Por Armando García
Editor y Fundador de Nuestra América Magazine
A medida que vamos avanzando en este país con las elecciones primarias
para decidir quiénes serán los contendientes en las elecciones de noviembre, se
están calentando las expectativas, primordialmente dentro del Partido
Demócrata, ya que del republicano, su gallo principal, es el presidente Donald
J. Trump.
Por parte del Partido Demócrata, los resultados de Iowa y de New
Hampshire, los electores claramente han manifestado que ya no quieren más de lo
mismo en Washington y prefieren, ya sea un rostro joven y nuevo, como el
alcalde Pete Buttigieg o, un experimentado como Bernie Sanders, con ideas nuevas
de como gobernar en beneficio de las minorías, las mujeres, las familias
trabajadoras y de un seguro médico para todos, incluyendo acceso a la educación
totalmente gratis.
Al exvicepresidente Joe Biden, le sorprendió que no saliera como el
preferido en Iowa, diciendo que recibió ahí un ‘gancho al hígado’. Pero no
solamente fue en Iowa, en New Hampshire hasta el momento no pasa de un tercer
lugar durante el proselitismo, teniendo a la cabeza a un Sanders y detrás de él
un Buttigieg.
Si a Sanders le va bien en el resto de los caucases y primarias incluyendo
al super martes en marzo, y le llegan a “robar” la nominación por un Biden o
alguien más, ya habrá llegado la hora de hablar de un verdadero y visible
fraude electoral por parte del Partido Demócrata, influenciado por los Obamas o
los Clinton, para nominar un contendiente viable, otro que Sanders, para
enfrentarse a Trump el próximo mes de noviembre.
Bernie Sanders en televisión nacional dijo que no piensa en este momento
que el Partido Demócrata tiene la intención de dañarlo para afectar su
nominación. Pero hay que reconocer que Sanders, es un candidato que cuenta con
tropas de voluntarios para ir tras votantes en las calles y en los hogares con
el objetivo de ganarle a Trump. Cuenta con un movimiento que fue organizado para
la elección presidencial del 2016 y se ha desarrollado más hasta la fecha.
Por su parte, Buttigieg reconoce que no proviene de un lugar en el país
que tiene presencia nacional electoral, pero si ha podido organizar un
movimiento que lo ha llevado hasta Iowa y New Hampshire. Dijo que sabe que no es un Obama o un Biden, pero
se empeña a que deben trabajar todos juntos para ganarle a
Trump.
Tom Pérez, presidente del Partido Demócrata, habló a los medios del
tropiezo en Iowa, culpando a una caída del sistema, por no haber dado
resultados inmediatos del voto de delegados y ciudadanos. Dijo que reconoce el
problema; pero para resolverlo, deben pasar legislaturas estatales para que ya
no se realicen cuacases sino ir directamente a elecciones primarias en cada
estado.
Si la tendencia sigue dándole preferencia a Sanders, y el Partido Demócrata,
nomina a otro de los contendientes, yo creo que ninguno de ellos tiene la
posibilidad de ganarle al ególatra, tramposo, vengativo y racista de Trump,
esto es por saber de lo que el presidente es capaz de hacer para reelegirse.
Trump es un poderoso manipulador de la opinión pública, de los oligarcas
imperialistas y hasta de sus partidarios en el Congreso y del Colegio
Electoral, quien al final es el que decide quién será el próximo presidente de
EE. UU.
Si el voto popular, no le da la preferencia a Trump, y el Colegio
Electoral declara victorioso al presidente y, luego se descubre que hubo
manipulación e intervención foránea, el pueblo estadunidense, aunque ya sea
tarde, sabrá quién está gobernando a su país, quienes son sus legisladores, quienes
están atrás de los partidos políticos y será hasta entonces que despierte el
fervor por un cambio total en EE. UU.
Las redes sociales en este país y en otros, ya están empezando a
comparar la caída del sistema electoral en Iowa. con países como México,
Bolivia, y otros más donde ha habido una larga historia de fraude electoral. Si
a Sanders le roban la nominación por segunda vez, hay que recordar como al
presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador corrió la misma suerte antes de
ser elegido mandatario del país azteca. El último ejemplo, es Bolivia, Evo
Morales ganó las elecciones en octubre pasado y terminó su gobierno en un golpe
de estado.
Tenemos muy pocos meses para empadronar a nuevos ciudadanos y hacer campaña
proselitista contra Trump. Los Latinos o hispanos, ciudadanos estadounidenses,
debemos más allá de la consigna demagoga, “su voto es su voz”, de realmente
combatir al abstencionismo, romper las barreras que nos dividen, y avanzar
adelante, con una fuerza única para sacar el voto tanto de los apáticos, como
de los activistas para hacer presencia de nuestra existencia en este país.
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