jueves, 11 de febrero de 2016

Reies Tijerina, casi olvidado en vida y recordado en la muerte

   Reies Tijerina y José Ángel Gutiérrez. 
Foto archivo por LAGA News Photography.



Por Armando García

El 29 de enero pasado se cumplió un año del fallecimiento, a la edad de 88 años, quien fuera uno de los cuatro héroes del movimiento de derechos civiles de los méxico-americanos. Me refiero a Reies Tijerina, quien en la década de los 60s lideró un movimiento de derechos de la tierra en el estado de Nuevo México.
Los cuatro héroes a que me refiero son César Chávez, Rodolfo “Corky” Gonzales,  José Ángel Gutiérrez y por supuesto Tijerina. Los cuatro han sido grandes figuras de los logros de los descendientes de inmigrantes mexicanos en Estados Unidos.
Mucho se ha escrito sobre Tijerina, pero antes de su fallecimiento el 19 de enero del 2015, casi nadie hablaba de él. Pero ahora de fallecido, Nuestra América lo recuerda para que las generaciones nuevas conozcan su trayectoria contra las injusticias perpetradas contra los méxico-americanos.
Nació el 21 de septiembre de 1926 en Falls City, TX. Tijerina fue criado en una familia de campesinos algodoneros. Durante la Gran Depresión Tijerina tuvo que abandonar la escuela secundaria debido a la baja de la cosecha de algodón dejando a su familia totalmente endeudada. Tijerina desarrolló su educación escudriñando en las Sagradas Escrituras y a la edad de 18 años, asistió al Instituto Bíblico de la Asamblea de Dios donde fue ordenado ministro pentecostal para pasar los próximos años de su vida viajando a lo largo del territorio Norteamericano predicando a muchas comunidades. Además, logró el desarrollo de vínculos estrechos con personas reprimidas y pobres.

                                           Reies Tijerina.                                     Foto archivo.

En 1957 Tijerina hizo un viaje a Nuevo México, una vez allí se enteró de los problemas con las concesiones de tierras. A raíz de este viaje, investiga tanto las Leyes de Indias y el Tratado de Guadalupe Hidalgo, de este último hace unas dos semanas, esta revista escribió una editorial. Tijerina utilizó el Tratado para avanzar en su conocimiento de las concesiones de tierras dadas por los gobiernos de España, México y Estados Unidos.
Se comprometió a la protección de los derechos civiles y de propiedad de los mexicanos que se quedaron en territorio estadounidense al finalizar la guerra entre Mexico y Estados Unidos. Una vez que se ratificó el tratado, el gobierno estadounidense decidió eliminar artículos violando los derechos civiles y del derecho de la tierra de los mexicanos en territorio estadounidense.
En 1966, Tijerina organizó una marcha el 4 de julio de Albuquerque a Santa Fe. Cuando llegaron a su destino, entregaron una solicitud por escrito al Gobernador para pedirle que profundizara en sus problemas de concesión de tierras. Después de las múltiples demandas diplomáticas, no lograron llegar a soluciones, ante lo cual Tijerina y sus seguidores decidieron tomar acción física al tomar el control de inmuebles entre ellos el Palacio de Justicia de Tierra Amarilla. Durante la toma del tribunal, un guardia de la prisión recibió un disparo y un agente del alguacil fue herido. Ante ello Tijerina se escapó a las montañas con dos presos, desencadenando la caza humana más grande en la historia de Nuevo México.
Se le considera a Tijerina como el mayor y más importante activista méxicano-americano. Pero nunca tuvo el éxito tangible de César Chávez y su campaña sin violencia para mejorar las vidas de los campesinos migrantes. Él nunca logró su objetivo de recuperar, para los mexicanos, indígenas y descendientes de los colonos españoles originales, los millones de hectáreas que cambiaron de manos en el suroeste de Estados Unidos en el siglo XIX.
A los jóvenes involucrados en el movimiento Chicano de esa época, Tijerina les dio no sólo una alternativa militante al movimiento de César Chávez, sino una comprensión de la larga historia de los mexicanos que quedaron en el suroeste de Estados Unidos después de la Guerra con México y en cierta forma del olvido tajante del Tratado por parte del gobierno mexicano.  
Reies Tijerina vivió una vida muy activa y procurando siempre el bien social de las clases marginadas y excluidas. Levantó una forma de justicia, además provocó la cacería humana más grande en la historia de Nuevo México, pero gran parte de su vida la dedicó tratando de recuperar las concesiones de tierras en Nuevo México tomadas por el gobierno de los EE. UU.


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