Por Dr. Jorge A Lera Mejía
Este cierre de 2022,
las remesas en todo el mundo, desde países desarrollados hacia los
subdesarrollados, continúan siendo imparables.
México y Tamaulipas no
son la excepción, en crecimiento de recepción de remesas, en nuestro caso,
desde los Estados Unidos.
Las remesas a América
Latina y el Caribe han aumentado un 9.3% en 2022, hasta alcanzar los 142 mil
millones de dólares. Los datos correspondientes a los primeros nueve meses de
2022 indican un aumento del 45% para Nicaragua, un 20% para Guatemala, un 15%
para México y un 9% para Colombia.
El crecimiento del
empleo de los migrantes latinoamericanos en EEUU contribuyó a los flujos de
remesas. A su vez, las remesas recibidas por migrantes en tránsito también
contribuyeron a flujos sólidos en México y América Central.
Las remesas, como
porcentaje del PIB, superaron el 20% en El Salvador, Honduras, Jamaica y Haití.
En 2023, es probable que las remesas tengan un crecimiento más moderado, del
4.7%, debido a las perspectivas económicas menos favorables en Estados Unidos,
Italia y España.
Al cierre de noviembre
de este año, el monto de las remesas en México impuso nuevo máximo histórico en
53 mil 139 millones de dólares, lo que implicó un alza anual de 26.55 por
ciento.
El desempeño favorable
en los envíos de dinero se sustentó en número récord de transacciones por
136.27 millones de enero a noviembre de 2022, un 9.87% más que en el mismo
lapso del año inmediato anterior.
También el valor
promedio de la remesa subió 3.40 por ciento anual en los primeros 11 meses del
año pasado, a 389 dólares, una nueva marca.
En el caso
nacional, el crecimiento en el envío de remesas de Estados Unidos a
México, es tan elevado que ya superó a lo que se conoce como inversión
extranjera directa, generada por las empresas que vienen al país a invertir.
Aparte de ello, y
conscientes de que las remesas no representan inversiones, por lo menos un 30
por ciento de la población en el país sobrevive directa o indirectamente de lo
que envían en dólares sus familiares trabajando en los Estados Unidos.
Desafortunadamente, la
elevada cantidad de remesas que se envía a México es de migrantes que se fueron
de este país a los EEUU ante la carencia de un empleo digno y remunerativo,
como toda persona lo requiere.
En el caso
tamaulipeco, de acuerdo al informe dado a conocer a mediados de noviembre
pasado por el Banco de México (Banxico) el municipio tamaulipeco que más
remesas captó en el tercer trimestre del año fue Matamoros, con un total de 48
millones 823 mil 237 dólares.
De los otros
municipios que recibieron más de una decena de millones de dólares, Reynosa,
Tampico, Nuevo Laredo, Ciudad Victoria, Ciudad Madero, Altamira y El Mante;
todos ellos se llevan más de la mitad de las remesas que envían los paisanos.
En cuestión de
cantidades, después de Matamoros la segunda ciudad con más dólares recibidos es
Reynosa, con 40 millones 507 mil 653, seguida de Victoria, con 38 millones 873
mil 421.
Por su parte Nuevo
Laredo recibió 33 millones 754 mil 683 dólares, Tampico 27 millones 492 mil
255, El Mante 16 millones 380 mil 389, y finalmente Altamira captó diez
millones 775 millones 797 de dólares.
UAT Y LA CALIDAD
AMBIENTAL:
Investigadores de la
Universidad Autónoma de Tamaulipas (UAT) desarrollan un proyecto de valoración
de la calidad ambiental de Ciudad Victoria, que toma en cuenta indicadores
tales como los cambios en la composición de la biodiversidad.
A ese respecto, el Dr.
Edmar Meléndez Jaramillo, profesor de la Facultad de Ingeniería y Ciencias
(FIC) de esta casa de estudios, explica que actualmente se encuentra
recopilando información para valorar la calidad ambiental de la capital del
estado.
El investigador
explica que está empleando tres indicadores principalmente: los cambios en la
composición de la biodiversidad, los cambios producidos en la vegetación como
consecuencia del crecimiento poblacional y expansión de la mancha urbana; y la
valoración de la contaminación del aire como consecuencia del incremento
vehicular.
Detalla que la
dinámica del crecimiento demográfico que enfrentan las ciudades representa una
grave amenaza para el medioambiente, para la salud y la calidad de vida de sus
habitantes.
Agregó que este
proceso de urbanización no regulada y degradación de los ecosistemas ocurre con
mayor rapidez en países ubicados en regiones clasificadas como economías en
desarrollo, particularmente en América Latina, donde se estima que el 75% de la
población vive en ciudades.
Determinó que los
patrones de crecimiento urbano y procesos de cambio en los ecosistemas son
estudiados por una subdisciplina de la ecología denominada ecología urbana, la
cual hace uso de la integración de métodos pautados por las ciencias naturales
y las ciencias sociales.
Esta integración
permite el desarrollo de actividades de investigación en el ámbito ecológico de
las áreas urbanas, así como su transferencia a la sociedad involucrada y la
identificación de los principales efectos del proceso de crecimiento urbano ejercido
sobre los ecosistemas, las amenazas y las soluciones para la conservación de la
biodiversidad y los servicios ecosistémicos relacionados.
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