La Constituyente ecuatoriana aprobó la nueva Carta Magna por amplia mayoría. Se estima que, dada la popularidad del Presidente, ésta será aprobada en el referendo del 28 de setiembre.
Correa no ha querido seguir a Chávez planteando la reelección indefinida y él mismo ha aprobado un límite de 10 años para un posible mandato suyo. Empero, la nueva Carta Magna amplía los poderes del Presidente sobre el Banco Central y para disolver al Parlamento. Así él quiere deslindarse del liberalismo económico, y también busca que no se vuelva a repetir el hecho de que Ecuador haya sido el principal país americano en hacer que sus congresos depongan gobernantes.
La Constitución veta el que Ecuador tenga bases militares extranjeras, con lo cual se acerca el fin del cuartel de EEUU en Manta.
Correa habla de sepultar al “neoliberalismo”, pero sin caer en el socialismo de la dictadura proletaria y la economía estatizada y planificada. Su Constitución es una de corte socialdemócrata nacionalista.
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