jueves, 21 de enero de 2021

Parece mentira, pero tuve que abandonar mi país para salvar mi vida

 

Por Jesús Mitogo Oyono
Guinea Ecuatorial


La oposición lleva denunciando que la democracia en Guinea Ecuatorial está en crisis, tanto es así que solo hace falta levantar la mirada y observar cómo vivimos los guineanos. Parece ser que estamos en una caverna, aquella de la que nos habla Platón en su obra La República, pero contrariamente al sentido y significado que le da Platón, cual es la relación entre lo físico y el mundo de las ideas, nosotros nos referimos a la gran caverna-prisión en la que vivimos en nuestro país. Aparentemente somos libres, pero en realidad estamos prisioneros y no nos damos cuenta de ello. Nos falta en Guinea un filósofo, un verdadero líder político que nos ilumine y nos diga la verdad de lo que estamos viendo, una realidad distinta de la que estamos contemplando más allá de las sombras que nos han tenido engañados hasta aquí. A la hora que escribo estas líneas, la cuasi totalidad de los guineanos nos creemos libres mientras que realmente estamos en una gran cárcel donde no hay libertad de expresión y a la mayor parte de la población nos parece bien; donde los políticos nos insultan y les aplaudimos, donde nadie tiene trabajo y seguimos votando al PDGE, donde las riquezas de Guinea que, en realidad, son del pueblo, pero que para muchos guineanos son de Obiang; donde nadie tiene nada suyo porque Obiang y los suyos han convertido a esta nación en un cortijo personal y familiar, y podríamos seguir citando.

Queda claro que hay muchos factores que hacen posible que dure y permanezcamos eternamente en esa crisis y solo me limitaré a señalar uno y es la falta de un consenso político por parte de los líderes de la oposición.

En nuestros días, como en su día nos decía un verdadero maestro de las conciencias en nuestros años de Bachillerato que «en Guinea no es difícil tener un hijo, lo difícil es tener una persona, un hombre, una mujer» y cuánta razón tenía porque a quién le gustaría traer al mundo una criatura en una sociedad donde reina la delincuencia juvenil, la penuria en todas sus manifestaciones, el paro, la evasión  de los impuestos, el blanqueo de capitales, la corrupción, la malversación de fondos públicos y abuso de poder, las violaciones… Estoy seguro de que estarán conmigo en que a nadie… Y es esta la crítica realidad en la que vive el pueblo de Guinea Ecuatorial: una crisis tridimensional/política, institucional y propia de la sociedad.

En la lucha por la democratización de nuestro país hay muchas dificultades y estas se deben principalmente a ideas confusas y el desconocimiento de lo que exige una verdadera democracia. Esta ignorancia la protagonizan, en primer lugar, los administradores de turno de la cosa pública de nuestro país, que han convertido sus puestos de trabajo en lugares de trapicheo y de robo.

Pero lo peor no es lo que hacen los del partido en el poder, PDGE, lo peor es que entre nosotros, los que tendríamos que ser la alternativa, los que deberíamos servir como dique de contención y evitar que siga existiendo esta mala praxis, los que tendríamos que devolver lo robado al pueblo soberano de Guinea Ecuatorial, no estamos exentos de esta forma de actuar porque muchos de los partidos llamados de la oposición democrática legitiman esta farsa en detrimento de una verdadera lucha por democratizar las instituciones.

Más inquietante aún es el hecho que hace que persista esta crisis política y social que azota nuestro país, el relativismo moral y ético que pone en tela de juicio nuestra esencia democrática traducida en «ensayo democrático» de más de cuatro décadas por los que detentan el poder en nuestro país, llegando hasta el extremismo de ilegalizar un partido político por una simple pelea entre un comisario autoritario y un pueblo que reclama sus derechos. Un ejemplo claro de falta de tolerancia política que ha caracterizado a nuestros gobernantes. Es así como la incertidumbre en el escenario político se incentiva contra todo aquel político, formación política o coalición electoral que muestra alternativa a cambiar el orden de las cosas y la dirección de la gestión pública de nuestros recursos.

Después de lo dicho hasta aquí cabe preguntarse si aún estamos a tiempo de frenar todos los males que está viviendo el pueblo de Guinea Ecuatorial como consecuencia de la dictadura totalitaria impuesta por Obiang y los suyos. La respuesta es que sí. Aunque para ello tendremos que perder el miedo que nos ha caracterizado y coger el toro por los cuernos, en otras palabras, y remedando a José M. Lassalle, «cuestionar lo establecido y proponer una alternativa que reescriba el relato de la modernidad y despeje las sospechas que pesan sobre este tiempo transcurrido».

Después de más de 50 años de independencia, hoy estamos todos llamados, población y líderes políticos de la oposición, a reconquistar estos derechos y libertades que nos tiene secuestrado el régimen militar que gobierna con puño de hierro Guinea Ecuatorial. Lo que exige una unión extrema en la oposición ecuatoguineana y un programa de acciones conjuntas y no partidistas.

Para ello y a tenor de lo señalado por el profesor Celestino Nvo Okenve, propongo algunas acciones conjuntas a emprender como oposición unida:

 


Prisión de Black Beach en Malabo. Foto internet


Como una primera acción conjunta hemos de ser coherentes con lo que decimos y hacemos, dar testimonio de palabra y de obra y convertirnos en referencia sobre el horizonte y sentido de la democracia que apelamos. Aquí no estamos para vengarnos de Obiang y de los suyos, porque seríamos iguales o peores que ellos.

La segunda acción es reivindicar un pensamiento crítico del ecuatoguineano que nazca de la esperanza sensible de una inteligencia que actúe racionalmente sin renunciar al cuerpo y alma ni a su potencialidad como pueblo soberano sobre la realidad ecuatoguineana.

La tercera acción conjunta es proponer una alternativa democrática (transición democrática real y pacífica) a la dictadura de nuestro país, que se base en una solidaridad afectuosa de las diferencias que nos hagan sentirnos un pueblo. La oposición de dentro y de fuera de Guinea Ecuatorial tenemos que hablar un único lenguaje si queremos ser creíbles ante el pueblo de Guinea Ecuatorial y la Comunidad Internacional como líderes políticos que luchan por los derechos de su gente. Tenemos que volver a construir una plataforma de una oposición conjunta, capaz de no volver a cometer los errores que cometió la POC en 1996.

El objetivo final que conseguiríamos con la puesta en marcha de lo que aquí exponemos, es sin duda alguna, impulsar la cultura democrática en nuestro país y cuidarla. El NO cumplimiento de lo propuesto a la dictadura desde el consenso de la oposición y, con la población ya integrada en la cultura democrática, podrá hacer uso del derecho a la rebelión cuando los gobernantes no cumplen el pacto de proteger a la comunidad.




SOBRE EL AUTOR


Jesús Mitogo Oyono es graduado en Derecho (UNED) y en Relaciones Laborales y Recursos Humanos (UNGE). En la actualidad se encuentra exilado en Estados Unidos desde mayo de 2020, país al que recurrió para abandonar evitar “ser el siguiente en caer”, según afirma.
Militante de CI (Ciudadanos por la Innovación) y responsable de algunas áreas de ese partido político, en las elecciones de 2017 fue cabeza de lista por la circunscripción electoral de Malabo, resultando elegido diputado en la Cámara de Representantes del Pueblo de Guinea Ecuatorial.
Sobre sus desencuentros con CI, su paso obligado por las cárceles del régimen guineano y su exilio nos comentará en breve en la entrevista que mantendremos con él.

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