Mujer mam. Reunión comunitaria
Por Ollantay Itzamná
No necesariamente. No
se vuelve a una situación de dónde jamás se salió. Lo que ocurre es que el
sistema cultural educativo hegemónico nos hizo creer las falacias de los
patrones como verdades. En ese sentido, el oscurantismo criollo colonial
bicentenario fue más eficiente que el oscurantismo de la Colonia española.
El oscurantismo
criollo, bajo la falacia de democracia, desarrollo, Estado nación, etc., se
instaló en nuestras estructuras psicológicas más profundas, configuró incluso
nuestra personalidad e identidad, de tal modo que al colonizador criollo o
acriollado ya no lo miramos como tal sino como nuestro demócrata, como nuestro
inversionista, como nuestro gobernante, cómo nuestro Estado, nuestro Ejército,
nuestra policía, nuestra Constitución Política…
En estas condiciones
coloniales, ya ni es necesaria la presencia física y externa de la gendarmería
colonial. Nosotros somos los gendarmes de nosotros mismos. Auto vigilándonos,
auto censurándonos, para no transgredir los principios del orden democrático
del Estado nación del patrón.
Ud. dirá: “todo eso es
radicalismo, es de resentidos”. Pero, díganos Ud. ¿Por qué el Estado nación
mata a mansalva a sectores populares movilizados en las calles, como en el caso
de Perú? ¿Por qué castigan en las calles y en las urnas a los pueblos de Guatemala
que impulsan su liberación mediante la propuesta de un proceso de Asamblea
Constituyente Popular y Plurinacional?
Los pueblos originarios
somos seres colonizados
En los hechos, los
pueblos originarios y sectores populares de estos y otros países bicentenarios,
jamás fuimos emancipados ni por San Martín, ni por Bolívar, ni por Morazán, ni
por Sucre… El colonialismo, el despojo y el saqueo en nuestros territorios
continuaron y continúan.
No somos, nunca fuimos
ciudadanos en las repúblicas bicentenarias
Los estados naciones
criollos nos “permiten sobrevivir” a indígenas y a sectores populares en
condición de subalternos o siervos.
Pero, cuando los
siervos colonizados se organizan, se movilizan, se comunican, ejercen sus
derechos sociopolíticos para elegir a los suyos como gobernantes, entonces, las
instituciones estatales criollas los bloquean, o los destituyen con artimañas.
Ocurre en Perú, ocurre en Guatemala, y en otros lares.
Esto evidencia que las
y los originarios, provenientes de sectores populares, nunca fuimos, no somos
ciudadanos. Somos siervos colonizados por las repúblicas.
Por eso, cuando
levantamos la cerviz para “ejercer nuestra cualidad de ciudadanía” el
Estado/empresa/ejército nos reprime, encarcela y asesina con impunidad. Para el
Estado nación, no somos ciudadanos, somos sus enemigos internos que aniquilar.
¿Qué procede?
Entender que estamos
colonizados por los Estado/empresa nación al mando del imperialismo euro
norteamericano. Comprender que la condición de colonialidad nos habita hasta en
lo más íntimo. Y en consecuencia, iniciar nuestro proceso de emancipación y descolonización,
tanto a nivel individual, como comunidades organizadas. Son algunas tareas
urgentes y constantes.
Comprender que no
somos, jamás fuimos, ciudadanos de los estados naciones. Somos siervos,
“enemigos internos” del Estado. Incluso si portamos títulos académicos, o nos
cambiamos los apellidos originarios por los de los criollos o mestizos, no
somos ciudadanos. Es otra de las cuestiones que debemos comprender y actuar en
consecuencias.
Nuestro desafío es
diseñar y construir nuevos estados plurinacionales, con autonomías
territoriales, en los diferentes países del Continente para superar a los
violentos estados colonizadores de criollos. Y ello implica consensuar nuevos
ordenamientos jurídicos, nuevos procesos de asambleas constituyentes para
consensuar nuevas constituciones políticas.
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