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Por Ilka
Oliva Corado
Blog de la
autora: https://cronicasdeunainquilina.com
Es política
de Estado en sociedades con gobiernos neoliberales, la violencia contra la
mujer y las masas empobrecidas y explotadas. Antes que el brazo armado está el
recurso de la religión que manipula emocionalmente a los excluidos pero que
violenta doblemente a las mujeres por su género. En nombre de la fe, amparados
por religiones misóginas muchos hombres ejercen la violencia de género a tal
grado de llegar a los feminicidios. Eso no es nuevo, no estamos descubriendo el
agua azucarada. Pero un Estado ausente, infestado de corrupción, donde se
propaga el machismo, la misoginia, la homofobia y se alimenta el patriarcado
sistemáticamente es el responsable de la violencia de género y todo su
contexto.
Sin leyes
que castiguen a quienes violentan a las mujeres en todas sus formas, la
violencia de género continuará. Y el principal criminal es el Estado que con
sus políticas niega el derecho al aborto, seguido de una planificación
minuciosa de empobrecimiento de los sectores más explotados. Negarle el acceso
a la educación a las niñas de los sectores más vulnerados. Obligarlas a parir
manipulando a la población con que el aborto es un asesinato castigado por
Dios, en lugar de informarles sobre sus derechos, sin inmiscuirse en sus
cuerpos. El aborto es un derecho negado por Estados represivos donde gobiernan
principalmente hombres machistas que lo utilizan como arma de castigo contra
las mujeres por su género. Pero si una hija les saliera embarazada la mandan a
abortar a la mejor clínica del país o al extranjero y lo mismo con las cúpulas
de la oligarquía.
Niñas sin
acceso a la educación, sin alimentación sana, sin acceso a un sistema de salud,
viviendo en casas que no cuentan con la seguridad mínima en entornos violentos
sistemáticamente orquestados desde el Estado, son niñas que jamás tendrán un
desarrollo integral por ende tampoco serán mujeres realizadas, ni personal ni
profesionalmente. Lo común será verlas siendo madres desde la adolescencia, por
un abuso sexual, porque fue víctima del amor romántico tan patriarcal o porque
fue casada a la fuerza, todo, pero menos una persona feliz y realizada. Ninguna
mujer puede ser feliz en esas condiciones.
¿Cómo puede
ser feliz una niña con una madre que trabaja 16 horas en una maquila, en una
fábrica, limpiando un edificio, un hospital, quemándose la vida en las fincas
de cultivo? Una madre que sale de madrugada y regresa a altas horas de la noche
a la que se le quita la oportunidad de compartir con sus hijos, de verlos
crecer, de abrazarlos, de compartir tiempo de óseo con ellos. Si ella misma no
lo tuvo, en esa cadena de abuso sistemático que es política de Estado.
Actitudes y
acciones de abuso contra la mujer se cuentan por miles, no hay que llegar a los
golpes para que se cuente como abuso, existe el abuso emocional también que es
igual de dañino. Pero en nuestras sociedades la violencia ejercida desde el
Estado en estas post dictaduras también ha hecho que los hombres abusen a
niñas, adolescentes y mujeres en entornos familiares porque saben
principalmente que la vergüenza es una buena aliada y que con tal de que de las
puertas hacia fuera no se enteren los demás, ellos pueden hacer lo que quieran
de las puertas para adentro. Porque sigue siendo consejo sacerdotal o del
pastor de la iglesia, perdonar, guardar silencio, mantener la familia unida a
costa de los delitos que deben ser pagados con cárcel pero que si son ejercidos
contra una mujer bien pueden ser perdonados por Dios.
Así es como
vemos el aumento impresionante de abusos sexuales de niñas, por sus padres,
abuelos, hermanos, por primos, adolescentes embarazadas abusadas dentro del
propio hogar. Saben que no existe ley que los castigue porque las políticas de
Estado son las de represión y violencia a la población, las del
empobrecimiento y explotación laboral porque entre más trabaje, más cansada
está una persona, entre más hambre menos fuerza, menos tiempo y energía
para pensar, porque sin educación desconocen sus derechos y si esto se
emplea adrede por género es mucho más beneficioso para un gobierno corrupto y
criminal, tener niñas madres e infelices que adolescentes en camino hacia la
educación superior y a su desarrollo profesional: siendo madres son
incapaces de cuestionar porque la pobreza las obliga a buscar la comida a
deshoras para sus hijos, en cambio sí se desarrollan profesionalmente tienen
acceso a otro nivel de vida y exigen sus derechos y son cuestionantes de las
políticas de Estado que si se lo proponen pueden cambiar.
Hemos
llegado como sociedad a traspasar todos los límites porque los traspasó también
el Estado, es por eso por lo que un feminicidio no causa espanto, ni asombro ni
indignación porque también dejó de sorprender que aterricen avionetas cargadas
de droga y que las quemen después sin que se encuentre a los responsables.
Porque dejó de sorprender que la misma policía o el ejército sean quienes
custodien los cargamentos. Porque dejó de sorprender que los mismos miembros de
las fuerzas de seguridad sean los que violen mujeres y no se les castigue.
Entonces dice un civil: pero si ellos con uniforme violan por qué no puedo
hacerlo yo con cualquier mujer, sea de mi entorno familiar o no. Si el mismo
presidente ve que matan mujeres y no se pronuncia es porque no le interesa,
entonces cualquiera sabe que puede violentar a la mujer que guste y no tendrá
consecuencias.
Un crimen
desde el Estado es negar alimentación, salud y educación a las niñas, pero
también lo es voltear a otro lugar cuando las violentan por su género, cuando
las golpean, las violan, las embarazan, las desaparecen y las asesinan. Cuando
sucede lo mismo con adolescentes y mujeres. Pero si un Estado no se pronuncia,
ese gobierno debe ser cambiado de inmediato por la sociedad, entonces es el
pueblo el que debe reaccionar y llevar al poder a gente capaz que entienda que
es desde el Estado desde donde se deben ejercer las políticas que cambien la
violencia sistemática hacia la mujer. Pero ¿qué sociedad está dispuesta a
hacerlo? Contra la violencia de género vemos a nivel mundial que son
mayoritariamente las mujeres las que se pronuncian, porque los hombres sean de
la ideología que sean son los más beneficiados con la inexistencia de leyes que
castiguen semejante delito y aberración.
Pues serán
las mujeres las que cambien las políticas de Estado de alimentar
sistemáticamente la violencia de género.
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