Foto proporcionada por Análisis a Fondo
Votó a favor de la Constitución Dice que no se va a la oposición
Por Francisco Gómez Maza
Ricardo Monreal Ávila, el aun coordinador de la
mayoría morenista en el Senado, prácticamente no durmió en la madrugada de este
jueves, después de la maratónica sesión de unas seis horas de la víspera.
El líder caído sólo dormitó por momentos,
sentado frente a su escritorio en su cubículo. El fantasma de la iniciativa de
reforma, el de la Constitución, el de sus amigos de Morena, como el
precandidato a la gubernatura de Coahuila, Armando Guadiana, se le presentaban
de golpe.
Y afuera, en los corrillos del Senado,
revoloteaban las inquietudes, las dudas, las interrogantes. Obviamente que
Monreal de va a la Oposición. ¿Al Movimiento Ciudadano? ¿Al PAN? ¿Regresa al
PRD de los Chuchos? ¿Regresa al PRI ahora en lugar de Alejandro Moreno
Cárdenas, “Alito”?
Nada. Monreal trataba de descansar. Además, no
tenía sueño; no pudo dormir, pensando en lo que hizo; imaginándose frente a la
asamblea de senadores, cuando anunció su voto particular en contra del Plan B,
argumentando su amor por la Carta Magna, a cuyo espíritu no respondían muchos
elementos del articulado de la iniciativa de reformas legales a las leyes
electorales, iniciado por el presidente López Obrador, en lugar de la
iniciativa de reforma constitucional que fue rechazada por la oposición que
hubiera completado en número de votos para que el documento pasara.
Pero en fin, el voto en contra de la noche del
miércoles para el jueves fue de carácter estrictamente personal, una respuesta
a la congruencia de defensa de la Constitución a la que no se cuadraban muchos
artículos de la propuesta presidencial,
El voto en contra fue del maestro de derecho en
la Universidad Nacional
Autónoma de México, el constitucionalista que
siempre se pone del lado de la ley; fue estrictamente personal; un voto en
defensa de la Constitución y no tiene absolutamente nada que ver con una opción
de carácter político y menos con algún partido de la oposición en contra del
presiente López Obrador.
Así lo dijo, así trató de justificarlo el
senador zacatecano, tanto cuando anoche desde la tribuna senatorial como en la
mañana, muy de mañana, del jueves al ofrecer a los pocos periodistas que
estaban en el Senado.
Monreal tampoco cree tener conflicto con el
presidente de la República. Le tiene gran admiración, lo siente muy tolerante.
Dice que lo respeta. No teme represalias por lo que hizo. El sólo siguió la voz
de su conciencia. Eso argumenta.
Lo demás son puras especulaciones. Que si se va
a la oposición.
Que si ya acordó con el líder del
antilopezobradorismo, el misterioso, Señor X. Que se va con su amigo Dante
Ranauro a Movimiento Ciudadano. Etcétera.
Pero en las filas de Morena, lejos de la
tolerancia de López Obrador, muchos; sobre todo muchas, ya no quieren ver a
Monreal en las filas del Movimiento. Se sienten traicionadas. Se sienten
traicionados.
Mientras tanto, en el cubículo del Presidente
de la Junta de Coordinación hay tranquilidad, pues ayer terminó el periodo de
sesiones de la LXV Legislatura del Congreso de la Unión. Había programado un
convivio de despedida, de Feliz Navidad y de Año Nuevo, pero no pasó nada.
La mayoría de los senadores, empezando la
tarde, a eso de las 15 horas, aún no se presentaba en las oficinas del Senado,
que añoraba el bullicio que ciudadanos y colectivos hacen cuando entran para
esperar que tal o cual senador los reciba.
Entre tanto, sólo se escucha el murmullo de los
pocos periodistas que fueron al Senado, a ver qué pasaba y que escucharon las
explicaciones dadas por Monreal Ávila en torno a la decisión que tomó de no
acompañar a Morena en la aprobación de la reforma legal al INE, que ya será
defendido por la oposición del PAN, de Movimiento Ciudadano en la Suprema
Corte, con el financiamiento del Señor X y sus socios empresarios “machucones”,
como dice el “Señor López”
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