Foto proporcionada por Análisis a Fondo
Quién allanó la casa de Canul
Divulgó el video del feminicidio
Por Francisco Gómez Maza
La nota periodística me hizo recordar que, hace más de un año, antes de que apareciera la pandemia, la casa donde vivo fue allanada por “ladrones” muy especiales, que tuvieron suficiente tiempo para hurgar por todos los rincones, revolver ropa, zapatos, basura y poner de cabeza libros, documentos, archivos, imágenes, discos dvd, discos duros externos, pero sobre para robar el equipo de cómputo en el que tenía los archivos relacionados con la temática de esta nota periodística que publico de lunes a viernes.
Denuncié al ministerio público; éste abrió una
carpeta de investigación; envió policías de investigación a comprobar las
condiciones deplorables en que los “ladrones” dejaron el departamento. Yo le
entregue copias del video en el que aparecían los dos ladrones desbaratando
todo.
Curiosamente, los ladrones no se llevaron artículos
de valor, ni las tarjetas bancarias que guardo en una pequeña caja de madera en
el clóset. Sólo sustrajeron la computadora y documentos viejos. Un clásico robo
a periodista. Pero por lo visto, al ministerio público le importó un comino mi
denuncia. Quedo de informarme del proceso. Nunca lo hizo. Tuve que cambiar
puertas, chapas, cerraduras y llaves. Afortunadamente no estuve presente
durante la operación de los ladrones.
Algo parecido le ocurrió al colega Francisco
Canul, quien divulgó el video del asesinato de la inmigrante salvadoreña,
Victoria Esperanza Salazar Arriaza, perpetrado por cuatro salvajes policías, en
la ciudad quintanarroense de Tulum. Canul, cumpliendo su obligación de
reportero. Pero el ministerio público no hizo nada para investigar los hechos
delictivos.
Afortunadamente para su seguridad personal,
Francisco Canul estaba de viaje con su familia, mientras los “ladrones”
perpetraron el allanamiento de su domicilio, el mediodía del sábado 3, y a su
regreso --la mañana del día siguiente-- halló que los candados y cerrojos de su
domicilio habían sido violados, una reja y protectores de hierro, arrancados, y
la puerta de acceso, de madera, destrozada con barretas.
También en el caso del colega quintanarroense no
se trató de un robo simple. Y esto no es especulación. Todo lo indica. Hubo
mucha saña dentro de la casa. Los “ladrones” rompieron muebles, arrancaron
cajones… pero lo único que se robaron fueron los equipos de trabajo, cámaras,
computadoras, discos duros y pantallas con las que transmitía en vivo, y
algunos documentos”.
El allanamiento debió de haber ocurrido a altas
horas de la noche del sábado o la madrugada del domingo, pero pese al ruido que
debieron hacer los ladrones, nadie vio ni escuchó nada. No hay testigos.
Y el periodista se quedó paralizado, solo
contra el mundo.
Ningún agente de MP escuchó su denuncia nunca
se hizo presente. El periodista lo
esperó. Se hizo de noche, media noche, muy noche, y nunca llevaron los
policías.
Algo sigue podrido en Dinamarca, como dice el
príncipe Hamlet. El viejo modelo de gobierno aún se resiste a morir. Alguien
está muy molesto porque hay un video que acusa a 4 policías del asesinato de
Victoria Esperanza. Alguien ha decidido reprimir al periodista. Confío en que
no decida desaparecerlo.
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