La
secretaria ejecutiva de la Cepal, Alicia Bárcena, durante la presentación noviembre
28 del Panorama Social de América Latina 2019, en la sede del organismo en
Santiago de Chile. Crédito: Carlos Vera/Cepal
Por
CEPAL
SANTIAGO,
28 nov 2019 (IPS) - “El llamado es a construir pactos sociales por la
igualdad” en la región, dijo este jueves 28 la secretaria ejecutiva de la
Cepal, Alicia Bárcena, al lanzar en la capital chilena el informe Panorama Social de América Latina 2019.
“Constatamos
nuevamente la urgencia de avanzar en la construcción de estados de bienestar,
basados en derechos y en la igualdad, que otorguen a sus ciudadanos y
ciudadanas acceso a sistemas integrales y universales de protección social y a
bienes públicos esenciales, como salud y educación de calidad, vivienda y
transporte”, planteó la máxima responsable de la Cepal (Comisión Económica para
América Latina y el Caribe).
La
disminución de la desigualdad de ingresos es clave para retomar la senda de
reducción de la pobreza y cumplir las metas establecidas en el Objetivo de
Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030, considera el organismo regional de las
Naciones Unidas.
“Es
necesario crecer para igualar e igualar para crecer. La superación de la
pobreza en la región no exige solamente crecimiento económico; este debe estar
acompañado por políticas redistributivas y políticas fiscales activas”, dice la
Cepal en el estudio presentado en Santiago de Chile.
El
documento destaca el crecimiento de los estratos de ingresos medios, aunque
estos siguen experimentando diversas carencias y vulnerabilidades, tanto en
relación con sus ingresos como en el ejercicio de sus derechos, alerta la
Comisión.
Entre
2002 y 2017, la participación de los estratos de ingresos bajos en el total de
la población disminuyó de 70,9% a 55,9% (porcentaje que incluye a las personas
en situación pobreza extrema, pobreza y en estratos bajos no pobres).
A su
vez, la participación de los estratos de ingresos medios (divididos en
medios-bajos, medios-intermedios y medios-altos) creció de 26,9% a 41,1%. De
esta forma, 76,8% de la población de América Latina pertenece a estratos de
ingresos bajos o medios-bajos, subraya la Cepal.
Por
último, las personas pertenecientes a los estratos de ingresos altos pasaron de
2,2% a 3,0%.
Del
total de la población adulta perteneciente a los estratos de ingresos medios,
más de la mitad no había completado la enseñanza secundaria en 2017; el 36,6%
se insertaba en ocupaciones con alto riesgo de informalidad y precariedad
(trabajadores por cuenta propia no profesionales, asalariados no profesionales
en la microempresa y en el servicio doméstico); y solo la mitad de las personas
económicamente activas estaba afiliada o cotizaba en un sistema de pensiones.
El
perceptor principal de ingresos laborales de estos estratos percibe en promedio
664 dólares mensuales, mientras que en los estratos bajos este ingreso
desciende a 256 dólares.
Así,
el informe evidencia que una alta proporción de la población de ingresos medios
experimenta importantes déficits de inclusión social y laboral y un alto grado
de vulnerabilidad a volver a caer en la pobreza ante cambios provocados por el
desempleo, por la caída de sus ingresos u otros eventos catastróficos como
enfermedades graves y desastres.
Siguiendo
la tendencia al alza que se registra desde 2015 en América Latina, un 30,1% de
la población de la región se encontraba bajo la línea de pobreza en 2018,
mientras que un 10,7% vivía en situación de pobreza extrema, tasas que
aumentarían a 30,8% y 11,5%, respectivamente, en 2019, según las proyecciones
de la Cepal.
Esto
significa que aproximadamente 185 millones de personas se encontraban bajo el
umbral de la pobreza en 2018, de los cuales 66 millones de personas estaban en
la pobreza extrema, indica el Panorama Social de América Latina 2019.
En
este año, el número de personas en la pobreza aumentaría a 191 millones, de los
cuales 72 millones estarían en la pobreza extrema. Destaca, en esa evolución,
el hecho de que prácticamente todas las personas que se suman este año a la
estadística de la pobreza se integran directamente a la pobreza extrema.
El
alza de 2,3 puntos porcentuales de la pobreza entre 2014 y 2018 en el promedio
regional se explica básicamente por el incremento registrado en Brasil y
Venezuela.
En
el resto de los países la tendencia dominante en ese período fue hacia una
disminución, debido, principalmente, a un aumento de los ingresos laborales en
los hogares de menores recursos, pero también a transferencias públicas de los
sistemas de protección social, y privadas, como las remesas en algunos países.
La pobreza afecta mayormente a niños, niñas y adolescentes, mujeres, personas
indígenas y afrodescendientes, a los residentes en zonas rurales y a quienes
están desempleados.
El
estudio de la Cepal también señala que la desigualdad en la distribución del
ingreso -expresada en el índice de Gini con base en las encuestas de hogares-
ha continuado su tendencia a la baja (en promedio cayó de 0,538 en 2002 a 0,465
en 2018 en 15 países), pero a un ritmo menor que en años recientes. Mientras
entre 2002 y 2014 se redujo 1,0% anual, entre 2014 y 2018 la caída fue de 0,6%
por año.
No
obstante, si se corrige el índice de Gini utilizando otras fuentes de
información, capaces de captar mejor los ingresos del 1% más rico, se observa
que la desigualdad es más elevada y la tendencia al descenso se atenúa en
comparación con la estimada solamente a partir de las encuestas de hogares.
Por
ejemplo, en Brasil, en 2014, la participación del 1% más rico en el total del
ingreso del país alcanzaba a 9,1% de acuerdo con las encuestas de hogares,
porcentaje que se elevaba a 27,5% tomando en cuenta la información tributaria.
En
Chile (dato para 2015), la participación del 1% más rico en el ingreso total,
también medida por las encuestas de hogares, alcanzaba a 7,5%, proporción que
subía a 22,6% considerando la información de los registros tributarios y a
26,5% en el caso de la riqueza neta (activos financieros y no financieros menos
pasivos) y en Uruguay (dato para 2014) las proporciones también aumentan: 7,3%
(con encuestas de hogares), 14% (información tributaria) y 17,5% (riqueza neta).
Por
otra parte, el Panorama Social de América Latina 2019 señala que el
gasto social del gobierno central aumentó de 10,3% a 11,3% del producto interno
bruto (PIB) entre 2011 y 2018, alcanzando a 52,5% del gasto público total.
América
del Sur tiene el promedio de gasto público social más alto de la región (13,2%
en 2018), mientras que en Centroamérica, México y República Dominicana esa
cifra es de 9,1%.
En
el Caribe, el gasto social promedio respecto al PIB es más alto (12,2%), pero
en 2018 volvió a niveles de 2014, con un peso equivalente a 43,2% del gasto
público total. El estudio alerta que justamente aquellos países que enfrentan
mayores desafíos para cumplir las metas de la Agenda 2030 son los que presentan
niveles más bajos de gasto social.
Finalmente,
el documento llama a atender las causas estructurales de la migración y a
reforzar la cooperación multilateral para asegurar la protección y la inclusión
sociales y laboral de las personas migrantes en todas las etapas del ciclo
migratorio.
Entre
2010 y 2019, el número de personas migrantes en América Latina y el Caribe
aumentó de 30 a 40,5 millones, lo que equivale a 15% del total de migrantes a
nivel mundial. Entre 2000 y 2019, la proporción de migrantes intrarregionales
aumentó de 57% a 70% del total.
Las
remesas desempeñan un papel importante en el alivio de la pobreza en varios
países, plantea el documento. En El Salvador, Guatemala, Honduras y República
Dominicana, la incidencia de la pobreza sobre el total de la población sería
entre 1,5 y 2,4 puntos porcentuales más elevada si no fuera por estas
transferencias de dinero.
En
el informe, la Cepal enfatiza que para erradicar la pobreza y reducir la
desigualdad y la vulnerabilidad de los estratos de ingresos bajos y medios son
necesarias políticas de inclusión social y laboral.
También
se requiere un mercado de trabajo que garantice empleo de calidad y
remuneraciones dignas, eliminar las barreras de inserción laboral de las
mujeres y fortalecer el desarrollo de sistemas integrales y universales de
protección social en el marco de estados de bienestar centrados en los derechos
y la igualdad.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario