Por Pedro Echeverría
V.
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alterar26@gmail.com
1. Ciro Gómez Leyva,
destacado conductor de noticias por prensa, radio y TV, que junto a López
Dóriga y Loret de Mola, forma el trío más destacado de los comentaristas
derechistas, enemigos del presidente López Obrador, sufrió hace unos días
varios disparos cuando guiaba su camioneta blindada. Sufrió sólo el susto, pero
eso ha bastado para que durante varios días los medios de información usen
todas sus horas para intensificar la alarma. Hasta pareciera –por la intensa
propaganda- que ha entrado a la carrera presidencial como un destacado
candidato.
2. Me cansa esa
propaganda comparable con la que hicieron cuando el presidente Kennedy en 1963,
en EEUU, y Colosio en México 1994, fueron asesinados, sin que, pasadas las
décadas, se supiera con certeza quienes ordenaron las acciones. Tanto de uno
como del otro se concluyó que eran personajes muy cercanos a ellos. Claro que
los gobiernos, el Estado –para engañar a la población nacional o internacional-
lanzan a culpables silenciando a los que están tras ellos. Desde hace algunos
años “los culpables serán siempre el narcotráfico y la delincuencia”.
3. Obvio, yo en esto y
casi todas las cosas, nunca le he entrado al chismerío porque en nada ayuda
para ir al fondo de los problemas. ¿Quién asesinó a Emiliano Zapata en 1919, a
Flores Magón en 1922, a Francisco Villa en 1923, a los guerrilleros
izquierdistas de Chihuahua y Guerrero en la década de los sesenta y setenta en
México? Nunca me han interesado las acusaciones, los nombres sin importancia,
sino la clase social que así busca acabar con sus enemigos. Todos ellos fueron
asesinados por las clases dominantes que con ello han buscado consolidar su
poder.
4. Yo siempre culpo al
sistema capitalista que ha convertido a todos los seres humanos en
individualistas, en competidores, en clases sociales antagónicas de
explotadores y oprimidos. Un famoso filósofo ha demostrado que las verdades no
existen y que quienes las buscan se topan con interpretaciones según la
ideología “amiga” o “enemiga”, de quien opina. Por Kennedy o Colosio se
dedicaron 100 mil investigadores y nada salió en claro. Los gobiernos
inventaron culpables y todos los argumentos para crear “la verdad” que luego
difundida creerán los bobos.
5. En el capitalismo
de la competencia individual jamás podrán frenar los asesinatos, los asaltos,
los desfalcos. Todos le piden a dios la paz, pero no es un problema de religión
o deseos y buenas intenciones. El capitalismo es quien nos forma, nos educa,
para ser como somos. Pienso que, a mayor acumulación de riquezas en pocas
manos, en tanto la pobreza y miseria se extiendan más en el 80 por ciento de la
población, las diferencias sociales se profundizan y obligatoriamente producirá
todo lo negativo, pero también levantamientos que serán de diferentes manera,
como una necesidad ineludible. Por ello el capitalismo debe desaparecer.
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