Por Ollantay Itzamná
El 28 de junio del 2009, el ex Presidente de Honduras, Manuel Zelaya, del Partido Liberal, fue expulsado violentamente del poder por la cúpula político-militar-religiosa, antes de concluir su mandato, sólo por atreverse a consultar al pueblo sobre una posible Asamblea Constituyente.
12 años después, los
principales responsables de aquel acto criminal, como Romeo Vásquez, Roberto
Micheletti y otros, disfrutan del banquete de la impunidad derrochando
popularidad en sus círculos políticos.
Pero también, 12 años
después, el electorado hondureño, logró vencer en las urnas al “régimen
golpista”, y la nueva Presidenta electa, Xiomara Castro, esposa del ex
Presidente Manuel Zelaya, asumirá el mandato en cuestión de días.
El 11 de noviembre del
2019, el ex Presidente de Bolivia, Evo Morales, fue expulsado violentamente del
poder por la cúpula político-militar-religioso, antes de concluir su mandato
constitucional, bajo el argumento de “fraude electoral”, atizado por la misma
Organización de los Estados Americanos (OEA).
Un año después del
desastroso y sangriento desgobierno del régimen usurpador encabezado por
Jeanine Áñez (actualmente presa), los pueblos de Bolivia lograron revertir el
Golpe de Estado en las urnas, y colocaron nuevamente al Movimiento Al
Socialismo (MAS) en el poder.
Casi dos años después
de aquel estremecedor Golpe de Estado truculento, la justicia boliviana somete
a juicio oral y público a Jeanine Áñez y a los ex altos mandos militares y
policiales por incumplimiento de deberes. En 45 días comenzará el acto público
del juicio oral. La pena máxima que persigue el Ministerio Público, en este
caso, es de 10 años de cárcel. Existen otros casos penales contra éstos y otros
sindicados.
¿Llevará Honduras a
juicio penal a sus verdugos?
En el caso boliviano,
incluso los mismos bolivianos asimilaron que el Golpe de Estado era una
sucesión constitucional, y que el gobierno de facto de Áñez era un “gobierno
transitorio”. Fue desde la opinión internacional que se logró visibilizar que
aquel sangriento suceso era Golpe de Estado. Incluso, con esos bemoles en la
socia génesis y consumación del Golpe, ahora, Bolivia lleva a juicio penal a
algunos de los responsables de la ruptura constitucional.
En el caso hondureño,
no existió duda alguna. ¡La misma OEA condenó el acto del 28 de junio del 2009
y exigió el restablecimiento del orden constitucional! Y, una vez realizado el
teatro de las urnas, la comunidad internacional desconoció al gobierno de
Roberto Micheletti que resultó ganador de dichas elecciones inmediatamente
después del Golpe.
Ahora que el pueblo de
Honduras se sacrificó e hizo justicia política en las urnas para “restaurar la
democracia formal”, la Presidenta Xiomara Castro ¿pondrá orden en el aparato
judicial hondureño para aplicar justicia y llevar a juicio penal a los
responsables del Golpe de Estado del 2009?
Lo de Bolivia se
sospechaba, lo de Honduras no había duda. Las y los golpistas deben ser
juzgados y castigados ejemplarmente para que su impunidad no sea ejemplo de
premio para futuras intentonas golpistas.
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