Por Armando García
Editor General de Nuestra América Magazine
Editor de Lorca Theatre Magazine
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Editor de Lorca Theatre Magazine
Casi al cierre de esta edición de la revista Lorca y de Nuestra América Magazine, nos llega la triste noticia del fallecimiento de un gran amigo, compañero, colega, maestro y poeta mexicano, Leopoldo Ayala.
Un gran personaje de la vida intelectual y artística además de la docencia en México. Una pérdida irreparable. Debido a su fallecimiento, nos apresuramos para preparar esta editorial y otros informes sobre su vida.
Recuerdo a Leopoldo cuando yo, en la ciudad de México, actuaba en los 70s en el Grupo Teatral Mascarones quien junto a Leopoldo teníamos presentaciones conjuntas.
Incluyo en esta editorial, un extracto de uno de sus más emblemáticos poemas sobre su sentir del genocidio del 2 de octubre de 1968.
“Llevo conmigo la batalla de 629 jóvenes que habían cesado de resucitar. Mis muñecas se doblan murientes en la trinchera de sus gestos. Llevo conmigo los cuerpos infantiles rotos contra las baldosas y que ha regresado el viento. La sangre de sus cuerpos rotos contra las baldosas, que el que sabe del sabor del crimen no ha podido hundir en la porosidad del asfalto. Tlatelolco pisotea la frente y degüella la cabeza que estremecen los gritos”
Leopoldo Ayala QEPD. No un minuto de silencio, sino toda una vida de lucha.
Un gran personaje de la vida intelectual y artística además de la docencia en México. Una pérdida irreparable. Debido a su fallecimiento, nos apresuramos para preparar esta editorial y otros informes sobre su vida.
Recuerdo a Leopoldo cuando yo, en la ciudad de México, actuaba en los 70s en el Grupo Teatral Mascarones quien junto a Leopoldo teníamos presentaciones conjuntas.
Incluyo en esta editorial, un extracto de uno de sus más emblemáticos poemas sobre su sentir del genocidio del 2 de octubre de 1968.
“Llevo conmigo la batalla de 629 jóvenes que habían cesado de resucitar. Mis muñecas se doblan murientes en la trinchera de sus gestos. Llevo conmigo los cuerpos infantiles rotos contra las baldosas y que ha regresado el viento. La sangre de sus cuerpos rotos contra las baldosas, que el que sabe del sabor del crimen no ha podido hundir en la porosidad del asfalto. Tlatelolco pisotea la frente y degüella la cabeza que estremecen los gritos”
Leopoldo Ayala QEPD. No un minuto de silencio, sino toda una vida de lucha.
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