EDITORIAL

Víctimas o verdugos

Por Armando García

La comunidad internacional recibió con júbilo la liberación de Ingrid Betancourt, quien por espacio de más de seis años estuvo como rehén de las Fuerzas Revolucionarias de Colombia (FARC). Su rescate junto con el de 14 personas más, fue aplaudido por propios y extraños al no haberse derramado ni una gota de sangre.
Pero se ha pasado por alto y se ha echado al saco del olvido las razones por las cuales grupos comos las FARC existen, no solamente en Colombia sino en otras partes de Latinoamérica. Hay que recordar que los movimientos guerrilleros surgen principalmente durante el Siglo XX en los países con regímenes oligarcas y militares en toda Nuestra América.
Nacieron a raíz de los problemas de desigualdad social, discriminación, analfabetismo, desnutrición, miseria extrema, impunidad, inseguridad pública, corrupción, entre muchos otros males sociales, al momento que esos regímenes, entreguistas a intereses extranjeros y a la burguesía, no tuvieron el interés de resolverlos.
Los presidentes Hugo Chávez de Venezuela y Evo Morales de Bolivia, ambos de corte socialista, han dicho públicamente que las guerrillas estilo siglo pasado, ya no caben en el Sigo XXI. Ya que ahora hay caminos democráticos para llegar al poder.
Pero no hay que olvidar que el imperialismo y las oligarquías siguen presentes exprimiendo, explotando y controlando a las economías de la mayoría de los países de Latinoamérica.
Sí, hay que denunciar y condenar los actos terroristas de los integrantes de las FARC. Las víctimas de ayer se han convertido en los verdugos de hoy. Pero el sistema verdugo de ayer, sigue en su puesto. Los problemas sociales bajo su régimen, continúan igual o peor. ¿Hasta cuándo?
Los pueblos de Nuestra América tienen la respuesta.