestión participó en las actividades del movimiento estudiantil y después, en 1969 ya con el edificio de Liverpool 66, en la colonia Juárez hizo el llamado a la segunda generación. La cual desbordó en número la capacidad del edificio y se tuvo que tomar otro edificio en Mar del norte # 5 en Tacuba para dar cabida a tantísima juventud que reclamaba educación. Los estudiantes tenían que buscar los maestros, encargarse del mantenimiento de la escuela y conseguir las cosas para que funcionaran sus talleres y actividades. El activismo y participación del estudiantado de la popular en la agitada vida de la ciudad eran parte de sus actividades diarias. El trabajo social como requisito necesario para entrar a la universidad, etc. La documentación de este proceso pionero requiere de una buena búsqueda de anécdotas, documentos y registro.

Por lo tanto, y como va el curso de estos tiempos tan rápidos, recomiendo que se busquen dos recientes libros que nos dan idea del inicio de este movimiento educativo que ha pasado por varias etapas organizativas, estos son: La escuela imposible de Fernando Castillo y Jorge Maza, de la primera generación y Voces de la Preparatoria Popular, de la segunda generación.

Estos materiales son importantes porque tratan de luchar contra el “alshaimer” histórico de que adolece nuestro país. Ya que los movimientos sociales rara vez dejan un testimonio fehaciente.

Para terminar quiero felicitar a todas las generaciones de Prepa Pop quienes están en puestos de participación social activa a pesar de los años y siguen contribuyendo con esa visión de futuro a la vida político social de nuestro país.

1968- 2008 cuarenta años de lucha en varios niveles y trincheras. Adelante con ese animo para contribuir a la construcción de una sociedad más igualitaria y justa.

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