Agencia Sputnik
El
candidato presidencial democrático Bernie Sanders ganó las primarias en New
Hampshire con un 26% de los votos. Su principal rival, Pete Buttigieg, obtuvo
el 24%. Se suponía que el estado otorgaría una victoria fácil para Sanders,
pero el margen entre él y Buttigieg fue inesperadamente estrecho.
Aunque
el éxito de Sanders lo convierte en el indiscutible favorito, está muy lejos de
la nominación del partido Demócrata. La situación actual es muy diferente a la
de hace cuatro años, cuando él y Hillary Clinton eran indiscutiblemente los candidatos
demócratas favoritos.
La
estrategia de Sanders ha sido construir una coalición de votantes de clase
obrera, minorías y jóvenes, gente que a menudo no forma parte del proceso
político. Esto atrajo el voto popular en Iowa, pero admitiendo que la baja
participación allí le preocupaba. New Hampshire fue una segunda
prueba para saber si podía atraer a los nuevos votantes no solo para ganar la
nominación sino para que los demócratas derroten a Trump en noviembre.
"Esta
victoria es el principio del fin para Donald Trump. No importa quién gane, y
esperamos que seamos nosotros, nos uniremos y derrotaremos al presidente más
peligroso de la historia moderna de este país", declaró Sanders tras su
victoria en New Hampshire.
Por
qué es tan importante este estado
El
pequeño estado de New Hampshire es considerado el barómetro político de EE. UU.
Al principio de la historia del país, se convirtió en el primer estado en
declarar su independencia del Imperio británico, y ahora se considera crucial
ganar las primarias allí si quieres ocupar la Casa Blanca.
Desde
el punto de vista electoral, es un estado bisagra, es decir, que su
población puede votar tanto por un candidato demócrata como por uno republicano
en una elección. Al mismo tiempo, solo hubo dos casos en la historia del país
en los que un candidato llegó a la presidencia sin haber ganado previamente las
primarias en New Hampshire. Se trata de las elecciones de 1992 y 2000, cuando
ganaron Bill Clinton y George Bush.
La
competencia entre Sanders y Buttigieg
Bernie
Sanders es el primer político estadounidense que se llama abiertamente socialista.
De momento, está mostrando resultados mucho peores de los esperados.
Pete Buttigieg, a su vez, es considerado un demócrata más
centrista que Sanders. No obstante, no logra superar a su colega demócrata,
mostrando una ausencia de experiencia política convincente y una baja
popularidad en algunos grupos electorales importantes para los demócratas.
A
pesar de ser abiertamente gay no goza del apoyo abrumador de la comunidad LGTBI.
Los votantes promedio de este joven de 38 años casado son los estadounidenses
blancos y heterosexuales de mediana edad y los mayores, muchos de los cuales
están impresionados por la religiosidad de Buttigieg y su condición de veterano
de dos guerras, la de Irak y la de Afganistán.
Los
gays, que tradicionalmente votan por los demócratas, prefieren apoyar a
Sanders, quien había empezado a defender a las minorías mucho antes que
Buttigieg. Además, al político le culpan de su estilo de vida "demasiado
tradicional".
Sin
embargo, muchos analistas consideran ahora que es Buttigieg quien tiene mayores
probabilidades de ser nominado entre los demócratas, por lo menos por ser mucho
más joven que Bernie Sanders o Joe Biden.
En
cuanto a la situación global en el mercado político de EE. UU., parece que el
actual mandatario, Donald Trump, no planea abandonar fácilmente el sillón
presidencial y tiene todas las posibilidades de volver a ganar.
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