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Dr. Jorge A. Lera Mejía
Desde el pasado jueves,
sospechosamente se vino formando una nueva caravana migratoria, esta ocasión
integrada por unas 6 mil personas, que partieron de Honduras entre el
jueves y el viernes.
Se sabe que la nueva
caravana está formada por miles de personas principalmente de Honduras, pero
trasciende que ya se arman otros contingentes de El Salvador y si logran cruzar
Guatemala, se agregarían filas de grupos guatemaltecos.
Fue muy grave y
comentado que, durante el intento de llegar y cruzar la frontera con Guatemala,
se registraron incidentes masivos y muy violentos el pasado domingo en la
ciudad de Chiquimula, cerca de la frontera entre ambos países; donde varias
personas resultaron heridas, de acuerdo con los reportes.
Como es ya costumbre,
los migrantes buscan justificar que se han visto obligados a huir de la
pobreza, la violencia; este año incluso, extremada por la reciente devastación
causada por dos grandes huracanes en noviembre pasado.
También como ya es
costumbre, afirman que ellos lo único que quieren, es llegar a Estados Unidos
vía México. Pero no se reconoce que los últimos dos años de las
administraciones tanto del gobierno saliente del republicano Donald Trump, y
del presidente de Morena, Andrés Manuel López Obrador, las últimas caravanas se
han visto retenidas a lo largo y ancho de las fronteras de México con Estados
Unidos, desde Tijuana hasta Matamoros; se calcula que más de 60 mil
transmigrantes centroamericanos ahora mismo están ahí varados, sin lograr ningún
Asilo humanitario, ni permiso de cruzar ya sea por derechos humanos o para
obtener visas temporales de trabajo.
Es claro que la
política de Trump funcionó, con la imposición unilateral al gobierno mexicano,
de 'Quédate a esperar en México' (Protocolo de Protección de Migrantes).
De tal forma, la
Administración presidencial saliente de Estados Unidos, apoyada por la
Administración de Justicia, han permitido que siga activa la medida estrella
del presidente Trump, para reducir la inmigración al obligar a los demandantes
de asilo en la frontera a esperar la audiencia de su caso en territorio
mexicano, lo que ya lleva más de 24 meses suspendidos
La medida, que
oficialmente se llama 'Protocolo de Protección de Migrantes' (MPP, por sus
siglas en inglés), aunque se conoce mejor por el sobrenombre de 'Quedarse
en México', fue lanzada en enero de 2019. Durante meses funcionó sin descanso,
lo que supuso que el Departamento de Seguridad Interior devolvió a México a más
de 60 mil inmigrantes para que esperaran en ese país vecino la resolución de su
proceso.
En esta ocasión, no
obstante que la nueva administración demócrata de Joe Biden, que tomará
posesión mañana 20 de enero, tardará meses para dar a conocer las nuevas
migratorias hacia este delicado proceso. Pero sin duda, no serán muy distintas
a las actuales, no obstante que en campaña Biden reconoció que sería más
flexible en el trato migratorio.
Mientras tanto, como
intitulé esta columna, los transmigrantes que logren nuevamente cruzar hacia
México, seguramente pasaran a engrosar las filas actuales de más de 60 mil
personas en espera de un asilo o una visa laboral inexistente.
Por ello, nos seguimos
preguntando, quién realmente está detrás de estos grupos de emigrantes, que
grupo o grupos obscuros están asusando a los mismos a agruparse en verdaderos
'éxodos' integrados por hombres, mujeres, ancianos y niños. Familias
enteras.
Lo más delicado hoy día
y agravado por tres factores:
1. La pandemia del
Covid-19 desbordada en México, Centroamérica y EUA.
2. La cruda realidad
que las autoridades norteamericanas no les darán paso.
3. La existencia
evidente de intereses obscuros que trafican con personas.
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