Por Ollantay Itzamná
A casi un año de la consumación del
Golpe de Estado, y la instauración del letal régimen dictatorial en Bolivia,
seguimos preguntándonos ¿dónde están los prolijos indianistas, indigenistas,
feministas, ambientalistas… que fustigaron duramente contra el indio dictador
de Evo Morales?
Sus discursos incendiarios
abonaron/promovieron el Golpe de Estado el 10 de noviembre pasado. Pero, una
vez que el “indio presidente” fue “defenestrado”, y asumió el poder de facto
Jeanine Áñez, por voluntad del Gobierno norteamericano, indianistas,
indigenistas, ambientalistas, y muchas feministas, guardaron y guardan un
cómplice silencio sepulcral.
Arengaron en las calles y redes socio
digitales contra Evo Morales por la muerte de pájaros en los incendios de
Chiquitania (que Morales ejemplarmente apagó), pero negaron la existencia del
Golpe de Estado. No dijeron nada ante las dos masacres de indígenas que se
resistían al Gobierno de facto. Mucho menos, ante la
persecución/criminalización/encarcelamiento de defensores indígenas. La
Amazonía boliviana continúa ardiendo, y los narcos aviones despegan incluso de
aeropuertos estatales, pero Solón, Cusicanqui, Portugal, Zibechi, Gutiérrez… y
el ejército de oenegeros guardan silencio sepulcral. ¿Por qué?
A las feministas pro-movimientos
indígenas les incomodaba los micromachismos de Evo Morales. Por eso hicieron de
éste la materialización del patriarcado en Bolivia, y lo apabullaron sin
clemencia. Pero, el machismo de Camacho – Añez – Murillo, y de los sables
militares, fueron y son demasiado letales incluso para ellas. ¿Por qué callan
ahora?
A los indigenistas, en especial
afincadas en las ONG, les sacaba roncha que el indio presidente, mediante
políticas públicas, haya sacado a millones de bolivianos de la situación de
empobrecimiento hacia la nueva clase media. Eso les afectaba porque así el país
dejó de ser una prioridad de la cooperación financiera internacional. El
indigenismo subsiste en la medida que hay bolsones de folclorizados indígenas
en la indigencia…. Pero, con la pandemia el chorro de la cooperación financiera
se agotó. ¿Por qué callan, ahora, en tiempos de hambre?
A las y los ambientalistas les enfadó de
sobre manera que Morales se haya negado declarar “emergencia nacional” ante los
incendios en la Chiquitanía. Dicha declaratoria les posibilitaba acceder a
cooperación internacional de emergencia. Pero, Morales optó por apagar dicho
incendio por propia cuenta. Este sector ya venía molesto con García Linera,
quien con su verba venía “maltratando” a las ONG ambientalistas… Durante el
gobierno de facto los incendios forestales continuaron, las semillas
transgénicas adquirieron carta de ciudadanía… Pero, Fundación Solón, Fundación
Jubileo, Lidema… todos callaítos ¿Por qué? ¿Será porque las migajas que, ahora,
les reparte la USAID, les tranquiliza su hambre?
Quizás sea su sentimiento de culpa que
los obliga al actual silencio sepulcral. Quizás sea el miedo al bulliyng que
les limita opinar sobre su engendro. Quién sabe.
Lo único cierto es que las y los
indígenas, campesinos, mujeres, jóvenes. En especial las y los sobrevivientes a
las masacres y encarcelamientos no olvidaremos el daño que nos infringieron a
los pueblos. Y el repudio contra ellos y sus patrones no terminará el próximo
18 de octubre.
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