Por Armando García
Editor y Fundador de Nuestra América Magazine
Como nación, como latinos en este país, debemos
sentirnos defraudados, porque el Senado de la Nación votó por 51 votos a favor
de no permitir la presencia de testigos en el juicio contra Donald J. Trump. Solamente
49 senadores votaron para que se presentaran. Esta votación mueve a un paso cercano
a que Trump gane el juicio y resulte absuelto de los cargos por abuso de poder
y obstrucción al Congreso.
Desde el 21 de enero pasado, hemos sido testigos de un juicio político completamente
arreglado para no permitir la presencia de testigos, primordiales para la
realización de un juicio justo; el cual se precipitaba hacia lo que ocurrió ahora,
debido a una alianza de los Senadores Republicanos con el presidente. Deduzco
que fue motivado a mantener una línea partidista y evitar ser señalados como
traidores a Trump.
La ex secretaria de estado Hillary Clinton twitteó
que “Con sus votos para que el presidente estadounidense no rinda cuentas ante
nadie, los senadores republicanos han puesto los intereses de un presidente
sobre los intereses de todos los estadounidenses. El único remedio ahora es que
todos votemos en cantidades abrumadoras para reemplazarlos, y a él, en
noviembre”.
El presidente Trump declara en un tweet dice: “La
izquierda radical, sin hacer nada. Los demócratas siguen cantando
"justicia", cuando realizan la caza de brujas más injusta en la
historia del Congreso de los Estados Unidos”.
Esta es la peor tragedia en la historia
legislativa de este país. El juicio no tuvo valor alguno, por no permitir que
testigos potenciales pudieran presentar su conocimiento sobre los hechos que
llevaron a Trump a ser enjuiciado.
Lo único que salió a la luz, es que el mandatario
afirmativamente si hizo algo malo, pero no lo suficiente para tener testigos en
su contra.
Este martes cuatro de febrero, Trump podría entrar
triunfante al Congreso a dar su informe anual sobre el estado de la nación. Hay
que esperar cómo lo recibirán los demócratas ante los gritos de algarabía de
sus colegas republicanos.
Se espera ahora que los senadores voten a favor o
en contra de la destitución del presidente, pero se pronostica, el mismo resultado,
no importa cuantas enmiendas se realicen, antes de una votación que exonere al
mandatario a realizarse el cinco de febrero.
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