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a Fondo
· Y
todo por el miedo infantiloide al comunismo
· Si
Biden termina con el castigo sería histórico
Por Francisco Gómez
Maza
Contra lo que creen y
opinan los panistas inteligentes, que no son extremistas y no comulgan con las
ideas trasnochadas de la hipocresía albiceleste, el bando de la ultraderecha
anticomunista se asusta, se escandaliza y se indigna porque el Presidente de la
República aboga, abiertamente, sin tapujos, porque el gobierno de Joe Biden
derogue el bloqueo económico, comercial y financiero a Cuba.
Tienen que leer la
historia. México apoyó a Fidel Castro Ruz y a la Revolución que el Comandante
encabezó para liberar al país de la infame dictadura de Fulgencio Batista,
quien mantenía a los isleños como proveedores de azúcar de caña, de tabaco, y a
Cuba como un centro de diversión y prostitución para los grandes millonarios de
la mafia de Chicago y las grandes ciudades estadounidenses, donde los
criminales negociaban impunidad.
A poco más de seis
décadas (1959-2021) de la entrada de los insurgentes en la ciudad de La Habana,
Cuba continúa padeciendo de las restricciones impuestas por Estados Unidos y
sus aliados. El presidente demócrata y democrático, admirado por el mundo por
sus ideas liberales y su catolicismo, John F. Kennedy, declaró unilateralmente,
en 1962, el bloqueo económico, comercial y financiero, de su país en contra de
Cuba, mediante una ley denominada Ley de Ayuda Externa de 1961.
El bloqueo ha causado
pérdidas millonarias a la economía de la mayor de Las Antillas y constituye el
mayor obstáculo al desarrollo de la nación.
El objetivo de Kennedy
fue cortar todo tipo de vínculo comercial con Cuba y cercar al país para
provocar el derrocamiento del gobierno revolucionario. Cuba era “un
peligro para los Estados Unidos”. Y un ejemplo que podrían seguir otras
naciones, como al fin ocurrió con Venezuela. Imaginen. Un país comunista
en las narices del Tío Sam. Inconcebible. Otro país comunista mero enfrente,
también en el mar Caribe.
Afortunadamente, el
gobierno de Washington nunca pudo derrocar al nuevo gobierno, porque tenía
enfrente el contrapeso del gobierno del Soviet Supremo, que apoyó (Rusia
continúa haciéndolo) y defendió a Cuba de la amenaza de los capitalistas de
occidente. (Lo lamentarán ahora los viejos izquierdistas conversos del
capitalismo, al que confunden con la democracia.)
Desde el triunfo de la
Revolución, encabezada por los míticos personajes del Dr. Fidel Castro Ruiz, el
doctor Ernesto Che Guevara, Camilo Cienfuegos, entre otros, los cubanos han
afrontado serios obstáculos, causados por el bloqueo, para lograr un desarrollo
pleno en todos los ámbitos, aunque han logrado grandes avances en muchos como
la asistencia médica.
Pero hubo un cambio
entre los gobiernos del mundo. Y el mundo occidental cristiano aboga, en la
Asamblea General de las Naciones Unidas, porque el gobierno de los Estados
Unidos levante el bloqueo a la isla.
La inmensa mayoría de
los países miembros de la Organización vota, cada año por el fin del bloqueo
que, empecinado, mantiene el inquilino de la Casa Blanca.
Este año, 184 países
(de 196 miembro) se manifestaron porque Estados Unidos termine con el castigo.
Sólo Estados Unidos de América y su cómplice, el Estado de Israel, continúan
votando, en la Asamblea General de la ONU, en contra del deseo de la mayoría.
Estados Unidos continúa siendo un verdugo implacable del gobierno comunista de
La Habana.
Colombia, Brasil y
Ucrania han seguido el camino de los indecisos. No se atreven a apoyar a la
isla, pese a que el gobierno cubano ha realizado reformas económicas para
agilizar el desarrollo de la economía en tiempos de los estertores del
neoliberalismo.
En este contexto,
revive el histórico apoyo mexicano a la Revolución Cubana. El presidente López
Obrador, que no me ha dado muestra alguna de ser comunista, como dicen que es
los socios de la extrema derecha albiceleste, yunquista, abascaliana y voxista,
concreta el apoyo del gobierno de la 4T a La Habana, en medicamentos, vacunas
anti covid-19, alimentos y enseres para la producción, siguiendo el rol
histórico jugado por varios regímenes emanados del viejo partido del Partido
Revolucionario Institucional. Y no me vayan a decir la estupidez infantiloide
de que el mandatario, con sus acciones, es candil de la calle y oscuridad de la
casa. Por favor.
¿Que Joseph Biden se ha
enojado porque López Obrador ha resucitado el histórico apoyo mexicano a Cuba?
¿Porque invitó al presidente Miguel Díaz Canel al desfile militar de las
Fiestas de Independencia, en su 211 aniversario, y apoya a la isla, y
públicamente solicitó el fin del bloqueo?
No lo creo. Biden ha
dado muestras de inteligencia. Hablar del viejo comunismo y maldecir a los
comunistas es una estupidez. Es orinarse fuera de la bacinica, como se dice en
lenguaje popular.
López Obrador, aunque
les pese a sus inocentes (compañeros de viaje) o perversos detractores, tiene
razón al descartar confrontación con su homólogo estadounidense por la más
justa de las peticiones: Que Biden realice el acto histórico genial, generoso, histórico
de levantar el bloqueo, que lo pondría como un héroe en los libros de historia,
como el presidente estadounidense que acabó con seis décadas de odio de su
gobierno y de la ultraderecha internacional.
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