Tal y como
lo he escrito en editoriales recientes, bajo el régimen de Donald J. Trump, el
terror se ha iniciado con redadas en casas, sitios de trabajo y en comunidades
por parte del aparato represivo migratorio que tiene este país.
El caso más
notorio ha sido de una madre de Arizona de dos ciudadanos estadounidenses, que
por el delito haber utilizado hace más de una década un seguro social falso, fue detenida y
deportada a México, dejando en Estados Unidos a su familia abandonada.
En
California, se reportan 160 arrestos de personas indocumentadas que fueron
detenidas y deportadas a su país de origen.
Muchos más casos se reportan en otras regiones del país. Esto es a raíz
de la orden ejecutiva del Presidente Trump de poner en vigor y con todo su peso
las leyes existentes migratorias para deportar a extranjeros indeseables en
particular los que hayan cometido delitos en este país.
A este paso,
en menos de un mes de haber tomado posesión como presidente, Donald J. Trump,
podría en pocos meses superar la cantidad de deportados que el expresidente
Obama, en sus ocho años de gestión.
Ahora más
que nunca la comunidad latina debe unirse para luchar contra las medidas represivas
del presidente. Para los mexicanos, no hay excusa de que no tengan dinero para
apagar ayuda legal calificada. El gobierno mexicano ha destinado una fuerte
suma de dinero a sus consulados para pagar por la defensa de sus connacionales
que hayan sido detenidos por la policía de inmigración, inclusive las policías
locales que tienen la orden del presidente de actuar como agentes migratorios
poniendo en la vigor la sección 287g de la ley de inmigración que habilita la
cooperación de las autoridades policiacas para detener y deportar a extranjeros
sospechosos de estar indocumentadamente en el país.
Organizaciones
de defensa de inmigrantes, han lanzado alertas a las comunidades para que
defiendan sus derechos de permanecer callados si un policía les pide su
documentación migratoria, no abrir la puerta de su casa sin que le presenten
una orden de un juez, pedir hablar con un abogado migratorio o pedir ayuda a su
consulado en caso de que usted sea extranjero.
El
verdadero terrorista en Estados Unidos es el mismo presidente, quien está
imponiendo el terror en las comunidades de inmigrantes a nombre de la seguridad
nacional.
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