Por Dr. Jorge A. Lera Mejía
Estos días han sido muy
complicados, tanto para los movimientos migratorios de la frontera sur de
Chiapas, como los de la frontera norte con Estados Unidos.
Trascendió este
miércoles, que migrantes haitianos volvieron a realizar el clásico
"portazo", para presionar que las oficinas de la Comisión Mexicana de
Ayuda a Refugiados (Comar) en Chiapas, reiniciara la entrega de "visas de
asilo humanitario".
Así, más de 2 mil
migrantes de Haití y otras nacionalidades, ingresaron por la fuerza a las
instalaciones de la Comar, ubicadas en Tapachula, Chiapas, para exigir atención
con el fin de obtener un documento que les permita su estancia legal en México.
De acuerdo a la propia
Comar, van más de 111 mil peticiones de asilo humanitario, recibidas entre
enero y noviembre del 2022, dato histórico.
Si se suman los datos
de solicitudes de refugios que atiende la Comar, al flujo completo registrado
solamente en este mes de noviembre por el Instituto Nacional de Migración, en
dicho mes se estiman contingentes superiores a 238 mil migrantes, que formados
recientemente por flujos de cubanos, nicaragüenses y venezolanos, los que ya
estan superando a las tradicionales cifras de transmigrantes del Triángulo
Norte de Centroamérica (Guatemala, Honduras y El Salvador).
Significa, que en lo
futuro la presencia de esos cuatro países que citan los EEUU, serán las fuentes
mayores de la nueva presión migrante. Las causas son claramente la crisis de
los países populistas de Cuba, Venezuela y Nicaragua. Sin olvidar que por cada migrante
extranjero por nuestro territorio, se registra un propio emigrante mexicano.
A la par del portazo
del miércoles, Joe Biden afirmó este jueves que el gobierno mexicano aceptó
admitir 30 mil migrantes al mes de Venezuela, Haití, Nicaragua y Cuba, cuatro
países que ahora están conformando el más grueso contingente de expulsados.
Tres de ellos, miembros del bloque de Sao Paulo, y por su lado Haití,
continuando con su grave crisis económica.
El nuevo acuerdo
impuesto por EEUU, forma parte del anuncio hecho este jueves por el gobierno
estadounidense de que entregará cada mes permisos humanitarios para 30 mil
migrantes de esos cuatro países, lo que vuelve a mostrar en los hechos, que
tanto el gobierno republicano del expresidente Donald Trump, como ahora, el del
demócrata Joe Biden, utilizan a nuestro territorio como "Tercer País
Seguro".
El argumento de Biden,
para justificar la deportación "ipso facto", y al tenor del vigente
acuerdo del conocido como "Título 42", es que los deportados se
castigan por haber cruzado a los EEUU de forma ilegal, y por no hacer el
trámite conducente. Esto es, por cruzar sin permiso la frontera sur de Estados
Unidos serán expulsados de inmediato a México. Todos sabemos que la gran
mayoría de transmigrantes lo hacen por desesperación y por la lentitud de
entregas de fichas para permisos en dicha frontera.
En el fondo, este tema
de migración y derechos humanos de los transmigrantes por México, cada vez se
viene complicando más, ante los constantes flujos desde el sur de Chiapas, los
nuevos contingentes de países expulsores no tradicionales, como el caso de
Venezuela, las crecientes deportaciones desde EEUU, tanto de extranjeros como
de los propios emigrantes mexicanos que siguen creciendo en su intención de
buscar el "sueño americano", y ahora la politización del tema ante la
próxima visita de Joe Biden a México, el próximo martes.
Es inadmisible,
preocupante y violatorio a los acuerdos binacionales en la materia. México no
tiene porqué aceptar a extranjeros expulsados de Estados Unidos. Esta es una
clara politización del fenómeno migratorio por parte de Biden, porque quiere
recuperar la confianza de los votantes para su reelección. Ante esta visita, no
se prevé el anuncio de una verdadera "reforma migratoria", integral y
apegada a las condiciones de los migrantes de cada uno de los países expulsores
y de los propios migrantes mexicanos.
México cae de nueva
cuenta en la trampa de ser un "tercer país seguro", por ello, las
violaciones a los derechos humanos de los migrantes en México seguirán
presentándose de manera más dura, por lo tanto, la migración por territorio
mexicano a Estados Unidos no tendrá final en el corto plazo.
Ahora, el tema central
es que "Cada vez es mayor el número de migrantes que después de aspirar
llegar por nuestro territorio a los EEUU, deciden quedarse en la frontera norte
de nuestro país.
Los transmigrantes, que
suman más de 80 mil hoy día desde Tijuana hasta Matamoros, están compuestos por
familias enteras, mujeres y niños, y viven en condiciones infrahumanas, a la
par que los ciudadanos mexicanos fronterizos, son los que llevan el mayor costo
de dicha situación.
Así, nuestros
municipios fronterizos, no tienen la capacidad ni financiera ni de logística,
ni de apoyos para los migrantes que puedan llegar, porque los contingentes
seguirán llegando, van a llegar muy a pesar de estos acuerdos disfuncionales y
poco operativos.
Por lo tanto, los
resultados los veremos después de la reunión de este martes por parte de los
tres presidentes de EEUU, Canadá y México.
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