Por Armando García
Editor y fundador de la Revista Nuestra América
Bueno,
ya se acabaron los meses de tensión, del juicio contra Donald Trump. Todo
parece estar en calma, pero la realidad es que él sí fue destituido por la Casa
de Representantes, pero no convicto o sentenciado por el Senado, gracias al
apoyo y trampas de los senadores republicanos, corruptos y vendidos al
mandatario.
Los
que creen que la verdad de los hechos se descubre solamente con los votos
legislativos, quizá sean como el presidente, ya que los votos le dan la razón a
lo que piensa una mayoría. Eso es lo ha dejado como lección el impeachment.
Pero lo que una minoría o mayoría piense, esta muy lejos de la verdad.
Trump
no aprendió la lección del juicio, ahora está en campaña de reelección cantando
victoria y echándole tierra a sus oponentes y enemigos, como venganza contra lo
que le hicieron. Pero los votos en las urnas buscan solamente la voluntad del
pueblo, pero los hechos solamente buscan la verdad.
Para
los que hicieron que hicieron que Trump ganara, es el héroe. Y este, cree que
tiene la verdad porque ganó. Pero lo que dice esa mayoría, pudo ser por
ignorancia o conveniencia. Trump año porque su partido es mayoría en el Senado.
En
caso de que se lo pregunte, el presidente Trump no cambiará. Este hombre es un vulgar
ha desperdiciado nuestra decencia. Es un personaje de lo más bajo y ruin que ha
ocupado la Casa Blanca. Mitt Romney dice lo correcto al decir que Trump abusó su poder para asaltar los derechos electorales afectando a
la seguridad de la nación y sus valores fundamentales.
Además
el intento de corromper una elección para mantenerlo en su puesto, viola el
juramento sagrado que lo colocó en el trono del poder.
Se
cree que es un elegido divino, engañando así a la gente de fe, haciendo creer a
todo mundo que solamente va a salvar a quienes estén de acuerdo con él. Y a los
que no, sancionarlos, insultarlos, humillarlos, invadirlos, y hasta asesinarlos.
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