Por Pedro Echeverría V.
1. Sólo recuerdo que lo
primero importante –que aplaudí con fuerza- que hizo el presidente de El Salvador
(Bukele) al poco tiempo de ascender al gobierno en 2020, fue cesar a los jueces
con 60 años de edad; la votación fue de 63 de los 84 diputados reaccionarios.
Inmediatamente el gobierno yanqui protestó y obligó a su embajadora a abandonar
el país. Luego me enteré que metió a la cárcel a miles de jóvenes
“salvatruchas”, muy delincuentes, pero también escribí un artículo por los
salvajes tratos que recibieron esos jóvenes “delincuentes” hecho y obligados
por el capitalismo que los crea, los junta, los obliga a delinquir, llevándolos
al “castigo ejemplar”.
2. Ayer el presidente
López Obrador declaró que será “imposible la reforma judicial” en México porque
la mayoría de los jueces o ministros son enemigos de su gobierno; que la misma
presidenta electa ayer, ha votado contra todas sus propuestas. Lo que sucedió
es que cuando AMLO –al principio de su gobierno –cuando pensaba que tenía mucha
fuerza y contaba con mucha mayoría el legislativa debió avanzar contra sus
enemigos declarados: el INE, la Suprema Corte, imponer una reforma fiscal para
que paguen más los millonarios y encarcelar a los expresidentes y sus gabinetes
que han desfalcado al país, demostró miedo, cobardía y actuó como blandengue.
3. Hoy que le faltan
menos de dos años de gobierno a AMLO –interrumpidos por campañas y gobierno
electo- quizá se ponga a llorar por que no pudo. Su sucesor tendrá enormes
dificultades porque no tendrá “la fuerza” para transformar nada. Como veo la
situación quizá se lograrían avances truncados si: a) AMLO decide reelegirse o
b) se proclama un gobierno plural, firmado mediante un protocolo, con
empresarios y todos los partidos. Pienso que, de ahora en adelante, los amos
del capital, el ejército y poderosos dueños de medios de información, se
reunirán con AMLO para demostrarle que se ha empezado a caer y que es tiempo
que negocien.
4. No he sido ni anti
AMLO ni pro AMLO; por décadas he sido antisistema capitalista que he visto que
todos los gobiernos del país han seguido sin ninguna duda a los grandes
empresarios y los intereses del imperio yanqui. Toda mi vida fui activista y
hoy por vejez sólo me toca leer, pensar y escribir. Muchos de mis
planteamientos pueden parecer imposibles, utópicos, locos; pero de acuerdo a
Marta Harnecker: “hay que buscar hacer posible lo imposible”. Puta, si sólo
vivimos pensando en lo posible, entonces no tiene chiste la vida. Me dicen que
el capitalismo nunca será destruido; yo digo que sí, siempre que donde estemos
trabajemos por ello.
5. Con los solos
procesos electorales el capitalismo se agranda, se ensancha, se hace más
fuerte. Quizá la línea guerrillera no se levante por gran fortaleza de los amos
del capital; pero la línea de masas, las movilizaciones en las calles, las
poderosas huelgas, los bloqueos permanentes, nunca serán derrotados, aunque los
capitalistas busquen comprar a los líderes o los persigan hasta ser asesinados.
Esas poderosas movilizaciones crearán gobiernos dentro de ellas mismas que
ahora sí, sin demagogia, “gobernarán obedeciendo”. Para ello hay que crear una
enorme conciencia de clase social que se irá fortaleciendo mediante la
educación crítica y la movilización.
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