Por Armando García
Editor y Fundador de Nuestra América Magazine
Pocos meses
dentro de su campaña para la nominación para presidente de EE. UU. Bernie
Sanders subió al escenario en la Universidad George Washington para presentar
su caso más claro sobre el socialismo democrático.
"Si
alguna vez hubo un momento en el que necesitábamos una nueva visión para unir a
nuestra gente en la lucha por la justicia, la decencia y la dignidad humana, es
ahora el momento", dijo el senador de Vermont. “Hoy, debemos reconocer que
en el siglo XXI, en el país más rico de la historia del mundo, los derechos
económicos son derechos humanos. Eso es lo que quiero decir como socialismo
democrático ”.
Sanders no
solamente está luchando contra el ala corporativista del Partido Demócrata sino
también contra una población estadounidense que al escuchar la palabra ‘socialista’,
asusta a que su estatus quo pudiera ser afectado. Además el Presidente Trump ya
empezó a sembrar miedo entre la población de que Estados Unidos jamás será un país
socialista.
"Los
líderes autoritarios redirigen la ira popular sobre la desigualdad y la
disminución de las condiciones económicas hacia una ira violenta contra las
minorías, ya sean inmigrantes, minorías raciales, minorías religiosas o la
comunidad LGBTI", eso ha planteado Sanders. "Y para reprimir la
disidencia, están tomando medidas enérgicas contra la democracia y los derechos
humanos".
Sanders ha
explicado en ocasiones su definición del socialismo democrático de que en EE. UU.
hay un socialismo que le da privilegios a los ricos sin darle a los pobres lo
que ellos necesitan. Y que eso debe cambiar.
El
discurso de Sanders hace el llamado para una declaración de derechos
económicos: atención médica, educación gratuita, vivienda accesible, igualdad
racial, un ambiente limpio y un salario digno. Sanders puede ser un favorito en
las encuestas y en los resultados primarios, pero como socialista democrático
en Estados Unidos todavía tiene que definir su visión en términos que los
estadounidenses puedan entender y que puedan encajar en una sociedad ferozmente
capitalista e imperialista.
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