Imagen: El Universal
· “Queremos acabar con el gobierno de AMLO”
· Pero les hace falta vocación de luchadores
Por Francisco
Gómez Maza
La oposición de extrema derecha, si es
que a ésta la representa FRENAAA (Frente Nacional Anti AMLO) y cuyo líder es el
regiomontano Gilberto Lozano, por el momento anda muy perdida. Como un
cachorrito que no encuentra la salida en cualquier vía rápida de la Ciudad de
México.
El sábado pasado –19 de septiembre-, un
fuertemente armado grupo de la policía capitalina les frustró a los seguidores
de Lozano una marcha callejera, al estilo de las manifestaciones de la
muchachada de izquierda, rumbo a la Plaza de la Constitución (Zócalo), donde
Lozano tenía planeado instalar un plantón permanente, para exigir la renuncia
del presidente Andrés Manuel López Obrador, a quien acusa de “comunista”, por
lo que lo odia con todo su corazón.
Es un secreto a voces, por cierto, que detrás del movimiento anticomunista, acompañando el
liderazgo de Lozano, presuntamente hay figuras públicas destacadas, como los
periodistas Pedro Ferriz de Con y Rafael Loret de Mola, amén del
empresario Juan Bosco Abascal, presunto miembro de la dinastía de otros barones
del integrismo ultra conservador, preconciliar: Los Abascal, de la desaparecida
editorial Jus.
Pero el plantón en el Zócalo se quedó en
futurible -algo que pudo ser y no fue-. La policía no le permitió que
continuara. Y a alguien del movimiento se le ocurrió imitar a AMLO, quien
instaló por el rumbo un plantón tan largo como la cuarentena para exigir el
recuento de votos que le escamotearon en las elecciones presidenciales de 2006.
Émulo de su archienemigo presidencial,
Gilberto Lozano ordenó a sus seguidores que instalaran sus tiendas de campaña
en pleno arroyo de la avenida Juárez, al costado derecho del Paseo de la
Reforma, la avenida más importante de la Ciudad de México, rumbo al centro de
la urbe, y que ahí esperarían a que Palacio Nacional les hiciera caso.
Todo el mundo creyó, con mucho de
desesperación, que se repetiría el largo plantón de López Obrador en 2006, que
luchaba en contra del fraude electoral que le dio el triunfo a Felipe Calderón
aquel año (El michoacano ganó las elecciones a AMLO por medio voto). Aquel
plantón cimbró a la Ciudad de México. Molestó fuertemente a muchos sectores de
las clases medias altas, aunque no le restó simpatizantes al ahora presidente
de la república.
Muchos capitalinos que circulan consuetudinariamente
por Juárez y Reforma empezaron a indignarse de nuevo. Tendrían graves problemas
para desplazarse en esa zona del primer cuadro de la capital del país. Como los
tuvieron hace 14 años con el magno plantón de López Obrador.
Los medios de información recogieron
declaraciones de Lozano en el sentido de que el objetivo del “plantón” de
protesta era exigir la renuncia del presidente. La manifestación había sido
encapsulada por un fuerte contingente de policías, por lo que no pudo llegar al
zócalo y pronto sus seguidores instalaron pequeñas tiendas de campaña para
iniciar el plantón.
El extremista cuestionó al presidente por
no dejarlo ingresar al Zócalo Capitalino para ejercer su derecho de
manifestarse, y aseguró que no se marcharían del plantón mientras no fueran
escuchados. Obviamente que la intención era instalarse en la plancha del
zócalo, muy cerca de la residencia del mandatario.
El objetivo de la protesta, según explicó
el ex director de personal de FEMSA (cocacolero igual que Vicente Fox), es exigir
la renuncia del mandatario, a quien acusan de ser responsable del
desabasto de medicamentos para niños con cáncer, o de una supuesta mala gestión
en el manejo de la pandemia del COVID-19, entre otros motivos. Pero sobre todo
por “ser comunista” y porque “va a implantar el comunismo en México”.
Pero, oh sorpresa. Por la noche, en medio
de la lluvia, periodistas descubrieron que en las tiendas de campaña no había
un alma. Todos los manifestantes huyeron y se acabó la fiesta. Le tuvieron
miedo al agua.
A eso del mediodía del lunes 20,
los noticiarios destacaron esta entrada: Entre la guardia nocturna y la
lluvia que no cesó durante la noche, pocos integrantes del plantón instalado
sobre avenida Juárez lograron conciliar el sueño.
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