Por Alberto Nájar
BBC News Mundo, México
Es uno de los temas más polémicos para el
gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador.
En una de sus conferencias de prensa matutina
esta semana el mandatario fue cuestionado sobre el asesinato de la niña Fátima,
de 7 años de edad, y el problema de feminicidios en México.
Su respuesta enojó a muchos. "Es
lamentable que esto suceda" dijo, pero luego aseguró que el crimen es
parte de una crisis de valores provocada por el neoliberalismo.
"Yo sostengo que se cayó en una
decadencia, fue un proceso de degradación progresivo que tuvo que ver con
el modelo neoliberal", respondió.
En pocas horas la frase desató una tormenta.
En redes sociales muchos acusaron falta de sensibilidad del presidente, en un
país donde 10 mujeres son asesinadas al día.
Organizaciones feministas convocaron a
protestas, inclusive una frente a Palacio Nacional donde vive López Obrador.
El presidente pidió a quienes protestaron por
los feminicidios que "no nos estén pintando puertas", pues
algunas personas rociaron pintura a las puertas y paredes del Palacio.
"No es política de avestruz"
Sin embargo, en unos días la polémica se
convirtió en una crisis para el presidente, coinciden los analistas.
Encuestas como la realizada por Consulta
Mitofsky revelaron que, en estos días, el mandatario registró el nivel más
bajo en su popularidad desde que asumió el poder el 1 de diciembre de
2018.
Según la consultora el respaldo del
presidente es de 55%, 10 puntos menos que en abril de 2019.
La razón central es su respuesta al tema de
los feminicidios. "Sí está perdiendo, tiene que cambiar la agenda"
explica Roy Campos, director de Mitofsky.
"Decir que es culpa del neoliberalismo,
que a la mujer debes respetarla y pedir que no pinten puertas es como una
falta de sensibilidad al enojo que muestran las mujeres".
Una posición que tiene consecuencias, señala
Francisco Abundis director de la consultora Parametría.
"Es una crisis grave de comunicación por
la indolencia que ha mostrado, por la ignorancia del tema" dice a BBC
Mundo.
Ante la controversia López Obrador insiste en
que los feminicidios son prioridad para su gobierno.
"Todos los días atiendo el problema,
y no sólo estoy preocupado, estoy ocupado. No es sólo administrar el
conflicto, el sufrimiento de la gente en este caso de las mujeres" afirma.
"No estoy metiendo la cabeza en la
arena, no estoy evadiendo mi responsabilidad, no es la política del
avestruz".
El trasfondo de la crisis
En la historia de la actual crisis por los
feminicidios los comentarios del presidente no son el único elemento.
Al inicio de febrero se divulgó un proyecto
de la Fiscalía General de la República (FGR), para cambiar la figura de
feminicidio que existe en el Código Penal.
La intención, según la Fiscalía, era que
todos los asesinatos de mujeres se consideren automáticamente como feminicidios
sin necesidad de cumplir con las condiciones legales que ahora existen.
Quienes legalmente son considerados
feminicidas enfrentan sanciones penales mayores que otros sentenciados por
asesinato.
Sin embargo, para que un crimen contra
mujeres se considere como feminicidio debe cumplir varios requisitos.
Algunos de ellos son que las víctimas
presenten signos de violencia sexual, hayan sido mutiladas, tuvieran una
relación sentimental o de confianza con su agresor y que sus cuerpos sean
expuestos o exhibidos en lugares públicos.
Legisladoras y organizaciones feministas
denunciaron que la FGR pretendía eliminar el delito de las leyes.
No es verdad, respondió el fiscal Alejandro
Gertz Manero. Al final, el presidente López Obrador dijo que no estaba de
acuerdo con las modificaciones propuestas.
Pero la controversia ya existía. Y se
intensificó tras el asesinato de Ingrid Escamilla, y la divulgación en algunos
medios y redes sociales de la imagen de su cuerpo violentado.
Silencio en décadas
Los feminicidios no son un tema nuevo en
México. De acuerdo con la FGR en los últimos 8 años los asesinatos de mujeres
aumentaron 137,5%
Pero, de acuerdo con organizaciones civiles,
el número puede ser mayor, porque estos crímenes no siempre se denuncian o son
tipificados como feminicidios.
De los casi 4.000 asesinatos de mujeres
reportados el año pasado, solo 976 se consideraron feminicidios, según datos
del Sistema Nacional de Seguridad Pública.
Inclusive existen organizaciones que desde
hace décadas apoyan a familiares de las víctimas, y que promueven reformas
legales o políticas públicas sobre el tema.
En ese tiempo el problema permaneció ajeno a
la mayoría de los medios dicen algunos como Frida Guerrera, como se hace llamar
la activista Verónica Villalvazo.
Pero en las últimas semanas la "epidemia
de feminicidios" tuvo mayor relevancia. ¿Por qué?
Una razón es un creciente movimiento
feminista, integrado sobre todo por estudiantes de bachillerato y universidad,
que desde el año pasado organizaron varias protestas en la capital mexicana y
otras ciudades contra la violencia de género.
También existe cansancio ante el
problema. "Hay muchas otras mujeres gritando desde hace más de 20
años", dice Frida Guerrera a BBC Mundo.
Otro de los elementos es la respuesta de
López Obrador ante las protestas por los feminicidios, añade la activista.
"Es un tema que tiene años de impunidad,
de mensajes donde se puede asesinar a mujeres y difícilmente se investiga o
existía la justicia".
"El negarse a escuchar hizo crecer este
infierno".
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