Por Jesús Mitogo Oyono
Guinea Ecuatorial
La oposición lleva denunciando que la democracia en Guinea Ecuatorial está en
crisis, tanto es así que solo hace falta levantar la mirada y observar cómo
vivimos los guineanos. Parece ser que estamos en una caverna, aquella de la que
nos habla Platón en su obra La República, pero
contrariamente al sentido y significado que le da Platón, cual es la
relación entre lo físico y el mundo de las ideas, nosotros nos referimos a la
gran caverna-prisión en la que vivimos en nuestro país. Aparentemente somos
libres, pero en realidad estamos prisioneros y no nos damos cuenta de ello. Nos
falta en Guinea un filósofo, un verdadero líder político que nos ilumine y
nos diga la verdad de lo que estamos viendo, una realidad distinta de la que estamos
contemplando más allá de las sombras que nos han tenido engañados hasta aquí. A
la hora que escribo estas líneas, la cuasi totalidad de los guineanos nos
creemos libres mientras que realmente estamos en una gran cárcel donde no
hay libertad de expresión y a la mayor parte de la población nos
parece bien; donde los políticos nos insultan y les aplaudimos, donde nadie
tiene trabajo y seguimos votando al PDGE, donde las riquezas de Guinea que, en
realidad, son del pueblo, pero que para muchos guineanos son de Obiang;
donde nadie tiene nada suyo porque Obiang y los suyos han convertido a
esta nación en un cortijo personal y familiar, y podríamos seguir citando.
Queda claro que hay
muchos factores que hacen posible que dure y permanezcamos eternamente en esa
crisis y solo me limitaré a señalar uno y es la falta de un consenso político
por parte de los líderes de la oposición.
En nuestros días, como
en su día nos decía un verdadero maestro de las conciencias en nuestros años de
Bachillerato que «en Guinea no es difícil tener un hijo, lo difícil es
tener una persona, un hombre, una mujer» y cuánta razón tenía porque a
quién le gustaría traer al mundo una criatura en una sociedad donde reina
la delincuencia juvenil, la penuria en todas sus manifestaciones, el paro, la
evasión de los impuestos, el blanqueo de capitales, la corrupción, la
malversación de fondos públicos y abuso de poder, las violaciones… Estoy seguro
de que estarán conmigo en que a nadie… Y es esta la crítica realidad en la que
vive el pueblo de Guinea Ecuatorial: una crisis tridimensional/política,
institucional y propia de la sociedad.
En la lucha por la
democratización de nuestro país hay muchas dificultades y estas se deben
principalmente a ideas confusas y el desconocimiento de lo que exige una
verdadera democracia. Esta ignorancia la protagonizan, en primer lugar, los
administradores de turno de la cosa pública de nuestro país, que han convertido
sus puestos de trabajo en lugares de trapicheo y de robo.
Pero lo peor no es lo
que hacen los del partido en el poder, PDGE, lo peor es que entre nosotros, los
que tendríamos que ser la alternativa, los que deberíamos servir como dique de
contención y evitar que siga existiendo esta mala praxis, los que tendríamos
que devolver lo robado al pueblo soberano de Guinea Ecuatorial, no estamos
exentos de esta forma de actuar porque muchos de los partidos llamados de
la oposición democrática legitiman esta farsa en detrimento de una verdadera
lucha por democratizar las instituciones.
Más inquietante aún es
el hecho que hace que persista esta crisis política y social que azota nuestro
país, el relativismo moral y ético que pone en tela de juicio nuestra esencia
democrática traducida en «ensayo democrático» de más de cuatro décadas por
los que detentan el poder en nuestro país, llegando hasta el extremismo de
ilegalizar un partido político por una simple pelea entre un comisario
autoritario y un pueblo que reclama sus derechos. Un ejemplo claro de falta de
tolerancia política que ha caracterizado a nuestros gobernantes. Es así como la
incertidumbre en el escenario político se incentiva contra todo aquel político,
formación política o coalición electoral que muestra alternativa a cambiar el
orden de las cosas y la dirección de la gestión pública de nuestros recursos.
Después de lo dicho
hasta aquí cabe preguntarse si aún estamos a tiempo de frenar todos los males
que está viviendo el pueblo de Guinea Ecuatorial como consecuencia de la
dictadura totalitaria impuesta por Obiang y los suyos. La respuesta
es que sí. Aunque para ello tendremos que perder el miedo que nos ha
caracterizado y coger el toro por los cuernos, en otras palabras, y remedando
a José M. Lassalle, «cuestionar lo establecido y proponer una
alternativa que reescriba el relato de la modernidad y despeje las sospechas
que pesan sobre este tiempo transcurrido».
Después de más de 50
años de independencia, hoy estamos todos llamados, población y líderes
políticos de la oposición, a reconquistar estos derechos y libertades que nos
tiene secuestrado el régimen militar que gobierna con puño de hierro
Guinea Ecuatorial. Lo que exige una unión extrema en la oposición
ecuatoguineana y un programa de acciones conjuntas y no partidistas.
Para ello y a tenor de
lo señalado por el profesor Celestino Nvo Okenve, propongo algunas
acciones conjuntas a emprender como oposición unida:
Prisión de Black
Beach en Malabo. Foto internet
Como una primera acción
conjunta hemos de ser coherentes con lo que decimos y hacemos, dar testimonio
de palabra y de obra y convertirnos en referencia sobre el horizonte y sentido
de la democracia que apelamos. Aquí no estamos para vengarnos de Obiang y
de los suyos, porque seríamos iguales o peores que ellos.
La segunda acción es reivindicar
un pensamiento crítico del ecuatoguineano que nazca de la esperanza sensible de
una inteligencia que actúe racionalmente sin renunciar al cuerpo y alma ni a su
potencialidad como pueblo soberano sobre la realidad ecuatoguineana.
La tercera acción
conjunta es proponer una alternativa democrática (transición democrática
real y pacífica) a la dictadura de nuestro país, que se base en una solidaridad
afectuosa de las diferencias que nos hagan sentirnos un pueblo. La oposición de
dentro y de fuera de Guinea Ecuatorial tenemos que hablar un único lenguaje si
queremos ser creíbles ante el pueblo de Guinea Ecuatorial y la Comunidad
Internacional como líderes políticos que luchan por los derechos de su gente.
Tenemos que volver a construir una plataforma de una oposición conjunta, capaz
de no volver a cometer los errores que cometió la POC en 1996.
El objetivo final que
conseguiríamos con la puesta en marcha de lo que aquí exponemos, es sin duda
alguna, impulsar la cultura democrática en nuestro país y cuidarla. El NO
cumplimiento de lo propuesto a la dictadura desde el consenso de la oposición
y, con la población ya integrada en la cultura democrática, podrá hacer uso del
derecho a la rebelión cuando los gobernantes no cumplen el pacto de proteger a
la comunidad.
SOBRE EL AUTOR
Jesús Mitogo Oyono es graduado en Derecho (UNED) y en Relaciones Laborales
y Recursos Humanos (UNGE). En la actualidad se encuentra exilado en Estados
Unidos desde mayo de 2020, país al que recurrió para abandonar evitar “ser el
siguiente en caer”, según afirma.
Militante de CI (Ciudadanos por la Innovación) y responsable de algunas áreas
de ese partido político, en las elecciones de 2017 fue cabeza de lista por la
circunscripción electoral de Malabo, resultando elegido diputado en la Cámara
de Representantes del Pueblo de Guinea Ecuatorial.
Sobre sus desencuentros con CI, su paso obligado por las cárceles del régimen
guineano y su exilio nos comentará en breve en la entrevista que mantendremos
con él.
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