Por The
Exodo
Nashville,
Tennessee.- Hasta hace algunas semanas los mexicanos y latinos que vivían en
esta ciudad estadunidense no habían visto la cara del racismo y xenofobia.
Ahora los brotes de odio se empiezan a multiplicar y las agresiones se viven lo
mismo en un pequeño supermercado, que en las escuelas donde asisten los hijos
de los migrantes.
“Anoche fui
de compras a la tienda JR Market y el propietario estaba discutiendo
fuertemente con un grupo de personas hispanas, algunos mexicanos, sobre los
discursos del presidente Donald Trump, en especial sobre lo referente al muro
fronterizo y la deportación de migrantes”, comentó Daniela, mexicana, oriunda
de Guanajuato.
“El dueño,
que por años había tenido una posición neutral y esta amable con toda la
clientela, la mayoría como yo de origen mexicano, estaba transformado y con
gritos e insultos dijo que apoyaba que los mexicanos paguen el muro fronterizo
y que a los ilegales los regresen a su país”, lamentó.
Cabe
destacar que en la última década se ha duplicado la presencia de migrantes en
Tennessee, sureño de esta nación. Actualmente se calcula que la población
extranjera en este estado es de más de 350 mil y los mexicanos ya ocupan el
primer lugar, con un 35 por ciento, seguidos de salvadoreños e hindúes, ello de
acuerdo la Encuesta sobre la Comunidad Estadounidense.
“La mayoría
de los estábamos en ese momento somos paisanos, lo mismo de Guanajuato,
Michoacán, Guerrero y algunos centroamericanos, sobre todo hondureños. Todos
nos sacamos de onda y sólo un señor de Michoacán le recordó que su clientela
era de mexicanos”, agregó Daniela.
El dueño,
sólo respondió con una carcajada irónica y prepotente: “no saben que así están
ya pagando el muro y de paso manteniéndome”.
“Yo sólo me
di la vuelta y se rasaron los ojos de lágrimas. En todos los años que tengo en
Estados Unidos nunca me había pasado o visto este tipo de racismo y la verdad
sí duele que al ver que eres inmigrante mexicano se te humille de esa manera”.
Los casos
de racismo se repiten desde el triunfo de Donald Trump en las urnas, pero se
han recrudecido desde el pasado 20 de enero, cuando el nuevo presidente de
Estados Unidos asumió el cargo y refrendó las promesas de campaña, como firmar
la orden ejecutiva para iniciar la construcción del muro fronterizo y el
reiterar que deportará a los migrantes que carezcan de un estatus legal.
Este es
verdadero efecto “Trump”. No es la devaluación del peso mexicano frente al
dólar cada vez que el flamante nuevo inquilino de la Casa Blanca twittea que va
llevarse inversiones de México a
Estados
Unidos o que va construir un muro fronterizo o que cobrará un impuesto a las
remesas o las exportaciones de productos mexicanos.
Mientras en
México el gobierno de Enrique Peña regatea y titubea sobre los recursos para la
protección consular de 11 millones de mexicanos, potenciales de ser deportados,
el gobierno de Trump ya sembró el odio y el racismo a todo lo largo y ancho de
esta nación, en donde muchos de sus “ciudadanos”, incluso algunos de origen
latino en estados como Texas, ya empiezan a hostigar, ofender y amenazar con
denunciar a migrantes mexicanos y centroamericanos para que sean deportados.
Jorge
Durand, profesor a del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE),
alertó sobre el incremento del clima racista en Estados Unidos y dijo que se
pueden prever dos escenarios: uno malo y otro catastrófico. En el primero,
explicó, se puede considerar un incremento importante de deportaciones de los
llamados “criminales” desde el interior de la Unión Americana, es decir,
procesados, pandilleros y personas que cometieron faltas mayores o menores.
En el
escenario catastrófico --señaló-- se pueden volver a presentar leyes más
severas contra los migrantes, las cuales podrían ser aprobadas por el Congreso.
En tanto, a esas medidas se sumarían organizaciones civiles antiinmigrantes que
de algún modo u otro estaban controladas y reprimidas, pero que ahora pueden
desbocarse.
Asimismo,
dijo que 78 por ciento de los migrantes mexicanos llevan viviendo más de 10 o
20 años en Estados Unidos, los cuales podrían ser deportados, lo que sería una
verdadera tragedia, pues son millones de compatriotas que están del otro lado y
que se sienten desprotegidos.
El padre
Pedro Pantoja, representante de la Casa del Migrante de Saltillo, comentó que
nunca el triunfo de Donald Trump recrudecerá estos ataques por parte de
ciudadanos anglosajones y grupos de odio en contra de los migrantes mexicanos y
centroamericanos.
“Nunca
hemos dejado de recibir ataques y toda la xenofobia, si Trump ganó no es por su
discurso, o haya sido un líder, sino porque atrás hay una sociedad xenofóbica,
racista, el racismo sociocultural”, indicó.
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