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Dr. Jorge A. Lera Mejía
Aún tengo
muy fresca la fecha de llegada del presidente Donald Trump a su gobierno, en el
año 2017. Las expectativas para las relaciones políticas y diplomáticas ya se
percibían desastrosas y lastimosas, ante sus constantes amenazas a los
mexicanos, nuestros paisanos y las empresas norteamericanas establecidas en
tierras nacionales.
Adjetivos
misóginos continuos contra su política de género, hablar en plural que los
mexicanos éramos narcotraficantes y malosos, culpar todos sus males a los
trabajadores migrantes, acusar que México robaba empleos, entre otras cosas por
las grandes empresas automotrices instaladas acá, pinta de lleno lo que en los
hechos sucedió durante 4 años, dos de ellos bajo la tutela de Enrique Peña
Nieto, y los últimos 2 con AMLO.
Además del
discurso del Muro que venimos a pagar los mexicanos, siempre amenazó con
imponer aranceles a las importaciones desde México, si no actuáramos deteniendo
la migración centroamericana y mexicana.
El primer
gran golpe, fue provocar la instalación de la planta Ford que ya estaba en
proceso de desarrollo en la ciudad de SLP. Esto puso a temblar a nuestra
economía y al propio TLCAN de entonces.
Este 20 de
enero, se vuelve a presentar un escenario problemático, ahora con la entrada
del nuevo gobierno de Joe Biden, representado al partido demócrata.
Un primer
escenario, es el diferendo diplomático entre la nueva administración y el
gobierno de la 4T, que se conoce no extendió invitación protocolaria al
presidente López Obrador. Por ello, en el relevo estará presente solamente
nuestra embajadora en Washington, que además ya pronto será relevada por
Esteban Moctezuma.
Se sabe que
Joe Biden, probablemente adopte una política proteccionista, con en ella
buscará fortalecer su sector manufacturero, decisión que podría ser un golpe a
México, su principal socio comercial, que envía a ese país la mayoría de sus
exportaciones manufactureras.
Desde julio
pasado, en plena campaña, Biden reveló algunos aspectos de lo que será su
política económica para reactivar a Estados Unidos tras el choque del Covid-19.
“Build Back Better (Reconstruyámoslo mejor)” es la estrategia que contempla una
inversión de 700 mil millones de dólares para adquirir insumos nacionales e
impulsar la manufactura estadounidense y con ello generar más de 5 millones de
empleos.
En sus
discursos reconoce la necesidad de estimular la innovación tecnológica y
reducir la dependencia de otros países.
Para
entender la importancia del tema para el gobierno mexicano, entre enero a
octubre de 2020, las ventas de México hacia EUA sumaron poco más de 47 mil
millones de dólares, cifra que podría verse afectada con las decisiones del
nuevo gobierno.
Por este
solo hecho, bien vale la pena saber la estrategia comercial del nuevo Embajador,
del Secretario Marcelo Ebrard y la Secretaria de Economía Tatiana Clouthier.
Deberán
estar pendientes cuando Joe Biden, este primero de marzo anuncie su política
comercial proteccionista para impulsar la economía de Estados Unidos.
Cualquier
medida de Biden para reactivar la economía puede impactar a México para bien o
para mal, pues si continúa con el proteccionismo con China, esto podría ayudar.
Vale
recordar la política comercial de Donald Trump bajo concepto nacionalista en el
intercambio de bienes y servicios, para contrastar con lo que buscará Biden con
su patriotismo comercial.
Donald
Trump lo que hizo fue llevar hacia el mercado de EUA las cadenas globales de
valor que producían fuera de la Unión Americana y Joe Biden lo que propone es
impulsar desde Estados Unidos dichas cadenas de suministro.
Además, las
disputas comerciales con China no cesarán en el corto plazo, por lo que México
aún tendrá oportunidad de atraer empresas asiáticas, siempre que se dé
confianza a los inversionistas con certeza jurídica. Cosa que hasta ahora no se
ve muy claro en la agenda de la 4 Transformación.
Se puede
canalizar inversión tecnológica hacia México, siempre que se brinde confianza y
certidumbre al empresariado, sabiendo aprovechar la difícil relación Estados
Unidos-China bajo el mandato de Trump.
Por todo
ello, habrá que saber por dónde vienen las políticas comerciales e industriales
del nuevo gobierno, de acuerdo con los ciclos económicos, cuando cae la
economía de Estados Unidos, ésta se impulsa a través de cuatro factores:
incentivos fiscales, imposición de aranceles, reactivación de la industria,
principalmente automotriz, y la guerra.
Por ello,
este es un momento de reflexión del gobierno mexicano, dejar de jugar al
nacionalismo y pensar en las alianzas estratégicas. ¿Se está con los aliados de
Norteamérica? ¿O estaremos con los aliados del Foro de Sao Paulo?
Esa es la
cuestión...
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