Una madre deportada en Arizona, nuevo símbolo contra la política de Trump
La mujer llevaba 22 años en Estados Unidos, tenía dos hijos norteamericanos y hasta ahora no había sido considerada como una prioridad para deportación
Guadalupe
García de Rayos
Por: Pablo
Ximénez de Sandoval
La policía
de inmigración de Estados Unidos (ICE) deportó este jueves a México a Guadalupe
García de Rayos, una mujer mexicana residente en Phoenix (Arizona) que llevaba
dos décadas en el país y tenía dos hijos ciudadanos norteamericanos. No es una
deportación más de los cientos que se producen a diario. El caso de García de
Rayos ha ganado notoriedad porque los defensores de los inmigrantes lo
entienden como un ejemplo de las nuevas normas de deportación que ha dictado la
Administración del presidente Donald Trump.
Según
informó la policía fronteriza, García de Rayos había sido condenada en 2009 por
poseer documentación falsa, algo habitual entre inmigrantes indocumentados para
poder trabajar. La orden de expulsión basada en esa condena se hizo firme en
2013. Desde el juicio, García de Rayos tenía que presentarse cada seis meses en
la oficina de ICE para reportar sus situación. La policía la ha dejado seguir
con su vida este tiempo. El miércoles, la visita rutinaria acabó en una
detención para proceder a deportarla.
La
deportación de García de Rayos, confirmada el jueves por la mañana por su
abogado, llegó después de una noche de angustia, en la que familiares amigos y
vecinos de Phoenix trataron de impedir que se ejecutara. García de Rayos tiene
36 años y llevaba 22 años en Estados Unidos, donde había formado una familia.
Tras la detención, decenas de personas se concentraron en la comisaría
de ICE en Phoenix para protestar y tratar de impedir la deportación. Las
imágenes que publicaron en redes sociales muestran a personas bloqueando el
paso al furgón en el que se encontraba detenida García, y a un hombre abrazado
a una de las ruedas para impedir que el vehículo se moviera. Siete personas
fueron detenidas, según la policía de Phoenix.
El
encuentro con la ley de García de Rayos comenzó en 2008, tras una redada en una
empresa en busca de indocumentados ejecutada por los agentes del entonces
sheriff Joe Arpaio. Autoproclamado el sheriff más duro de América, Arpaio se
hizo famoso por instruir a sus agentes a detener a cualquiera que consideraran
sospechoso de ser indocumentado para pedirle los papeles. Después de décadas
aterrorizando a los indocumentados, Arpaio perdió las elecciones del pasado 8
de noviembre contra el sheriff progresista Paul Penzone. Arpaio era uno de los
principales consejeros de Trump sobre inmigración durante la campaña.
Al no tener
antecedentes por delitos violentos, García de Rayos no era considerada una
prioridad para deportación de acuerdo con las normas al respecto dictadas por
la Administración de Barack Obama. El pasado 25 de enero, el presidente Trump
dictó una orden ejecutiva en la que establecía como prioridad de deportación a
todos aquellos indocumentados con antecedentes criminales, pero no dejaba claro
cuál debía ser la interpretación de antecedentes. ICE no ha confirmado que haya
cambiado de criterio sobre García de Rayos por la orden de Trump, pero para sus
abogados era evidente.
Las
autoridades de Phoenix y del sur de Arizona alzaron su voz este jueves contra
la deportación. El alcalde demócrata de la ciudad, Greg Stanton, dijo que el
caso era “una farsa”. “En vez de buscar criminales violentos y traficantes de
drogas, ICE gasta su energía en deportar a una mujer con dos hijos
norteamericanos que ha vivido aquí más de dos décadas y no es una amenaza para
nadie”. Stanton dijo que esta política hace al país menos seguro. El
congresista demócrata por Arizona Rubén Gallego calificó lo sucedido de
“tragedia”.
Guadalupe
García se convirtió así este jueves en un nuevo rostro de las críticas a la
política de inmigración de Donald Trump, en este caso en cuanto a los
indocumentados. El veto migratorio, denunciado en los tribunales, también ha
tenido símbolos como los hermanos yemeníes Tareq y Amar Aziz, detenidos en el
aeropuerto de Dulles cuando tenían visados para entrar, o el iraní Ali
Vayeghan, detenido en el aeropuerto de Los Ángeles cuando iba a visitar a sus
familiares con un visado que le había costado 10 años conseguir.
Precisamente
este jueves se encuentra de visita en el sur de Arizona, una de las zonas más
calientes de la frontera, el nuevo secretario de Seguridad Nacional, John
Kelly, del que dependen todas las agencias policiales federales, como la
policía de fronteras, la de aduanas y la de inmigración.
Se calcula
que en Estados Unidos viven alrededor de 11 millones de personas de forma ilegal.
El año pasado fueron deportadas 240.255 personas fueron deportadas. De ellas,
el 58% habían sido condenadas por un delito. De las que no, el 95% son personas
rechazadas en la frontera o al lado de la frontera. Según las estadísticas de
ICE, el 99,3% de los deportados cumple con las normas del departamento sobre
prioridades de deportación, que establecen que los recursos de esta fuerza
policial se deben concentrar en deportar criminales convictos y personas que
supongan un peligro.
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