En menos de una semana, aparece una mujer migrante que
estuvo a punto de ser detenida por los agentes migratorios de ICE para ser
deportada a México. Pero, Jeanette Vizguerra, madre de cuatro hijos nacidos en Estados
Unidos, residente del estado de Colorado, tomó la decisión de su vida de
refugiarse en una iglesia unitaria en la ciudad de Denver para evitar su
deportación que ocasionaría la ruptura integral de su familia.
Esta no es la primera vez que un inmigrante se refugia
en una iglesia para evitar la deportación. El caso más notorio fue el de Elvira
Arellano, q1uien estuvo dentro de una iglesia en Chicago, para luego haber sido
deportada cuando visitaba la ciudad de Los Ángeles.
Vizguerra, tuvo la oportunidad de ayudar en la
construcción de una habitación dentro de la iglesia en la que se encuentra, que
sirvió de refugio a otro inmigrante.
Decisiones como estas, serán pronto las únicas
alternativas de quienes no tienen la forma de suspender su deportación por no
cumplir los requisitos primordiales que pide la ley de inmigración: vida por 10
años en EE.UU., buen comportamiento moral durante todo ese tiempo, sufrimiento
extremo a familiares directos que sean principalmente ciudadanos estadounidenses.
Bajo el mando del Presidente Trump, la comunidad
inmigrante está padeciendo de una represión desde hace tiempo nunca vista.
Aunque se diga que bajo la administración de Barack Obama, se deportó a más
personas que en otras épocas, con Trump se siente en el ambiente un miedo de
que a cualquier hora del día o de la noche, las fuerzas represivas a nombre de
la seguridad nacional, lleguen a los hogares o sitios de trabajo detener a
sospechosos de estar indocumentados o de ser terroristas.
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