Por Ilka Oliva Corado
Blog de la autora: https://cronicasdeunainquilina.com
Este
texto pertenece a la serie Las Insurrectas
Considerada por muchos críticos de arte como una pintora naif, como menosprecio por su técnica, Frida venció el paso del tiempo y su arte recorrió el mundo y lo hizo tan pequeño que cabe en las palmas de sus manos. Así de ilimitada es la mujer que se atrevió a resistir, a cuestionar, a revelarse, a decir yo no me pudro aquí inerte, la que dijo este dolor no me va a arrebatar la expresión de mi alma y pintó, pintó, pintó contra todo pronóstico. La que hizo del arte naif la belleza de las almas simples.
Porque se trata del menosprecio, de colocar en último lugar a la persona que pinta sin técnica de escuela y porque han sido los pueblos originarios los monumentales en plasmar en colores la vida simple de lo cotidiano; el rechazo va hacia ellos en primera instancia y hacia los que se atreven desde la clase obrera, nacidos para sirvientes a salirse del lugar a donde los ha relegado la sociedad racista, clasista y de mente colonizada. Porque se cree tontamente que el arte pertenece solamente a un sector de la sociedad: a la clase media y burguesía. Y que el obrero no puede ni crear ni disfrutar. Como si el arte no estuviera en todo lo que somos y hacemos como humanidad, sin importar credo, clase social, nacionalidad, idioma, ni etnia. El arte está hasta en la forma que agarramos la taza con la que tomamos café.
Tendríamos que desaprender y
volver a aprender y cuando se vea a un artista naif, valorar su trabajo porque
lo ha hecho con el mayor de los esfuerzos, porque no tuvo la oportunidad de una
escuela, porque en la mayoría de los casos lo ha hecho contra viento y marea,
porque no ha tenido los recursos, porque los ha rebuscado y porque se ha salido
del lugar donde la sociedad lo ha enterrado. El caso de Frida Kahlo no tiene
que ver con recursos económicos en su edad adulta pero sí con su limitación
física debido a sus circunstancias de vida. Frida pudo darse por vencida antes
de empezar e hizo todo lo contrario.
Su arte no solo es una lucha
constante contra la adversidad, pero es la expresión de un alma a la que
ninguna cárcel de inmovilidad logró abatir, es por eso que su pintura es tan
valiosa, porque cada pincelada es la prueba de la resistencia al declive.
Cualquier otra persona en su lugar se hubiera dado por vencida, en la
depresión, en la inmovilidad, en el dolor físico y emocional y ella los
combatió con los pinceles. Su arte es tan original como ella misma. En un mundo
plagado de farsantes y manipuladores Frida se atrevió a ser ella misma. Y esta
sociedad nos ha enseñado a menospreciar lo original y a aplaudir el plagio, así
sea este con técnica de escuela.
El arte de Frida Kahlo es un
universo en sí mismo y no necesita compresión, ni que el más sabiondo de las
técnicas de arte lo abale, su arte se siente en el alma, como la resistencia de
los pueblos originarios, como la voluntad de las mujeres que se atreven a
enfrentar los cánones patriarcales para derrumbarlos con sus intentos constantes.
Porque la vida es eso, un intento cada segundo. Y Frida vivió cada segundo de
la suya, mucho más de lo que lo ha hecho cualquier crítico de arte o cualquier
otro pintor con técnica de escuela. Su legado es monumental y tenemos que
tomarlo y llevarlo como bandera con humildad.
El arte es político, dicen
muchos, pero se olvidan de que el ser humano es político por naturaleza desde
su nacimiento, por esa razón a lo largo de la historia se ha visto a
catizumbadas de artistas colgarse del dolor y de las tragedias de los pueblos
para beneficio propio. Frida se pintó a sí misma porque era lo que tenía, lo
que veía todos los días, con quien más pasaba tiempo, pero hablaba con obreros
como quien lo hiciera con sus amigos de toda la vida, algo que no se ve en el
sector artístico cultural porque quieren en sus tertulias a gente importante
que les sirva de escalón para beneficio personal. De ahí lo de tirarse flores
los unos a los otros. Y Frida tuvo a esa gente en sus tertulias, claro que sí,
pero no menospreció a quienes con las manos llenas de cal y cemento levantaron
los cimientos de las grandes ciudades.
Su ser político como gente
común y mortal, sin creerse el último vaso de agua del desierto la llevó a
manifestar por el golpe de Estado en Guatemala a Jacobo Árbenz en 1954. ¿Qué
artista haría algo así hoy en día? Pocos, muy pocos. Pero lo impresionante es
que lo hizo cuando estaba muy mal físicamente, Frida fue a manifestar un 2 de
julio y falleció un 13 de julio de 1954. Su última foto en vida es en
esa manifestación. Eso nos dice todo de su compromiso como artista y
como ser humano con los pueblos marginados. Es eso lo que debemos aprenderle,
pero se le critica por sus agallas, porque es mejor criticarla que imitarla. Es
mejor señalarla y menospreciarla que tomar su ejemplo, que valorar su lucha y
su inmensidad.
Por su atrevimiento, por su
osadía, por su ser integral Frida Kahlo es una de Las Insurrectas de América
Latina.
Tuve la maravillosa
oportunidad de asistir a la exposición Timeless que se realiza en Estados
Unidos, en la que se exponen alrededor de 25 obras de la pintora, traídas desde
México, desde el museo Olmedo. Fui a rendirle honores como obrera
que soy a la mujer que sacó la cara por el pueblo guatemalteco, cuando las
papas quemaban.
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